Javier Pérez Castells | 01 de julio de 2021
Con una protección superior, es muy poco probable que se nos venga encima una gran ola que provoque nuevos problemas en el sistema sanitario y, lo que es peor, cifras significativas de fallecimientos. Aunque debemos estar preparados para ver subir los números de contagios.
Es totalmente normal que los virus se vayan haciendo más contagiosos y menos letales. Lo segundo lleva más tiempo y aún no lo hemos observado en el caso del coronavirus. Pero lo primero ya se ha producido varias veces, porque, si una variante nueva es más contagiosa, lógicamente se distribuye más rápidamente que la anterior y la desplaza. La variante india, ahora denominada Delta debido a la lógica intención de la OMS de no estigmatizar a ningún país, ya está presente en el 10% de las muestras secuenciadas en España, es abrumadoramente dominante en el Reino Unido (más del 90%), y es indudable que lo acabará siendo en toda Europa, incluido nuestro país, en muy pocas semanas. Hay miles de variantes del virus, pero las que presentan mutaciones en la proteína spike que interviene al inicio del contagio son las que más preocupan. Esta variante Delta tiene dos mutaciones que hacen a esta proteína interaccionar con más afinidad con su receptor, que se llama ACE y que se sitúa en las células epiteliales del tracto respiratorio. Con lo cual, la infección es más probable y rápida, pero las consecuencias subsiguientes no parecen ser peores y la enfermedad no es más grave.
La infección es más probable y rápida, pero las consecuencias subsiguientes no parecen ser peores y la enfermedad no es más grave
Para pronosticar lo que va a pasar y prepararnos para esta nueva situación desafiante, se puede observar lo que está ocurriendo en el Reino Unido, situación para la que nosotros tendremos semejanzas y diferencias. El crecimiento de casos en Reino Unido está siendo muy potente y en un mes han pasado de 2.000 a cerca de 20.000 casos diarios. El aumento en las hospitalizaciones crece a un ritmo de aproximadamente la mitad de lo que ocurrió en las anteriores olas con el mismo ritmo de crecimiento de casos. El incremento de pacientes en UCI ha sido relativamente escaso, han pasado de 120 a 250 pacientes en todo el país. De momento, el Gobierno está aguantando sin recoger velas en las medidas de desescalada para intentar ver si se puede llegar a una situación de equilibrio en la que la vida continúe con cierta normalidad, soportando cierta presión en el sistema de salud.
¿Es esto lo que nos espera? ¿Asistiremos a una ola adicional a pesar de la vacunación? La contestación es sí y no. Al ser más contagiosa, la variante Delta se está distribuyendo rápidamente entre la juventud que todavía no está vacunada (y anda un poco desbocada), pero algunas personas vacunadas también se contagian. Y aquí está la primera gran diferencia con respecto al Reino Unido. La vacuna de AstraZeneca, según un estudio reciente de la revista The Lancet, tan solo protege con un 20% a los que han recibido una única dosis y la protección sube hasta el 60% para los que han recibido las dos. Sin embargo, los que tienen pauta completa con la vacuna de Pfizer (no tengo datos de la de Moderna, pero tiene que ser parecido) están protegidos en un 79%, si bien estas cifras son todavía algo provisionales (por comparación, la protección frente a la cepa inicial alfa era del 73% en AstraZeneca y del 92% en Pfizer). Ese 19% de diferencia en protección es absolutamente crucial y nos dejará aquí en España una situación muy diferente. Habrá más casos (ya han empezado a subir, de hecho), pero las hospitalizaciones subirán muy poco (aún seguirán bajando algunos días más) y menos aún los ingresos en UCI. En cuanto a las personas que han recibido AstraZeneca y muchas aún tan solo una dosis, deben cuidarse mientras no completen la pauta. Luego, yo no estaría muy preocupado, puesto que se van a beneficiar de la inmunidad general. Para los que todavía no han recibido la segunda dosis (y puedan elegir), me plantearía pedir Pfizer en esta nueva situación, a pesar de que he recomendado lo contrario hasta hace poco a los que me lo habían preguntado.
AstraZeneca protege con un 20% a los que han recibido una dosis y sube hasta el 60% para los que han recibido las dos. Los que tienen pauta completa con Pfizer están protegidos en un 79%
Otra cuestión que hay que recordar es que, a pesar de poder contagiarse, las personas vacunadas sí cuentan con cierta protección que las hace sufrir la enfermedad con menos gravedad. Durante las olas segunda y tercera de la pandemia, se cumplió bastante bien la regla del 20-20-20: el 20% de los infectados eran hospitalizados, el 20% de los hospitalizados acababan en UCI y el 20% de estos pacientes acaban falleciendo. Pero en el Reino Unido se está observando que, de los pacientes vacunados que se contagian, solo acaba en el hospital menos del 10%. Aún no hay datos sobre UCI y fallecimientos, pero posiblemente toda la regla habrá que dividirla, al menos, entre dos.
En definitiva, con una protección 20 puntos superior y la conservación de cierta protección en el caso de infectarse, es muy poco probable que se nos venga encima una gran ola que provoque nuevos problemas en el sistema sanitario y, lo que es peor, cifras significativas de fallecimientos. Debemos estar preparados para ver subir los números de contagios sin perder la calma.
Una cuestión final que sigue estando en el horizonte es cuánto durará la inmunidad. Hasta ahora sabemos que las personas contagiadas en la primera ola conservan anticuerpos en un 75% de los casos un año después. Dado el tipo de virus, lo lógico es que en un segundo año los vayan perdiendo, pero siempre queda la inmunidad celular, que es más difícil de medir pero más duradera. Posiblemente, al final de esta campaña de vacunación habrá que iniciar otra con una dosis única adaptada a las cepas que en ese momento estén vigentes. Yo confío en el efecto trinquete, es decir, que no retrocedamos en materia de normalización, pero el avance hacia la normalidad definitiva va a ser lento y el maldito virus seguirá presente en nuestras vidas durante bastantes meses más.
Es el momento de dar un paso hacia la normalidad total. El avance de la vacunación y la situación epidemiológica nos lo permiten. Quedan meses de convivencia con el virus, pero no debemos concederle que nos amargue la vida más de lo estrictamente necesario.
Queremos animar a la creación de centros o instituciones en los que se garanticen el cuidado de las personas y el ejercicio ético de la actividad sanitaria y asistencial. Es nuestro deber apostar por la vida.