Fernando Bonete | 08 de febrero de 2020
Esta semana, lo último de Fernando Benzo y el ensayo sobre la pobreza de los ganadores del Premio Nobel de Economía 2019.
Hay novelas policiacas repletas de suspense. Libros que no se dejan cerrar sin un buen motivo, de lectura fácil, orientados al puro entretenimiento –ojo, que esto ya es mucho; quien piense que proponer una lectura fluida y entretener es fácil, se equivoca–. Y luego hay novelas policiacas, hay libros que además del suspense, además del entretenimiento, suman a sus páginas una historia que merece ser contada, una historia con la que identificarse, porque nos habla de quienes somos, de acontecimientos que nos han conformado como individuos y como sociedad. Este es el tipo de novela policiaca que ha escrito Fernando Benzo en Nunca fuimos héroes (Planeta).
Nunca fuimos héroes
Fernando Benzo
Planeta
416 págs.
21,90€
La novela tiene todos los componentes que cualquier aficionado al género podría reclamar: un tipo experimentado, duro, expolicía algo saturado de vivir, con sus propios fantasmas del pasado y un intrigante caso que resolver desde su retiro. A partir de ahí, la temática de fondo que completa, da sentido al relato, y consigue que no sea un thriller más: la lucha contra ETA. Esa historia que, para mal, más que para bien, nos ha marcado, nos conforma como nación, y forma parte de esa otra Historia, la nuestra y con mayúscula; también de nuestro presente, camuflada bajo siglas políticas, agazapada en la inquina de los malos, que todavía quedan –en esta historia hubo buenos y malos, que nadie diga–. Todo lo cual, pasado y presente, da cierta actualidad al relato.
Uno puede llegar a librarse de la lealtad. Puede ignorarla, traicionarla, reemplazar una por otra, cambiar su objeto y su motivación. Pero la culpa no. La culpa es inamovible, el peñón en medio del mar, la estaca en el corazón, el volcán en permanente ebulliciónFernando Benzo, Nunca fuimos héroes, p. 127-128
Fernando Benzo conoce muy bien esta lucha, pues ha compaginado buena parte de su carrera como escritor con labores de gestión en instituciones públicas y privadas. Ha ocupado diversos cargos en el Ministerio del Interior, el puesto de director del Gabinete del Secretario de Estado de Seguridad, o el de director gerente de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, entre otros.
Puestos que lo habilitan para, desde la ficción, pero con la veracidad suficiente para formarse un juicio correcto de aquellas décadas, introducir en la conciencia de Gabo, el expolicía protagonista, una serie de vivencias dolorosas, pero realistas, donde preside la culpa a pesar del bien logrado. Explicar los momentos terribles en que imperó la violencia bajo un ideal de justicia. Recrear con pericia la labor policial desempeñada –seguimientos, escuchas, detenciones, infiltrados–. Y no olvidar el homenaje y recuerdo a las víctimas, y la autocrítica cuando resulta necesaria y justa.
Son muchos los autores que, en el último año, se han animado a proponer posibles reformulaciones de un sistema económico, el capitalismo, que no logra remontar la pobreza relativa ni la desigualdad en todo el mundo. Esto es, que hace aguas. Entre los pesos pesados, entendiendo como tal a quienes influencian, asesoran o definen las políticas de desarrollo fomentadas desde Naciones Unidas –también a los más conocidos entre el público no especializado–, han publicado ensayos Thomas Piketty, con Capital e ideología, Jeffrey Sachs, con La era del capitalismo sostenible, y más recientemente Joseph E. Stiglitz, con Capitalismo progresista.
Repensar la pobreza
Esther Duflo y Abhijit Banerjee
Taurus
376 págs.
22,90€
Menos conocidos fueron –y me temo que también “son” y “serán”– los profesores del MIT Esther Duflo y Abhijit Banerjee, matrimonio ganador del Premio Nobel de Economía 2019 junto con Michael Kremer, de la Universidad de Harvard. Este último no firma el ensayo que nos ocupa, Repensar la pobreza (Taurus), en el que Duflo y Banerjee niegan la mayor, proclaman que los economistas –entiéndase, los pesos pesados, los de antes y otros muchos– se equivocan, y que las teorías clásicas para vencer la pobreza y la desigualdad requieren una revisión exhaustiva para limpiarlas de mitos y leyendas fundados desde la perspectiva de las sociedades ricas y ya desarrolladas.
Existen escaleras para escapar de la trampa de la pobreza, pero no siempre se encuentran en el lugar adecuado y la gente no parece saber cómo subirse a ellas, o incluso se niega a hacerloDuflo y Banerjee, Repensar la pobreza, p. 75
Este es el principal atractivo de este ensayo, la revisión crítica de teorías y modelos económicos que dábamos por válidos, una revisión a la luz de la experiencia particular de países concretos, y de la vivencia real, no imaginada a través de los números, de la pobreza. De abajo a arriba, partiendo de testimonios concretos de familias pobres y estudios de campo realizados en distintas naciones subdesarrolladas, Duflo y Banerjee criban entre soluciones económicas para subrayar las mejores y desterrar las imposibles, en un análisis exhaustivo de las trampas de la pobreza en sus muchas dimensiones: hambre, salud, natalidad, préstamos, infraestructuras, emprendimiento y política.
Iris Murdoch e Ian McEwan protagonizan las recomendaciones de libros de esta semana.
Ensayo, novela y testimonio. Tres libros para verificar la historia y nuestras vidas con los santos.