Bieito Rubido | 29 de enero de 2021
La izquierda y la extrema izquierda ya demuestran que les valen también los votos de la derecha más conservadora.
Casi todo está dicho y escrito. Algunas reflexiones o ideas vienen de tan lejos, que se remontan miles de años. El elogio de la prudencia en política es de Aristóteles y la necesidad de una serena razón en la vida pública ya aparecía en los personajes de Molière. En realidad, entre todos, lo sabemos todo. Las dificultades surgen cuando los mesiánicos nuevos líderes de la política populista que asola Occidente destruyen todo con su extremismo. Hago esta reflexión para tratar de explicar, al mismo tiempo que intento entenderlo yo, el fenómeno que ayer se produjo al lograr el Gobierno de Sánchez sacar adelante el proyecto de inversión de los fondos europeos, gracias al apoyo de Bildu –filoterroristas— y la abstención de Vox.
La verdad es que me alegro de que en el juego parlamentario puedan darse esas variaciones. Y me alegro porque el argumento de Vox para abstenerse es positivo: «Tiene que llegar ese dinero a la gente que lo necesita». Pero es que además la izquierda y la extrema izquierda ya demuestran que les valen también los votos de la derecha más conservadora. Ya no pueden volver a decir ni ellos ni sus terminales mediáticas –la mayor parte del panorama, por cierto— que los votos de Vox no sirven. Semejante argumento era un ejercicio de desprecio democrático que los inhabilitaba.
En Grecia ya hubo alianza entre la extrema derecha y la extrema izquierda, cuando los socios de Podemos ganaron las elecciones. Los extremos se tocan. Pero ni España es Grecia, ni Vox es Amanecer Dorado, ni Sánchez leyó a Aristóteles. Al margen de ello, recuerden que la mayor virtud del buen político es la prudencia, ya que juega con cuestiones esenciales que nos afectan a todos los ciudadanos.
España es diversa, pero mucho menos de lo que los nacionalistas os empeñáis en aseverar; porque tú, Iceta, eres socialista y nacionalista, si es que eso es posible.
En España ya se ha logrado un principio activo contra la covid, pero hay funcionarios con alma de burócratas que solo ponen palos en la rueda del progreso.