Pablo Casado Muriel | 17 de marzo de 2019
El padre Corby acompañó a los soldados de la Unión durante la guerra de Secesión estadounidense. Su recuerdos castresnes, en los que se mezclan batallas, fe y misericordia, quedaron recogidos en «Memorias de guerra de un capellán».
La escena es sobrecogedora. Los ejércitos unionistas y confederados se preparan para la batalla decisiva de la guerra de Secesión, la de Gettysburg. El atronador sonido de los cañones advierte del inicio de las hostilidades y, en ese mismo momento, toda una brigada, la Irlandesa, se arrodilla frente a su capellán para recibir una absolución general antes de entrar en combate.
Memorias de guerra de un capellán
William Corby
El buey mudo
416 págs.
22,90€
La descripción es real y está protagonizada por el padre William Corby, capellán católico que recuerda sus vivencias junto a los soldados de la Unión en Memorias de guerra de un capellán. Un libro de interés para los amantes de ese género que podríamos denominar “historias dentro de la historia”.
El padre Corby acompañó a los hombres del Ochenta y ocho regimiento de Nueva York, integrados en la Brigada Irlandesa del Ejército del Potomac, durante toda la guerra. Destacaba este cuerpo por su arraigado catolicismo y por su valentía y coraje en la batalla. Junto a aquellos soldados, el sacerdote estuvo presente en prácticamente todos los grandes enfrentamientos de la contienda fratricida estadounidense: de Bull Run a Gettysburg, pasando por Fredericksburg o Chancellorsville.
Quien conozca ligeramente el desarrollo de la guerra de Secesión reconocerá fácilmente todos estos lugares. Aquellos que no estén tan familiarizados con la historia de los Estados Unidos encontrarán en Memorias de guerra de un capellán un acercamiento, muy personal, a este conflicto. Sabiendo que no estamos ante un libro que pretenda instruir sobre aspectos políticos o bélicos de lo que sucedió entre 1861 y 1865.
Rev. William Corby, C.S.C., two-term president of Notre Dame and Civil War chaplain, gave absolution to soldiers at the Battle of Gettysburg. This statue of that moment is a replica of one at Gettysburg National Military Park, and was unveiled on campus on #MemorialDay 1911. pic.twitter.com/JAvDigTTwr
— Notre Dame (@NotreDame) May 28, 2018
El lector disfrutará con la narración fluida de un hombre que recorrió el frente expuesto al fuego y a la muerte. Su misión era la de acompañar y ayudar a quienes, en su último aliento, necesitaban el consuelo de saber que su entrega no era en vano y pronto encontrarían descanso eterno junto a Dios.
La excepcionalidad de Memorias de guerra de un capellán se encuentra en las escenas cotidianas que nos dibuja el padre Corby. La vida en el campamento, las Eucaristías improvisadas en plena marcha… momentos de tranquilidad que son minoritarios. La vida en el frente es dura y el sacerdote no ahorra en dolorosos detalles con el fin de recordar a las generaciones futuras “la libertad y prosperidad que ellos disfrutan” gracias a aquellos soldados.
William Corby no se olvida de la ejecución de soldados desertores, de los lamentos de los heridos que no pueden ser recogidos del campo de batalla, del desfallecimiento que él mismo padece durante las largas marchas… y, sin embargo, toda su narración desprende una cierta luz, la que aporta su fe.
Memorias de guerra de un capellán también es un canto a la confianza en Dios hasta en el peor de los momentos. El padre Corby se juega la vida, al igual que otros sacerdotes que acompañan todavía hoy a los ejércitos, por amor hacia ellos, por llevar esperanza y misericordia a lugares en los que el odio y la muerte se imponen.
De entre todas las escenas religiosas que describe el autor llama especialmente la atención el interés de los soldados por la confesión. Al igual que la absolución general que describíamos al principio, toda la narración está repleta de hombres que se acercan al sacerdote católico para pedir perdón. La búsqueda de paz de espíritu y reconciliación se abren camino en almas renegridas por la pólvora y la sangre.
La del padre Corby es, en definitiva, una maravillosa historia dentro de la historia. Sus recuerdos apasionarán a aquellos que consideran la guerra como algo más que un número indeterminado de hombres que chocan con estrépito en un claro del bosque. En la guerra hay muerte y vida, dolor y esperanza, sacrificio y misericordia. En la guerra, aunque no lo parezca, también está Dios.
Su vida política sirve para explicar el periodo que llevó a España desde la monarquía de Alfonso XIII hasta la Guerra Civil.