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La evidencia suele ser obstinada y los hechos son tercos. En el caso del hospital Isabel Zendal de Madrid, levantado en apenas tres meses para luchar contra la pandemia de la covid, se puede querer descalificar a cualquier precio a Isabel Díaz Ayuso. De hecho, eso es lo que se pretende desde las terminales mediáticas de la izquierda. La constatación, sin embargo, es palpable: estamos ante un centro de vanguardia que ya acoge a cerca de un millar de enfermos por esta pandemia y alivia la presión sobre una organización hospitalaria ya ejemplar por sí misma, como es el grupo de hospitales públicos de Madrid.

Los falsos paradigmas de la sociedad española establecen algunas matrices que van directamente contra la verdad. La izquierda se presenta en este país como proclive a las políticas sociales, pero las andanzas de Zapatero y Sánchez son el más elocuente testimonio de que sus políticas nos empobrecen a todos, pero muy especialmente a los más vulnerables. La experiencia de más de cien años de la corriente totalitaria del comunismo ya demostró que su ineficiencia solo nos hace más miserables, tanto en lo material como en lo espiritual. Ya está bien de silenciar las patrañas y mentiras que esta izquierda montaraz y sectaria quiere imponerle a la mayoría de la sociedad española.

España necesita un proceso de regeneración política que no solo tiene que ver con la corrupción material. Hay que recuperar valores que se han perdido, como el de la palabra dada, la coherencia, el esfuerzo, el amor a tu nación… Y tantos otros principios e ideales que aparecen arrumbados en la triste realidad de la España actual. Entre esos valores podría estar el de reconocer las evidencias. Por ejemplo, que el hospital Isabel Zendal de Madrid ha sido y sigue siendo todo un éxito.  Si empezamos por ahí, reconociendo las evidencias, tal vez construyamos una sociedad mejor.