José María Legorburu | 28 de mayo de 2017
Posiblemente, el resultado más relevante de la aplicación del Plan Transitorio de Ondas Medias de 1964 fue el de impulsar de forma decisiva la implantación en nuestro país de la “novedosa” emisión en la banda de Frecuencia Modulada (FM), patentada por el ingeniero estadounidense Edwin Armstrong en 1933. Antes de que esto ocurriera, el régimen ya había aprobado dos decretos que allanaron el terreno, uno fechado en agosto de 1958 que establecía la obligatoriedad de transformar las frecuencias locales de OM a FM; y otro, justo un año después, que exigía que los aparatos receptores fabricados en España incorporasen la banda de Frecuencia Modulada a partir del día 1 de octubre de 1960. A pesar de que en un primer momento se fijaba en estos decretos un plazo de solo cinco años para la implantación de la FM, otros dos (octubre de 1963 y julio de 1967) dieron un respiro a los operadores, ampliándolo en algunos años más. Eso sí, la sanción para las emisoras que no cumplieran con esta norma era la retirada de la concesión. Sin duda, era un sólido argumento para animarlas a hacerlo. Para entonces, España ya disponía de una cantidad considerable de frecuencias de FM, que le habían sido asignadas en virtud del Acuerdo Internacional de Radiodifusión de Estocolmo de 1952.
Radio Nacional de España llevó a cabo las primeras emisiones experimentales en FM en marzo de 1957, poniéndolas en marcha oficialmente a nivel local el 19 de julio de 1959. Siguiendo el esquema de la práctica totalidad de las corporaciones radiofónicas públicas de los países europeos en ese periodo, RNE constituyó el segundo programa –hoy Radio Clásica- en el mes de noviembre de 1964 y el tercero en 1967, la actual Radio 3. Las emisoras comerciales pioneras fueron, a comienzos de la década de los 60, Radio Mediterráneo de Valencia y Radio Barcelona FM, ambas pertenecientes a la Cadena SER.
Como se ha señalado, en un primer momento el objetivo de esta auténtica reconversión radiofónica consistía en que las emisiones en Onda Media fueran sustituidas en su integridad por las de Frecuencia Modulada pero, al final, supuso únicamente la obligatoriedad para todas las concesionarias de poner en marcha una frecuencia en FM, conservando la de OM, lo que no fue poco avance, pues los operadores habían mostrado su rechazo a implantar un nuevo sistema que les obligaba a cuantiosas inversiones en equipos, que limitaba sus coberturas con un dudoso incremento de la calidad del sonido y que, además, a corto plazo, no les iba a reportar ni más audiencia ni mayores ingresos publicitarios.
Por si fuera poco, las emisoras se verían obligadas a generar unas programaciones específicas para la nueva banda, pues no estaba permitida la multidifusión de la señal de Onda Media. Hay que señalar, en este sentido, que las primeras parrillas de estas nuevas emisoras no fueron musicales, sino que la radiofórmula acabó imponiéndose por la necesidad de cubrir la programación al menor coste posible, echando mano de los más jóvenes, los meritorios, que acabaron poniendo en antena música moderna. La lógica del mercado y la aparición del transistor, que miniaturizó y abarató el precio de los receptores, hicieron el resto. En apenas unos años, la Cadena SER descubrió y supo atender a un nuevo y numeroso segmento de la audiencia, los jóvenes del baby boom, acertando de pleno con la adaptación, a partir del día 18 de julio de 1966, de una fórmula de gran éxito en Estados Unidos: ‘Los 40 Principales’. Este formato tendría sus réplicas en ‘Los Populares’ y ‘Los Popularísimos’ de Radio Popular FM (COPE), ‘Los Peleones’ de Radio España FM de Madrid, ‘Los 25 Musicales’ de Radio Toledo FM, más tarde denominada Radio Tajo (Rueda Rato) o los éxitos de Radio Vinilo, la emisora en Frecuencia Modulada de Radio Intercontinental de Madrid.
En el año 1982, se produjo el auténtico boom de la Frecuencia Modulada, que tuvo como principal consecuencia la ruptura del duopolio de la radio generalista protagonizado durante décadas por radio Nacional de España y la Cadena SER
En todo caso, la auténtica eclosión de la FM en nuestro país no llegaría hasta el periodo democrático. Concretamente, en octubre de 1978 se aprobó el Plan Técnico Nacional de Radiodifusión Sonora, que sirvió para ajustar el número de frecuencias en Onda Media a los acuerdos de la Conferencia de Ginebra de 1975, un total de 249. Meses más tarde, en junio de 1979, vio la luz el Plan Transitorio de Radiodifusión Sonora en Ondas Métricas con Modulación de Frecuencia, que llevaba aparejada la adjudicación de 299 nuevas concesiones. Así, en el año 1982 se producía el auténtico boom de la Frecuencia Modulada, que tuvo como principal consecuencia la ruptura del duopolio de la radio generalista protagonizado durante décadas por Radio Nacional de España y la Cadena SER, sin apenas competencia de la Cadena COPE -con una audiencia minoritaria hasta ese momento- o de Radiocadena Española. Dio lugar a la aparición de nuevas cadenas de cobertura nacional, como Antena 3 Radio, Radio 80 y la Rueda de Emisoras Rato. Esta “explosión” de la FM también supuso el reforzamiento de las coberturas de las propuestas musicales ya existentes y la aparición de otras nuevas, como Radio El País o Radio Minuto-Cadena 16.