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Historia

Cuando enseñar periodismo provocaba risa

Juan Cantavella | 18 de noviembre de 2016

Historia

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Hace 91 años nació la Escuela de El Debate, iniciativa de Ángel Herrea Oria, que fue precursora en la formación de periodistas.

Aquella Escuela recibió, a partir del 10 de marzo de 1926, hasta junio del año 36, a quienes en las siguientes décadas destacaron en el mundo periodístico español. Fueron profesores Francisco de Luis, Vicente Gállego, Nicolás González Ruiz, Manuel Graña, Fernando Martín-Sánchez, Juan Aparicio, Bartolomé Mostaza, José Larraz, después ministro de Hacienda, y futuros obispos como Herrera, cardenal , Bueno Monreal, cardenal y arzobispo de Sevilla, Cantero Cuadrado ,arzobispo de Zaragoza, García Goldárez, arzobispo de Valladolid.

Sus aulas conocieron alumnos ansiosos de aprender, que luego fueron periodistas relevantes: Pedro Gómez Aparicio, después director de la agencia Efe y autor de una monumental Historia del periodismo español; Dionisio Ridruejo, falangista primero y disidente después, también disidente de la Escuela, porque le parecía poco inclinada al falangismo; Aquilino Morcillo, director de Ya desde 1952 a 1974; Manuel Jiménez Quílez, director general de Prensa durante muchos años; Antonio Sánchez Gómez, fundador y propietario del ¡Hola!; José Félix Tapia, premio Nadal de novela en 1945…

Por la carrera larga y por los cursos intensivos pasaron unos 250 alumnos, pero pudo haber más, porque carecemos de archivos de la institución a los que recurrir, lo que respetaron los republicanos se lo comió la desidia y la mala fe. Cuando tan escasas mujeres se acercaban a los medios, hubo quince alumnas (entre ellas la religiosa e historiadora Cristina de Arteaga). No todos los que estudiaron allí se dedicaron al periodismo, porque muchos triunfaron en las profesiones más dispares.

La Escuela fue grande por sí misma, por el excelente nivel académico, por los alumnos que concurrieron y por la estela de realidades docentes que se derivaron

Ahí está el caso del portero del Real Madrid, Ricardo Zamora, quien compaginó periodismo con fútbol y, como jefe de deportes de Ya a partir de 1935, enviaba sus crónicas cuando terminaba de jugar en el Bernabéu; el actor Luis Escobar, marqués de las Marismas del Guadalquivir en la realidad y marqués de Leguineche en la película de García Berlanga, “La escopeta nacional”; el abogado y diputado centrista Emilio Attard, presidente de la Comisión Constitucional en el Congreso; Juan Herrera, presidente de Petromed, además de sobrino de don Ángel.

Los catedráticos José María Sánchez de Muniain, de Estética; Isidoro Martín, de Derecho Canónico; Ortego Costales, de Derecho Penal; Pérez de Armiñán, de Economía Política. Cinco antiguos alumnos fueron asesinados en la Guerra Civil o murieron en el frente, uno de ellos con una ametralladora en la mano conteniendo el avance de los nacionales en Carabanchel .

La Escuela fue grande por sí misma, por el excelente nivel académico, por los alumnos que concurrieron y por la estela de realidades docentes que se derivaron. Si la Escuela Oficial de Periodismo fue una obra que debe mucho a la Escuela de El Debate, son la Escuela de Periodismo de la Iglesia y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de las Universidades CEU las creaciones que tienen sus raíces en esa iniciativa pionera que hace noventa años se puso en pie contra viento y marea.

¿Qué debemos recordar de la existencia y logros de aquella benemérita Escuela?

  1. Que la enseñanza del Periodismo es posible y deseable. De esta manera comenzaba a romperse el molde de unas redacciones por las que pasaron insignes compañeros que son la gloria de nuestra profesión, pero también elementos inclasificables y deleznables, juntamente con una masa de periodistas mediocres o rutinarios. La inmensa mayoría no juzgaban necesaria una formación reglada, incluso se reían de esta iniciativa, porque estaban convencidos de que ser periodista solo era cuestión de dotes innatas.
  2. Aquello inició la expansión de los centros de formación de periodistas, lo que ha desembocado en la Universidad: algo impensable en los comienzos. Herrera era muy conocedor de las tendencias más asentadas en el terreno de la enseñanza del periodismo, sobre todo las que procedían de Estados Unidos y de Alemania: de América llegaba la formación técnica para una prensa competitiva y avanzada; de Alemania, la profundización científica. Él hizo una síntesis, con una clara inclinación hacia la formación norteamericana: reporterismo y reclamos publicitarios eran algo básico.
  3. Que es necesario enseñar periodismo con rigor y disciplina, como era norma de aquel centro. No nos podemos conformar con dar un barniz a los alumnos, sino que son indispensables unos planes de estudio bien pensados; profesores competentes, que transmitan conocimientos e ilusión; exigentes con los alumnos y entregados a su formación; el mayor contacto posible con el mundo profesional
  4. Debemos seleccionar a los alumnos de una forma razonable, pero estricta, porque los medios no pueden absorber las masas de titulados que la Universidad española está lanzando, y hasta prescindir de aquellos que demuestran poco interés o no valen para afrontar los retos de la profesión. Es nuestro deber enfrentarles de forma realista con la situación que está viviendo el sector. En la Escuela de El Debate entraba una tercera parte de quienes lo solicitaban y en ocasiones a final de curso sólo quedaba un tercio: el resto era apartado de manera drástica.
  
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