Fernando Carratalá Teruel | 01 de abril de 2021
Análisis de Paso, quinto título que forma el Poema de la saeta, en el centenario de la publicación de la primera versión del Poema del cante jondo, de Federico García Lorca.
Paso
Virgen con miriñaque,
virgen de la Soledad,
abierta como un inmenso
tulipán.
En tu barco de luces
vas
por la alta marea
de la ciudad,
entre saetas turbias
y estrellas de cristal.
Virgen con miriñaque
tú vas
por el río de la calle,
¡hasta el mar!
El poema Paso, cuyo título designa la efigie o grupo que representa un suceso de la Pasión de Cristo, y se saca en procesión por la Semana Santa, es un romancillo heterométrico compuesto por 14 versos, que van desde las dos sílabas métricas -la palabra «vas», del verso 6-, hasta las ocho -son octosílabos los versos 2, 3 y 13-; y presenta asonancia agua /á/ en todos los versos pares. Si dividimos el romancillo en tres partes (versos 14, 5-10 y 11-14), la tercera parte contiene las rimas cruzadas propias de una cuarteta: /á-e/ (versos 11 y 13), /á/ (versos 12 y 14), y la asonancia /á-e/ abre el primer verso, que se repite como verso 11). El resto de los versos son sueltos: 3 (/é-o/), 5 (/ú-e/), 7 (/é-a/) y 9 (/ú-a/). Y resulta especialmente significativo el desigual número de sílabas de los versos y los tipo de asonancias en determinados lugares del poema, porque ayudan a sugerir ese «vaivén» continuo del oleaje humano y ese balanceo acompasado del paso de la Virgen de la Soledad, en su recorrido por las calles sevillanas cruzadas por el Guadalquivir.
En los cuatro primeros versos, García Lorca compara el miriñaque de la Virgen de la Soledad, que da vuelo a su vestimenta, con un «inmenso / tulipán». El símil tiene un doble fundamento, apoyado, por un lado, en la significación de miriñaque (armazón interior y circular de tela rígida o muy almidonada, reforzado con aros de metal, que se ponían las mujeres debajo de las faldas para abombarlas, a la altura de las caderas); y, por otro ante las características del tulipán (cuyas hojas son grandes, así como su flor, de seis pétalos de hermosos colores). El encabalgamiento «inmenso / tulipán» ayuda a visualizar el gran tamaño del miriñaque que porta la Virgen de la Soledad, que se venera en la Parroquia de San Lorenzo Mártir, de Sevilla (la advocación de esta Dolorosa sevillana cierra los desfiles procesionales de la tarde del Sábado Santo).
Los versos 5-8 y 12-14 están en estrecha relación («En tu barco de luces / vas / por la alta marea / de la ciudad» […], «tú vas / por el río de la calle, / ¡hasta el mar!». El «barco de luces» -por alusión a la candelaria- es el propio paso, llevado a hombros por costaleros, que lo «mecen» con especial cuidado y esfuerzo; «barco» que navega «por la alta marea / de la ciudad, / entre saetas turbias / y estrellas de cristal» (el adjetivo «turbias» del verso 9, aunque aplicado a «saetas», puede adquirir el significado de «turbulentas», en referencia a la muchedumbre arremolinada que lleva en sus manos velas cuyas luces parecen «estrellas de cristal» -verso 10-; en coherencia con los versos 13-14: con unas calles («por el río de la calle») abarrotadas de gente, «hasta el mar». Sin duda, la riqueza de las imágenes visuales se producen tanto en el poema como en la realidad.
Análisis de Sevilla, tercer título que forma el Poema de la saeta, en el centenario de la publicación de la primera versión del Poema del cante jondo, de Federico García Lorca.
Análisis de Procesión, cuarto título que forma el Poema de la saeta, en el centenario de la publicación de la primera versión del Poema del cante jondo, de Federico García Lorca.