María Fernández Portaencasa | 29 de mayo de 2018
Las amazonas, las míticas -en el sentido épico del término- guerreras de la Antigüedad, ocupan un lugar especial en el imaginario colectivo. Cuando son mencionadas, vienen a la mente diversas ideas, todas ellas imbuidas de un aire animalesco. La némesis más evidente de la matrona romana, de la dama del oikos griega. Mujeres salvajes, bárbaras, que se amputaban un pecho para mejorar su pericia como arqueras. Mujeres que odiaban a los hombres, que raptaban a sus parejas para reproducirse y después mutilaban o abandonaban a sus vástagos masculinos. Mujeres que se erigieron como archienemigas de Aquiles y Hércules. Mujeres, por supuesto, que jamás admitirían varones en sus grupos, y que generalmente elegían entre ser vírgenes o lesbianas. Mujeres que, sin duda, además, nunca tuvieron una existencia en el mundo real, fuera de sus mitos y leyendas… ¿o sí?
ADRIENNE MAYOR | AMAZONAS. GUERRERAS DEL MUNDO ANTIGUO | DESPERTA FERRO EDICIONES | 2017 | 472 PÁGS. | 25,95 €
Frente a esta serie de tópicos errados, frente a este constructo mítico que describe a las amazonas como fieras salvajes, y frente al asimismo equivocado constructo historiográfico que las concibe como meros seres imaginarios, Adrienne Mayor presenta en Desperta Ferro Ediciones lo que ella misma denomina como una auténtica “enciclopedia amazónica”. La profesora Mayor, clasicista de la Universidad de Stanford y especialista en la historia de la ciencia en el mundo antiguo, ha centrado sus investigaciones en la arqueología, los mitos clásicos, las tradiciones esteparias, las fuentes literarias y los análisis lingüísticos para desentrañar la verdadera identidad de las mujeres guerreras de carne y hueso que habitaron las estepas euroasiáticas y que a través de los griegos el mundo ha conocido como amazonas.
Concebido como una monografía de consulta, el libro ahonda en distintos aspectos de la materia; desde quiénes eran las amazonas, pasando por sus huellas en la arqueología y en la historia, hasta llegar a Extremo Oriente y adentrarse en la identidad de las amazonas de China. Comenzando por el principio, Adrienne Mayor señala que es en la Ilíada de Homero donde se encuentra la primera referencia griega a las amazonas. Y esto es de vital importancia, ya que es precisamente esta perspectiva helénica la que ha condicionado la visión heredada que hemos recibido de estas mujeres a las que nos referimos por “amazonas”. A pesar de que, tal y como indica Mayor, para comprenderlas de un modo objetivo y en plenitud es necesario abandonar el paradigma griego, también resulta fundamental retrotraerse a él para, desde ahí, ir hilando toda la información disponible. La locución homérica amazones antianeirai designa a un pueblo (de ambos sexos, juntos) en el que el epíteto sirve para señalar la característica más notable -a ojos griegos- de este grupo: la llamativa igualdad, paridad y equilibrio entre hombres y mujeres. Se trata, en inicio, por tanto, de un etnónimo, utilizado en tiempos arcaicos para designar a los grupos de poblaciones guerreras nómadas, que habitaban en las zonas esteparias. Sus relaciones intersexuales de igualdad sería lo que más llamase la atención de los helenos, y la tradición oral, el paso de los siglos y la mezcla de testimonios harían lo demás: progresivamente, en el imaginario popular de la Antigua Grecia, estos amazones antianerai se convirtieron en las amazonas, un grupo exclusivamente femenino y con unas características extravagantes que llamarían la atención (y en ocasiones la admiración y atracción) del griego medio.
Figuras policromadas que representan a un par de amazonas de la antigua colonia griega de Canosa di Puglia, Magna Grecia, 300-280 a.C. pic.twitter.com/pfFF1ciAMS
— Archivos de la Hist. (@Arcdelahistori) February 18, 2018
Al ir desentrañando la historia real que se encuentra tras las leyendas, la autora de Amazonas describe tres categorías distintas:
“La muerte de los héroes” . Una trabajada obra que nos acerca a la mitología griega y su tragedia
Tras exponer esta clasificación, la monografía pasa a describir minuciosamente aspectos particulares de la materia, comenzando por una exhaustiva y concienzuda descripción de Escitia, la tierra de las amazonas, y su estrecha relación con los sármatas. Merece una mención aparte la documentación del libro de Adrienne Mayor, tanto en lo relativo a citas y referencias (lo que lo hace riguroso y académico, sin dejar de ser accesible para un público más profano) como en cuanto a sus profusas ilustraciones, en especial los abundantes mapas, fundamentales para seguir el hilo argumental, pero también muy notoriamente las ilustraciones arqueológicas.
En el segundo gran bloque del libro, el lector puede aprender asuntos tan dispares como que gracias a la arqueología, y concretamente a los estudios paleopatológicos, podemos afirmar sin lugar a duda que las mujeres nómadas de las estepas llevaban a cabo las mismas actividades que sus compañeros masculinos, o cómo y por qué tatuaban su piel. Los ajuares funerarios, repletos de armas, y los cuerpos con marcas de muertes violentas nos hablan de una sociedad tan guerrera como igualitaria, también en la forma de vestir, con pantalones de lana. Mayor se adentra en las estructuras sociales y políticas, recreando la imagen de unas mujeres que eran, sin duda, unas amantes apasionadas, y cuyas vivencias sexuales, desde luego exóticas para los griegos, a pesar de no estar conformadas necesariamente por estructuras semejantes al matrimonio, estaban lejos de acercarse a la androfobia, más bien al contrario. Las palabras que Mayor cita al comienzo de este fundamental volumen, describiendo a la pareja nómada ideal, son tal vez aquellas que mejor nos pueden ayudar a comprender a estas mujeres y a sus compañeros, sin caer en los extremos de los griegos ni de los historiadores modernos: “Allá donde fueran, siempre estaban en casa si permanecían juntos”.
Su vida política sirve para explicar el periodo que llevó a España desde la monarquía de Alfonso XIII hasta la Guerra Civil.