Jaime Vilarroig | 10 de julio de 2019
Ciudadanos propone regular los vientres de alquiler altruistas. Sea a cambio de dinero o no se trata de concebir a una persona como mero objeto.
Ciudadanos acaba de hacer una nueva propuesta de ley sobre la maternidad subrogada o vientres de alquiler. Es bien sabido que Ciudadanos, por el momento, es el único partido que desde el inicio propone legislar sobre este tema y levantar la prohibición hasta ahora vigente.
Aquí, como en tantos temas bioéticos, los nombres no son neutros. No es lo mismo llamarlo “interrupción voluntaria del embarazo” frente a “aborto”, “muerte digna” frente a “asesinato consentido”, “FIV” frente a “bebés probeta”, o el caso que nos ocupa: “vientres de alquiler” frente a “maternidad subrogada”.
No parece muy altruista poder conseguir un sobresueldo de 10.000 euros a cambio de nueve meses de embarazo
El caso es que la propuesta de Ciudadanos, precisamente, invalidaría el término “vientres de alquiler” para designar lo que eufemísticamente se conoce como “maternidad subrogada” porque la novedad está precisamente en que no haya ningún pago por contraprestación de servicios. Así que, en lugar de legislar sobre los “vientres de alquiler”, su propuesta pretende legislar sobre lo que podríamos llamar “vientres altruistas”.
Con esta propuesta, parece que se intenta desactivar el que para muchos sería el principal obstáculo de los vientres de alquiler: la mercantilización de la maternidad. Así que se impone examinar dos cuestiones. ¿Se trata efectivamente de una desmercantilización del proceso? Y en el caso de que la respuesta fuera afirmativa, ¿entonces ya no tienen ningún problema moral los vientres altruistas?
Circunscribir la maternidad subrogada a los casos de altruismo en los que una mujer se ofreciera voluntariamente a llevar a cabo el proceso ¿desmercantilizaría la maternidad subrogada? Es muy dudoso que sea así. Más bien parece que sucede todo lo contrario. En los dos países donde esta práctica se lleva a cabo (Inglaterra y Canadá) existe la obligación de que la pareja solicitante pague a la madre gestante los gastos ocasionados por el proceso. Algunas estimaciones a la baja hablan de 10.000 euros, lo que no está mal por nueve meses de embarazo. Obviemos por cuestión de brevedad los pagos en economía sumergida.
Una duda: si la altruista mujer gestante percibe 10.000 euros por su embarazo y a la vez está trabajando, ¿lo tendrá en cuenta Hacienda cuando llegue la declaración? ¿O al tratarse de un proceso altruista (en el que se ganan 10.000 euros) desgravará? Porque no parece muy altruista poder conseguir un sobresueldo de 10.000 euros a cambio de nueve meses de embarazo. Veámoslo de otro modo. A partir de ahora todos los voluntarios que quieran pasar su tiempo con ancianos, educando a niños desfavorecidos o repartiendo mantas a personas sin hogar, recibirán 10.000 euros por cada nueve meses de trabajo. Esto, como todo el mundo sabe, no mercantilizaría el voluntariado. Seguiría siendo todo tan altruista como antes. ¿De verdad?
Vengamos a la segunda cuestión. Supongamos que se trata de un proceso absolutamente altruista: una mujer sin que se le dé absolutamente nada a cambio está dispuesta a gestar durante nueve meses el hijo de otra pareja. Entonces, ¿estaría bien? De ningún modo.
Los vientres altruistas introducen en el marco de las relaciones familiares las mismas disrupciones que los vientres de alquiler. ¿Quién es la auténtica madre? En pleno siglo XXI parecería que debiéramos tener asumido que la maternidad cromosómica o legal es secundaria respecto a la maternidad de cuidados. Pero la maternidad de cuidados empieza, precisamente, en el minuto uno de la concepción: las mujeres encinta conocen muy bien todas las atenciones que han dispensado a su hijo en los nueve meses de embarazo. Ahora, con esta ley, darán igual los cuidados que hayas dispensado a una vida naciente: importará más lo que dicen los cromosomas o lo que dice el contrato.
Qué pena que con tanto niño huérfano o abandonado el ideal de maternidad o paternidad se cumpla solo con los hijos ‘de mi propia sangre’
El feminismo de todos los colores se opone a la maternidad subrogada, porque lo entiende como una objetualización del cuerpo de la mujer, y hace bien. Que se pague por ello o no es un mero detalle. Por lo mismo que la esclavitud debería estar prohibida: sea a cambio de dinero o sea altruista se trata de concebir a una persona como mero objeto.
Qué pena que con tanto niño huérfano o abandonado en el mundo el ideal de maternidad o paternidad se cumpla solo con los hijos “de mi propia sangre”. Aunque los geste otro. Pero si concebimos la maternidad como la mera satisfacción de un deseo, es lo que hay.