Bieito Rubido | 26 de febrero de 2021
Hay más hambre que nunca, más colas reclamando alimentos que nunca, más parados que nunca, más jóvenes sin futuro…
Reconozco que las preocupaciones no son buenas. Atenazan en el presente y no dejan otear el futuro. A pesar de ello, le confieso, amigo lector, que estoy preocupado. El motivo es la economía de nuestro país. Porque sé que ahora mismo hay muchos pequeños empresarios con dificultades para pagar la nómina de este mes. No son esos multimillonarios a los que quiere zaherir Iglesias Turrión. No, se trata de empresas familiares, modestos talleres, restaurantes, comercios del centro de las ciudades… en definitiva, toda esa pequeña economía que hace grande a España. Apenas sí han recibido ayuda alguna, a diferencia de sus colegas de otros países europeos. España es el miembro de la UE que menos ayudas directas dio a las pequeñas y medianas empresas. La SEPI se dedica a rescatar a grandes compañías, pero a esa red de establecimientos que pueblan nuestro país los ha abandonado.
Como ya escribí varias veces, el sistema mediático español, en manos de capitalistas, pero con una visión desde la izquierda, actúa como narcótico con la ciudadanía. Hay más hambre que nunca, más colas reclamando alimentos que nunca, más parados que nunca, más jóvenes sin futuro… No importa, compramos toda la mercancía averiada que la denominada «nueva política» nos vende. Cortinas de humo que nos impiden ver la realidad. Compramos incluso las mentiras de Sánchez. Sin ningún género de dudas, el presidente de Gobierno que más ha mentido. Récord de dudoso honor.
Seguiremos vivos, si Dios quiere, en los próximos años. Entonces hasta es probable que tenga que reconocer que la inquietud de este tiempo presente era excesiva. No me importará nada, créanme, pedir perdón por mi error y por mi desasosiego desmesurado. Ojalá. Pero ¿saben una cosa?, la Tierra es redonda y gira constantemente, por mucho que Sánchez y sus aliados de extrema izquierda nos digan desde sus canales televisivos que es planicie inamovible. E pursi muove.
Demostremos que tenemos aprendida la lección de la manifestación del 8M del año pasado. Aprovechemos lo que hemos visto y combatamos el dogmatismo.
Sánchez, sentado en la cresta de la curva de soberbia, sigue viendo cómo sus socios de extrema izquierda levantan hogueras en las calles, alientan la violencia y el humo ciega los ojos de la ciudadanos.