Hilda García | 07 de junio de 2019
Yllana dirige «We love Queen», un espectáculo poliédrico que rompe la cuarta pared, divierte y logra conectar con un público de todas las edades.
Queen reina de nuevo. Tras el éxito de la oscarizada Bohemian Rhapsody (Bryan Singer y Dexter Fletcher, 2018), la banda del inolvidable Freddie Mercury está más viva que nunca. El Teatro La Latina de Madrid ha querido sumarse a este homenaje con el regreso de la obra We love Queen, que permanecerá en cartel del 5 al 23 de junio, bajo la dirección de la compañía Yllana.
Música en directo, teatro, baile, humor… una variada mezcla de géneros compone este poliédrico espectáculo. Aunque se trata de un producto difícil de definir, hay algo innegable: We love Queen es un show lleno de energía y buenas vibraciones, una ceremonia en la que el público es parte activa.
Durante más de una hora y media, el escenario se convierte en una especie de templo de los adoradores del grupo de Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon. Esta referencia religiosa escapa de una eventual irreverencia, al entenderse como licencia artística que no resulta en absoluto falta de respeto.
Con una puesta en escena multicolor, We love Queen comienza cuando unos monjes, ataviados al más puro estilo El nombre de la rosa, se dirigen hacia el escenario. Al levantarse el telón, sobre un trono real aparece el maestro de ceremonias, Enrique Sequero, que conduce el show con desparpajo y muchas tablas. Este intérprete, curtido en mil musicales (Jesucristo Superstar, Cats o Notre Dame de París), demuestra que tiene una buena voz y, sobre todo, un bonito timbre.
‘We love Queen’ es un espectáculo lleno de energía y buenas vibraciones, una ceremonia en la que el público es parte activa
Más tarde se incorpora a la función -de una forma curiosa- Manuel Bartoll (Jesucristo Superstar, La bella y la bestia, Shrek, Peter Pan), un joven cantante que hace gala de una gran potencia vocal.
Ambos protagonistas están acompañados por cuatro músicos solventes (guitarra, bajo, teclado y batería) y seis bailarines (tres chicas y tres chicos), cuyas coreografías aportan fuerza y vistosidad a los diferentes números.
We love Queen: rock, baladas e himnos
Sequero y Bartoll cantan el repertorio más conocido de Queen. Desde temas rockeros y baladas, como We will rock you, Don’t stop me now, I want it all o Somebody to love, hasta himnos que han pasado a la historia: I want to break free, Bohemian Rapsody o Friends will be friends.
En algunas piezas los dos vocalistas actúan de manera alternativa. Pero, sin duda, los mejores momentos llegan cuando interpretan los temas a dúo, pues sus voces empastan a la perfección. Under pressure o Who wants to live forever son un excelente ejemplo, además de dos de los mejores temas de Mercury y los suyos.
Los artistas bajan al patio de butacas en varias ocasiones y consiguen crear un lazo con el público. El momento más divertido se produce cuando, siguiendo los acordes de Another one bites the dust, proponen a los asistentes una coreografía que requiere la participación de todos. Varias generaciones de espectadores cantan, bailan, dan palmas, ríen e interactúan en todo momento.
Lo mejor de We love Queen es que es un producto sin pretensiones, pero divertido y muy entretenido. Exalta la obra de la banda formada en Londres, pero sin caer en el fanatismo. Tampoco intenta calcar al tantas veces imitado Freddie Mercury, sino que cada uno de los dos vocalistas tiene su propio estilo.
Varias generaciones de espectadores cantan, bailan, dan palmas, ríen e interactúan en todo momento
Con un excelente ritmo -los 100 minutos de duración pasan volando-, el musical combina la interpretación de los hits más conocidos de Queen con la narración de algunos recuerdos y anécdotas de la banda y de sus composiciones. Todo ello aderezado con notas de humor, sello inconfundible de Yllana.
La célebre We are the champions cierra un espectáculo en el que también hay tiempo para emocionarse, en especial con la memoria de Freddie Mercury, fallecido en 1991: «Cuando menos lo esperas, la vida baja el telón». Pero ahora está más arriba que nunca y el espectáculo debe continuar. Disfrutemos de la magia de Queen.
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