Pablo Velasco | 22 de mayo de 2021
En los artículos de Chesterton se ve que la amplitud de temas y de referencias históricas y literarias del autor es propia de un verdadero erudito, aunque el tono sea casi el de los amigos tomando una cerveza.
Si le dijeran a Chesterton que, cincuenta años después de su muerte, iban a publicar, en Estados Unidos, la colección completa de los artículos que escribió para el semanario Illustrated London News, es posible que hubiera tachado la idea de absurda o sin sentido. Él era el primero en no tomarse nada en serio su gigantesca obra. La mera idea de la pervivencia de su pensamiento le habría hecho reír. Pero más sorpresa le hubiera causado saber que, ochenta y tantos años después de su muerte, esa misma colección se traduciría al castellano y se iría publicando, a razón de un volumen cada. El Club Chesterton CEU y Ediciones Encuentro (y con la ayuda, a partir de ahora, de la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria) han publicado recientemente el volumen III de esta gigantesca compilación: El periodismo se equivoca y otras obviedades.
La prensa se equivoca y otras obviedades. Artículos 1908
G.K. Chesterton
Ediciones Encuentro
266 págs.
22€
El volumen recoge todos los artículos publicados en 1908 en este semanario y, aunque es una miscelánea, el título pone el foco en uno de los temas sobre los que más reflexionó Chesterton. Y con el acierto que le caracterizaba decía cosas que hoy siguen siendo válidas: que en los memes (en las conversaciones privadas) se dicen más verdades que en los grandes periódicos, mediatizados por complejos intereses; que el anonimato era cosa de poca hombría, que los artículos deben ir firmados; o que las omisiones podían ser tan perturbadoras como la mentira directa… Nunca bajaría la cerviz frente a conceptos hoy ya gastados como el de «progreso», que siempre le pareció absurdo. Defendió cosas que siguen siendo válidas frente a las modas pedagógicas que vienen y van. Para él, en la educación también eran importantes las normas negativas, o defendería que más que hechos, es importante enseñar significados, porque los meros hechos no «enseñan» nada…
¿Es un volumen solo para fans de Chesterton? ¿Producto de nicho, minoritario? Para todo entusiasta de Chesterton, por supuesto que estos artículos son un obligatorio. Pero si alguien quiere pensar y sentir con algunas de las cosas mejores que se han pensado en el siglo XX de temas como periodismo, feminismo, educación, monarquía, determinismo, razonamiento moral, y un largo etcétera, nos hallamos entre una obra de gran utilidad. Todos los libros de esta serie (este es el tercero) vienen con utilísimos índices analíticos y onomásticos. En ellos se ve que la amplitud de temas y de referencias históricas y literarias de Chesterton (contaba con treinta y cuatro años al escribir estos) es propia de un verdadero erudito, aunque el tono sea casi el de los amigos tomando una cerveza, eso sí, sin subirse de tono.
Quizá lo más singular de esta obra es la forma en la que, con unos «mimbres» que son, aparentemente, sencillos y siempre parecidos se va tejiendo una trama de extraordinaria riqueza y variedad.
Una biblioteca en el oasis presenta comentarios de obras de la literatura universal para alimentar la fe, pero «no por vía de tesis catequéticas, sino por la discusión de contenidos».