Jaime Vilarroig | 22 de febrero de 2019
Arcadi Espada es un periodista que escribe de manera envidiable y suele tener opiniones propias que se salen de lo políticamente correcto. Desde hace apenas tres días, las redes están que arden porque Risto Mejide expulsó de su programa a Arcadi. ¿La razón? Sus declaraciones a propósito de que deberían declarar criminales de lesa humanidad a los padres que deciden tener hijos discapacitados.
Aquí hay varios niveles de lectura. Pero claro, a golpe de tuits y vídeos de tres minutos es difícil saber lo que pasa. Es una pena que la entrevista se malogre de esa manera por culpa del final.
Sentemos un principio: las personas merecen todo el respeto del mundo, sus opiniones no siempre. Risto y Arcadi Espada merecen todo el respeto; sus opiniones o su forma de conducir un programa televisivo, no siempre. Un padre de familia y sus hijos discapacitados merecen todo el respeto del mundo, sus opiniones no siempre.
Arcadi Espada se merece todo el respeto. También muchas de sus opiniones. De hecho, la entrevista completa revela a una persona que dice lo que dice porque lo ha pensado, no porque lo digan los demás. Aunque a veces le pueda la vis retórica, como a todos. Pero su insinuación de declarar crimen de lesa humanidad a quienes deciden tener hijos discapacitados, y cargarles además con los costes que genera la enfermedad de sus hijos, es sencillamente un eco de la diatriba de Nietzsche contra la compasión: “La compasión vicia el aire a todas las almas libres” («El retorno a casa» en Así habló Zaratustra).
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Aquí Arcadi Espada no tiene nada de original, porque piensa lo que dicta el pensamiento políticamente correcto: el bebé antes de nacer no es una persona y, por tanto, podemos hacer lo que queramos con él. Más aún: es más compasivo eliminarlo que dejarlo nacer. Por eso, los aplausos del público cuando es expulsado del programa suenan tan hipócritas: Arcadi ha puesto sobre la mesa algo que piensa muchísima gente, palmeros incluidos. Hace apenas dos meses, viví en primera persona cómo una clase entera de futuros maestros se revolvía en sus sillas cuando el que esto escribe intentaba explicarles por qué todos los seres humanos (también los discapacitados) tienen derecho a nacer.
Pero la entrevista da para algo más. Es todo un ejemplo repugnante de cómo usar al entrevistado como una marioneta para ganar audiencia. Uno tiene la sospecha de que da igual el fondo: lo importante es que haya polémica y escándalo que se traduzcan en audiencia. Tampoco tiene desperdicio el análisis del propio Arcadi después de la entrevista.
Risto dice que le hierve la sangre por las opiniones de Arcadi Espada . Pero, ¿qué piensa Risto del aborto? Lo dijo hace unos pocos años: “Creo en la vida. Por eso creo en el aborto. Creo que nadie tiene el derecho a meterse en el vientre de nadie sin su permiso…”.
(Im)perfecto e (Im)productivo . El Síndrome de Down enseña lo que importa en la vida
Y aquí está la madre del asunto. Me temo que Arcadi Espada y Risto coinciden, a su pesar, en que el bebé antes de nacer es un objeto de libre disposición para los padres. Y si uno quiere tener un hijo discapacitado, fantástico (pero no me lo hagan pagar a mí); y si uno no quiere dejarlo nacer, también fantástico. Estoy seguro de que Arcadi Espada es tan respetuoso con los niños y adultos discapacitados como Risto; pero ambos opinan que esa misma persona con discapacidad puede ser impunemente borrada del mapa mientras no haya traspuesto el umbral del útero materno.
Si en esto piensan lo mismo, ¿de qué se ufana Risto? De ganar espectadores. Mal que me pese, temo que contribuyo a ello.