Elsa González | 31 de enero de 2018
Únicamente hay una mujer entre los directores de los 15 periódicos españoles de mayor difusión. Y solo hallamos una mujer al frente de uno de los 20 medios digitales más leídos. En los consejos de administración de los medios de comunicación nos movemos, asimismo, en porcentajes muy por debajo de la presencia femenina en las redacciones y, especialmente, en las facultades de Periodismo.
Estos datos dan idea del peso de la mujer en las grandes decisiones de los medios informativos. No es difícil concluir que la información está diseñada y dirigida por hombres, a pesar de que el porcentaje de mujeres que se gradúa en Periodismo es del 64%. Y las cifras son bastante similares en toda Europa.
Desde la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) se ha decidido ondear la bandera del empoderamiento de la mujer en las empresas informativas. El mundo femenino sí se ha impuesto en algunas áreas informativas y avanzamos hacia la igualdad en los puestos de intermedios de dirección, pero aún estamos lejos de alcanzar una cierta equidad en responsabilidad y en salarios.
Donde alcanzamos cotas casi semejantes es en los puestos básicos. La representación de las periodistas en las redacciones, según el Informe de la Profesión, que elabora la Asociación de la Prensa de Madrid, se sitúa en el 47%.
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Los medios constituyen la llave para transformar la sociedad. Por eso, es esencial, asimismo, esmerarse en adaptar los contenidos. La mujer no suele aparecer como protagonista en las noticias: como experta, por sí misma, no solo como “mujer de”, figura para cuestiones domésticas o como imagen publicitaria, más o menos decorativa. También el número de columnistas femeninas es muy inferior
Según un estudio realizado en España por el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (GMMP), el 91% de expertos y el 82% de los portavoces consultados en los medios de comunicación generalistas son hombres. Apenas consultamos a expertas cuando necesitamos las declaraciones de algún especialista. Una imagen con fundamento eleva el prestigio intelectual y social de la mujer, y la influencia televisiva sobre los menores es enorme. Esencial para no perpetuar un modelo femenino inferior. El informe de la profesión periodística subraya también que existe un 64% de paro femenino, frente al 35% masculino.
Las mujeres periodistas se enfrentan a un ámbito de poder masculino, en el que los ojos del hombre constituyen la visión que marca la pauta en los medios de comunicación.
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Cabe destacar aquí un dato muy esclarecedor del informe: un 33,5% de las periodistas ha tenido que renunciar a un puesto de trabajo por no poder conciliar su vida familiar con la profesional. Un porcentaje que se reduce al 25,2% en el caso de los hombres. Los horarios españoles, que distan en gran medida del resto de los europeos, nos proponen una vida de trabajo sin horas para disfrutar de la familia.
La incorporación de la mujer al mundo laboral debiera haber equilibrado en la sociedad la dedicación familia/trabajo. Pero la mujer se ha incorporado a un mundo de hombres, donde la prioridad es el trabajo, y los horarios son laxos, porque ellos apenas se dedicaban a los hijos.
La racionalización horaria favorecería una mayor participación femenina en los puestos de mayor responsabilidad, pero beneficiaria directamente tanto al hombre como a la mujer para disponer de mayor tiempo propio.
El pasado Día de la Mujer, la FAPE, junto al Grupo de Trabajo de Mujeres de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, presentó ocho propuestas en favor de la conciliación en el ámbito periodístico:
1.- Adecuar el periodismo y la comunicación a la conciliación, lo que favorecería la incorporación de las mujeres periodistas a los puestos directivos de los medios de comunicación.
2.- Dotar al periodista de tiempo para la formación, y no solo la más estricta, sino también el cine, la lectura y los viajes.
3.-Desterrar el dogma de que quienes no están en la redacción no rinden. Trabajar más horas no es sinónimo de eficacia.
4.- Conseguir horarios similares a los que ofrece la profesión en otros países de Europa. No hacer convocatorias de prensa por las tardes ni los fines de semana.
5.-Eliminar las guardias presenciales.
6.- Reducir las jornadas y evitar el parón laboral al mediodía.
7.- Adelantar la programación de las televisiones en el tramo horario de prime time.
8.- Reflejar a la mujer en los medios de comunicación como valor de la sociedad.
El periodismo, desde hace 200 años, ejerce una labor de contrapoder. Sin periodismo no hay democracia. Ahora –además – debe construir imagen de igualdad.