Bieito Rubido | 10 de mayo de 2021
Ha decaído el estado de alarma, pero persiste la amenaza. Queremos libertad, pero debemos evidenciar una madurez cívica.
La palabra mágica de la sociedad española, una vez que ha decaído el estado de alarma, es “responsabilidad”. Es lo que hay que pedirle a la ciudadanía en general, pero a los jóvenes en particular. El nivel de vacunados a estas alturas del año es aún insuficiente. De ahí que la pandemia sea todavía una amenaza para todos. Un peligro que acosa no solo a nuestra salud, sino también a nuestra economía, y ahí es donde la inteligencia emocional de los españoles debe funcionar mejor que nunca. Los que defendemos que el Estado no invada nuestra privacidad y que no nos usurpe la intimidad, debemos insistir más que nunca en el compromiso de la ciudadanía con los buenos y saludables modos de comportamiento, que van desde mantener la distancia social a lavarse reiteradamente la manos o usar mascarillas de manera permanente. Nos jugamos demasiado como para frivolizar con fiestas y encuentros masivos. Ha decaído el estado de alarma, pero persiste la amenaza. Queremos libertad, pero debemos evidenciar una madurez cívica.
Aunque resulte obvio, lo que más caracteriza a una sociedad democrática es la libertad y junto a ella va, inevitablemente, la responsabilidad. No podemos huir de ese compromiso de la convivencia. Es inmoral actuar en espacios públicos sin tener en cuenta las consecuencias que eso puede traer a tu vida y a la de los demás, pero muy especialmente a tu propia familia.
Volver al estado de alarma y mantener horarios restrictivos en la vida social sería un fracaso colectivo. Ya tenemos autoridades muy torpes como para que nosotros, los ciudadanos de la calle, empeoremos la situación. Por eso insisto en pedirle a quien ahora lee esto que ponga todo su empeño en no dar argumentos al que disfruta con medidas coercitivas sobre nuestra vida. A los seres humanos nos enaltece asumir nuestra responsabilidad. A los españoles no solo nos hará grandes; nos hará sanos… y libres.
Estamos en el día de reflexión de una campaña ciertamente atractiva que extendió su interés al resto de España. No se equivoquen, mañana no solo se vota el Gobierno de Madrid, mañana se le envía un mensaje muy claro a Sánchez: o vuelves al centro, a la moderación, a la socialdemocracia, o los votantes te echarán.
Ahora toca la ‘epidemia’ de las amenazas a políticos. Los medios tenemos una gran cuota de responsabilidad en todo ello, pero más todavía los políticos que quieren hacer un aprovechamiento perverso.