Miguel Serrano | 08 de abril de 2019
Una serie de animación a medio camino entre la ciencia-ficción, la fantasía y el género distópico.
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Cuando Netflix anunció que David Fincher, director de Seven, El club de la lucha o Mindhunter (una de las mejores series de Netflix), iba a colaborar con Tim Miller, el creador de Deadpool –el salvaje personaje de Marvel-, para crear una serie de televisión, saltaron todas las alarmas. El fruto del trabajo conjunto de ambos es Love, Death & Robots, una antología de animación de dieciocho episodios que abarca desde la ciencia-ficción espacial más pura hasta la fantasía de anime, pasando por distopías tecnológicas, horror cósmico y la temática bélica.
Quede claro desde el principio que Love, Death & Robots no es una serie para todos los públicos. Su elevado componente de violencia y sexo explícitos, así como la exigencia de algunos episodios, hacen de ella un producto no apto para estómagos sensibles. Sin embargo, los amantes de la animación y de la ciencia-ficción, una vez superadas estas barreras, se encontrarán con un producto fresco y revolucionario. El formato de la serie, basado en cortometrajes que oscilan entre los 6 y los 17 minutos de duración, facilita mucho su visionado. La portentosa animación, junto a las interesantes tramas, satisfarán a los espectadores que se acerquen a ella.
Porque el componente visual de la serie es una auténtica maravilla. Ya sea en los episodios de animación más fotorrealista, en los que tiene una estética más cercana al anime o al más puro estilo Pixar, Love, Death & Robots es una gozada para los sentidos. La creación de ambientes es tan envolvente por estos gráficos que en muchos episodios cuesta discernir si uno está viendo animación o acción real. Y, cuando no es fotorrealista, como en episodios como Zima Blue (en opinión del que esto escribe, uno de los mejores), la estética sigue siendo brillante, con imágenes de gran belleza y con un alto componente simbólico.
Es curioso que sean precisamente los episodios de duración más breve los que contengan los mensajes más potentes y los que mejor exploten las posibilidades de la ciencia-ficción. En efecto, Zima Blue, junto a Tres robots y Yogur al poder, forman una curiosa trilogía centrada en la inteligencia artificial, de muy ligero visionado pero que deja un poso importante en el espectador.
A partir de premisas como un robot limpia-piscinas consciente, tres robots que hacen turismo postapocalíptico o un yogur superinteligente, tan estrambóticas como, a priori, poco serias, Love, Death & Robots consigue crear historias brevísimas, que pasan en un suspiro, pero que suponen un contundente mensaje de alerta ante la más que posible deshumanización del ser humano. Esta idea, precisamente, hermana Love, Death & Robots con otra de las series más perturbadoras de Netflix, Black Mirror, otra parábola del mañana sin abandonar tampoco el hoy. Porque la ciencia-ficción, cuando está bien hecha, habla más del presente que del futuro.
Y, siguiendo con esta exploración de lo más profundo del alma humana, Love, Death & Robots contiene también un mensaje acerca de la soledad y la necesidad de no vivir en aislamiento. En buena parte de los episodios que componen la antología, encontramos personajes solitarios. Todos ellos han perdido algo de su humanidad, y eso es porque necesitamos de la compañía de otros para poder completarnos. Episodios como Trajes, Buena caza o Punto ciego son un gran elogio de la amistad y de la necesidad de trabajar juntos. De hecho, uno de los episodios más sugerentes de la serie, Más allá de Aquila, parte de una historia espacial para hablarnos sobre la soledad y la desesperación del aislamiento. Este episodio daría para numerosos estudios, así que recomendamos al espectador que reflexione ampliamente tras su visionado y escuche el pódcast de Cultura y Debate dedicado a la serie.
En definitiva, Love, Death & Robots es una serie magnífica, aunque, insistimos, no amplia para todos los públicos. Si son capaces de superar las barreras del componente sangriento y sexual, y si son amantes de la ciencia-ficción y la animación en general, les recomiendo que no se pierdan esta antología de animación, uno de los mejores productos de Netflix, y que se dejen llevar por este camino marcado por Fincher y Miller. No se arrepentirán.
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