Bieito Rubido | 15 de marzo de 2021
La coherencia y la fidelidad a unos principios ya no existe. Por eso Ciudadanos se deshace como un azucarillo y al PSOE actual no le sirven los valores de la izquierda tradicional.
Las maniobras y las intrigas que desde hacía algún tiempo venía realizando Inés Arrimadas con los sobrevalorados fontaneros de la Moncloa han derivado en la agonía de Ciudadanos. Lo escribí la semana pasada: «No le auguro nada bueno a Inés Arrimadas y a su partido». Apenas pasaron unas horas y comenzó a demostrarse que así era. Ahora mismo la formación naranja se está deshaciendo, con abandonos, con peticiones de congresos extraordinarios y con unas encuestas que los llevan, ya no a la irrelevancia, sino a la desaparición. La pregunta es obligada: ¿Qué ocurrió para que un partido que levantaba tantas expectativas terminase como un juguete roto en manos de los dos grandes? La respuesta es la ambición. Los devoró la ambición y abandonaron el noble cometido de la política, que es el bien común, para convertirse en unos maniobreros. De esa manera, la intriga de Inés y su estado mayor solo les ha traído dolor y desolación.
En política, unas semanas son una eternidad. Incluso una madrugada murciana da mucho de sí, como demostró Egea, el secretario general del PP. Parece que no fue difícil convencer a los parlamentarios de Ciudadanos para que se pasasen al bando del Partido Popular. La duda radica justamente ahí. ¿Cuánta firmeza hay en las ideas de los que se dedican a la política? Si no hay principios, poco valen los pactos. Los de unos y los de otros. En la política española, muy especialmente en la izquierda y la extrema izquierda, quieren convertir los vicios en virtudes. Sus alianzas espurias con filoterroristas y golpistas pretenden presentárnoslas como algo normal, mientras denigran las posibles alianzas con Vox. Existe una urdimbre de mentiras con las que pretenden atrapar a los ciudadanos de a pie, a través de sus televisiones al rojo vivo.
Son unos maniobreros. La coherencia y la fidelidad a unos principios ya no existe. Por eso Ciudadanos se deshace como un azucarillo y por eso al PSOE actual ya no le sirven los valores de la izquierda tradicional. El PSOE de Sánchez solo quiere acaparar poder, ocuparlo. Por eso solo hace una cosa: maniobrar.
Habrá recuperación económica, pero no será España quien se aproveche de ella. Ni tenemos los gobernantes adecuados ni los aliados de ese Gobierno son dignos de confianza.
María Jesús Montero es todo un ejemplo de lo que no se debe hacer en política. Le falta prudencia, conocimiento y consciencia de sus limitaciones.