Ana Rodríguez de Agüero | 03 de julio de 2021
Publicaciones de Manuel García Morente y José María Carabante, junto con nuestro Cuestionario Proust a Esperanza Ruiz.
Hace años que la editorial Encuentro está editando las obras fundamentales del filósofo Manuel García Morente, en un trabajo discreto y fecundo, que busca acercar al lector actual la obra de uno de los grandes españoles del siglo XX, por desgracia bastante olvidado en nuestros días. Dentro de esta labor, ve la luz un tomo de escritos sobre tema literario del que fue decano de la Facultad de Filosofía de la actual Universidad Complutense, en su época de mayor esplendor.
Estudios Literarios
Manuel García Morente
Ediciones Encuentro
148 páginas
16,50€
En un ensayo entusiasta y ameno, trufado de citas muy pertinentes, conducente todo él a la reflexión previa a la acción, no es menor el mérito de no dejarse caer en estériles derrotismos, sino de impulsar al lector a cultivar con renovado brío lo que es propio del hombre, «el único ser capaz de contemplar» y también «el único que puede descubrir lo que son auténticamente las cosas». Una llamada urgente a recuperar lo humano y acercarse a lo real, alejándose de la fatua diversión, entendida esta al modo de Pascal, como aquello que «nos impide principalmente pensar en nosotros mismos y nos hace perdernos sin darnos cuenta».
La suerte de la cultura
José María Carabante
La Huerta Grande
90 páginas
12€
Hoy se enfrenta a nuestro cuestionario Esperanza Ruiz, columnista habitual de El Debate de Hoy y El Español. Esperanza Ruiz se ha destacado este año como una de las autoras a las que hay que seguir, y para no quedarse como Sofía Mazagatos con Vargas Llosa, también leer. Además, es la impulsora de diversos concursos literarios desde Posmodernia.com y con el atractivo de Matsu, lo que la convierte, más aún, en «provocadora» literaria. Por cierto, apunten el dato, que en los próximos meses se estrena con su primera obra en la también debutante editorial Monóculo.
Tu momento y lugar para escribir
La fecha tope de entrega o el ansia viva. Y el resultado a veces no es mejor, aunque la motivación parezca más legítima. Lo que sí es cierto es que no tengo método ni concierto, voy arañando ratos. O cediendo a impulsos, cuando la herida sangra hay que atenderla.
El lugar me es indiferente, como mucho ordeno un poco la mesa para tener localizada la documentación si fuera el caso. Nada de rituales esotéricos o postureo.
Y para leer…
Casi lo mismo. Pero es curioso, desde hace un año más o menos que no leo por placer, en el sentido de escoger yo cada una de mis lecturas y, sin embargo, he leído más que nunca y ampliado mi «campo de acción» con gusto. El lugar, si es posible, en un sillón cómodo en el que pueda adoptar extrañas posturas. Lo de leer en la cama es una de las cosas que se llevó la juventud y el móvil.
Tu «top 3» literario: un novelista, un poeta, un ensayista
Foxá, Luis Rosales, Jiménez Lozano.
¿Te gusta prestar libros?
Ya no presto, regalo. Recuerdo perfectamente a quién he prestado -y no me ha devuelto- y qué títulos, aunque no con rencor. Quizá sea porque yo también me he quedado con algunos. En mi defensa diré que se trataba de auténticas bazofias y estoy prestando un servicio a la humanidad: retenerlos en mi casa para no contribuir a su difusión. Algo así como cortar la cadena de transmisión del mal.
En la lectura, ¿subrayas y haces anotaciones?
Alguna anotación a lápiz cuando relaciono el texto con otro y, definitivamente, subrayo con fluorescentes. No está reñido con nada, y mi incipiente presbicia lo agradece. El pulso también, prefiero un subrayado hortera pero recto que uno tembloroso a lápiz. Me encantan las ediciones cuidadas, las portadas elegantes y el papel de calidad, pero de un libro espero mucho más que saciar mi adicción estética y al papel y subrayando así consigo que deje su poso en mí. Tengo buena memoria fotográfica y también me ayuda cuando necesito volver sobre él. Normalmente puedo recordar si lo que busco estaba subrayado, el párrafo y si en página par o impar.
La lectura que tienes ahora entre las manos.
Acabo de terminar Homo relativus de Iñaki Domínguez, un ensayo fantástico sobre la historia y filosofía del relativismo, y he retomado los Diarios de Léon Bloy. Los voy leyendo a sorbos y como preludio para exprimir cien por cien El peregrino absoluto de Armando Pego. Y tengo cientos de pantallazos en el móvil de lecturas que voy pillando al vuelo y que algún día…
Un clásico pendiente.
La Divina Comedia. Pero la estoy reservando. Me he empeñado en leerla por las noches, ahora sí, en la cama y con la persona amada. Creo que Enrique García-Máiquez recomienda la edición de Acantilado.
Un libro sobrevalorado.
Rayuela de Cortázar, El perfume de Süskind, El lobo estepario de Hesse… por no irme a lo obvio.
El libro que no pudiste acabar.
Recuerdo el primero de mi vida que no acabé. Me causó remordimientos de conciencia, como si estuviera cometiendo una herejía. Cuando era adolescente me encantaba Eduardo Mendoza y leía todo lo que publicaba. Me dejé La isla inaudita a medias. Quizá no era el momento. Me ocurrió también con Bella del Señor de Albert Cohen, y cuando lo retomé me lo leí en un par de sentadas. Después ha habido más, pero ahora ya sin remordimientos.
El último libro que te han regalado.
Me llegan a menudo libros de editoriales o autores. Por parte de amigos: El último Negroni de Gistau, las obras completas de Chaves Nogales y Por gusto del marqués de Tamarón.
El libro que te gusta regalar
Mi primera colaboración en El Debate la inspiró Cartas a mi novia de Bloy. En cierto modo articuló mi manera, intuitiva hasta entonces, de aproximarme al amor. Entre eso, y el subidón de publicar en El Debate, me dio por regalárselo a todo el mundo. Debí enviar unos 15. A casi nadie le hizo gracia (el libro, del artículo salí bien parada). Bloy es complejo, huraño y poco luminoso. No es el alma de la fiesta ni toca las castañuelas cuando habla del amor. Pero yo creo que su concepción trascendente -casi mística- y eterna del mismo tiene vigencia. En cualquier caso, ya se me pasó la fiebre por regalarlo.
Aún no se lo he dicho a mi jardín y Los grandes espacios protagonizan una Revista de libros de lo más florida. Además, nuestro Cuestionario Proust con la escritora y editora Clara Pastor.
Ana Rodríguez de Agüero & Pablo Velasco
Publicaciones de Andrés Trapiello, Juan Manuel de Prada y G.K. Chesterton, junto con nuestro listado de novedades editoriales y el Cuestionario Proust a José F. Peláez.