Bieito Rubido | 30 de diciembre de 2020
Pilar Cancela, una diputada gallega de notable indigencia intelectual, nos agravia diciendo que el Gobierno de Sánchez nos ha comprado las vacunas.
El dinero público tiene dueños: los ciudadanos, usted y todos los españoles que pagamos nuestros impuestos. Lo tenía muy claro Margaret Thatcher, quien llegó a afirmar que «no existe tal cosa llamada dinero público, solo existe el dinero de los contribuyentes». Convendría recordárselo no solo a Carmen Calvo, autora del memorable «el dinero público no tiene dueño», sino especialmente al binomio rupturista que hoy nos gobierna. Sánchez, el presunto liberal socialista pasado a la radicalidad, e Iglesias, el indisimulado dirigente de la extrema izquierda, siguen creyendo que el Estado puede gastar sin medida y para ello no han encontrado mejor remedio que meternos la mano en los bolsillos y llevarse nuestros ahorros. A eso se le llama subir los impuestos. La buena teoría dice que el gobernante que incremente las tasas debería crear un ambiente de bienestar social general, y no parece que ese sea el caso actual de nuestro país.
Los impuestos modernos se inventaron con supuestos criterios objetivos y con el fin de que el que más tiene aporte para que el que menos tiene viva mejor. Pero esto es solo la teoría. En realidad, el que más tiene cada día tiene más; quien menos tiene cada día vive peor, y Sánchez e Iglesias –que manifiestamente han mejorado sus condiciones de vida— no logran que la mayoría de los españoles mejoremos nuestro nivel de confort. Cada día hay más paro, cierran más empresas… y Pilar Cancela, una diputada gallega de notable indigencia intelectual, nos agravia diciendo que el Gobierno de Sánchez nos ha comprado las vacunas.
A ver, Pilariña, con todo el cariño: la compra de las vacunas la gestionó la UE desde Bruselas, el dinero lo ponemos nosotros, además del sufrimiento y de nuestro trabajo diario. Al interino de la Moncloa, tu jefe de filas, le corresponde subir o bajar impuestos, es decir, meternos más o menos la mano en el bolsillo. De momento no hace otra cosa que empobrecernos. Un consejo, Cancela: dale una lectura a Lao-Tse, que no era de Vox ni de Podemos. No te vendría mal, para aprender a ser dueña de tus silencios.
La Corona está ante la peor de las trampas saduceas: sabe que necesita a los socialistas, pero estos se mantienen en esa media distancia en la que no se comprometen con la defensa de la Monarquía.
Más allá de su sectarismo rupturista, al interino de la Moncloa hay que reconocerle un halo de mala suerte. Con él llegaron todas las plagas.