Alfredo Alonso García | 06 de febrero de 2021
José Ramón Ayllón, tras un valioso y útil ejercicio de síntesis de historia de pensamiento de la humanidad, identifica los interrogantes esenciales que rodean la cuestión sobre la conducta humana.
Veinte años después de su Ética razonada, el filósofo y prolífico escritor José Ramón Ayllón (Cantabria, 1955) ofrece una reflexión actualizada y totalmente necesaria para la época que vivimos, marcada por continuos y globales cambios sociales que afectan a la conducta de las personas.
Ética actualizada
José Ramón Ayllón
Homo Legens
328 págs.
19,50€
Este estudio adopta como enfoque el valioso legado cultural de la Grecia y Roma clásica y el cristianismo sobre el que Occidente se erige, y sin el cual no habría sido lo que es. Por lo que cada capítulo contiene enseñanzas de los clásicos (Sócrates, Platón, Aristóteles, Séneca, Cicerón, san Agustín de Hipona…). Aunque esto no resta protagonismo a las filosofías e ideologías que alteran «la visión de la vida» proporcionada por esta triple tradición. Por lo que, entrando en debate, se contrasta y se contesta a los postulados de sus filósofos más influyentes: Hume, Kant, Marx, Nietzsche, Freud…
La primera de las dos partes que componen esta obra analiza diez aspectos de ética. El bien (la felicidad, en rigor) se fija como horizonte de la acción humana, aunque ¿cuál es el criterio ético para obrar y alcanzarlo? Se atiende al carácter de la libertad, que implica asumir la responsabilidad de nuestros actos (deber moral). La verdad es reconocida como fundamental en cualquier relación ética; quienes la niegan encuentran respuesta a sus argumentaciones (relativismo, escepticismo, subjetivismo, positivismo). Se presenta el estatuto natural del placer: la razón debe gobernar los apetitos si no quiere acabar «tiranizada» por ellos; se analiza la ideología que propone su tesis contraria: la liberalización de los instintos (revolución sexual). Otro factor ético es el deber, que se desarrolla inherentemente al cumplir con los compromisos personales y sociales; se introduce en esta reflexión un asunto muy enjundioso: las beneficiosas implicaciones éticas del «buen profesional».
Toda la ética clásica es una propuesta sobre virtudes, y todas las virtudes se pueden reducir a las cuatro platónicas, denominadas más tarde ‘cardinales’ porque sobre ellas gira la vida moralÉtica actualizada, José Ramón Ayllón, p. 26
Tres aspectos éticos demandan ser cultivados para consolidar una conducta ética. Los sentimientos necesitan educarse para afianzar emocionalmente al ser humano. La conciencia precisa también formarse para saber diferenciar lo bueno de lo malo, aunque por sí sola no basta. Por lo que la persona requiere ejercitarse además en virtudes: habituarse a realizar actos que supongan un bien con que fortalecer su modo de ser y así adquirir «una segunda naturaleza» virtuosa. La dimensión relacional de la persona encuentra su desarrollo en la convivencia en común, que exige un mínimo orden social, organizándose en instituciones que originalmente persiguen el bien común con que lograr el progreso como sociedad; se cuestiona el impacto que producen, entonces y hoy, el liberalismo y el marxismo. La justicia y las leyes deben considerarse también básicas para dinamizar la vida social, pues intrínsecamente buscan garantizar el bien común; se advierte la deriva de filosofías que propugnan la ruptura entre la naturaleza y la ley, reduciendo la convivencia a un mero «contrato social».
La segunda parte continúa despertando nuevos interrogantes, englobados como «retos actuales de la ética». El primer desafío surge de la natural apertura a la trascendencia de la persona, que la capacita para conocer y amar a Dios y la impele a contestar si Él es su último fundamento ético. El siguiente capítulo, que considero central, desenmascara el influjo que sobre la ética ejercen actualmente las ideologías que rompen con los principios de la tradición greco-romana y cristiana; se identifican las surgidas desde el siglo XVIII hasta hoy: Ilustración y masonería, positivismo y nacionalismos, liberalismo y comunismo marxista, evolucionismo radical y ecologismo, psicoanálisis y revolución sexual, ideología de género y posverdad (fake news, corrección política, memoria histórica…). El reto siguiente permanece como tal desde su nacimiento (mitad del siglo XX): la bioética, ya que estudia las consecuencias éticas de las técnicas biomédicas que actúan en sus límites deontológicos, a saber: no se puede despojar de valor a la vida humana. Finalmente, se plantea devolver a la familia su estatus de institución social nuclear, ya que en su seno se proporciona a sus miembros el desarrollo afectivo, educativo, moral y cultural, lo que debe reconocerse como un servicio esencial para la sociedad civil; se considera el radical ataque que sobre la familia efectúan el feminismo y la ideología de género.
Ayllón, tras un valioso y útil ejercicio de síntesis de historia de pensamiento de la humanidad, identifica los interrogantes esenciales que rodean la cuestión sobre la conducta humana.
Además, proporciona claves actualizadas para entender los «problemas» éticos de nuestra sociedad presente, afectada gravemente por filosofías e ideologías posteriores al legado greco-latino y cristiano que constituye su fundamento. Ética actualizada está redactado con un lenguaje fresco, claro y directo, que facilita el acceso a la reflexión filosófica. Resulta un libro útil porque suministra y aclara ideas, a veces confusas en estos tiempos de «la sobreinformación». Cada capítulo acompaña una serie de preguntas que invita a alcanzar conclusiones propias. Contiene un minucioso y práctico índice temático de autores y de conceptos. El lector no se arrepentirá de su lectura.
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