Jorge Aznal | 23 de junio de 2019
Ambos estudios se posicionan en contra de una ley antiaborto y amenazan con dejar de producir películas en Georgia.
De una forma u otra, siempre he tenido a Georgia en mi mente, como cantaba el gran Ray Charles. Y no tanto porque mi nombre sea Jorge y haya quien de vez en cuando me llame George, como podría dictar la lógica -quédense con esta palabra si se animan a continuar leyendo-, sino por razones más peregrinas.
La capital de Georgia es Atlanta, la ciudad donde tienen su sede Coca-Cola y mi equipo favorito de la NBA, los perdedores Atlanta Hawks. Es difícil encontrar dos elementos más apropiados para representar el éxito y el fracaso. Y Georgia, lugar de nacimiento de Martin Luther King, es también el estado donde nació Julia Roberts. Ella me ha quitado más el sueño que la Coca-Cola y que ver de madrugada a los Atlanta Hawks.
Desde ahora tengo un motivo mucho más importante -seguro que Julia me perdona- para tener a Georgia en mi mente. Georgia es uno de los estados que ha aprobado en Estados Unidos la conocida como ley del latido, que prohíbe el aborto desde el momento en que se detecta el latido del corazón del bebé en el vientre de su madre. Es decir, más o menos en la sexta semana de gestación. La ley recoge, además, los supuestos de riesgo para la salud de la madre, violación o incesto para interrumpir el embarazo hasta la vigésima semana de gestación.
La ley del latido ha desencadenado duras protestas. ¿Se han quedado con la palabra “lógica”, como les decía al principio? Perfecto, es aquí cuando vuelve a entrar en juego -y aún lo hará de nuevo más adelante-. Las protestas no vienen por esperar hasta la sexta semana de gestación para proteger la vida del bebé, algo que entraría dentro de lo lógico. Vienen por la mera prohibición del aborto. Por no poder esperar hasta la semana 20 de gestación, como ocurre hasta ahora en Georgia, para decidir si un bebé puede o no puede nacer.
Pero, además de protestas, la ley antiabortista de Georgia ha traído amenazas de boicot. Una, de Netflix. Otra, de una gran compañía a la que cuesta asociar con una palabra como amenaza: Disney.
Netflix moms and dads now get unlimited time off in their new baby's first year: http://t.co/zO6OtRPZvX
— Netflix US (@netflix) August 4, 2015
Georgia ha crecido exponencialmente en los últimos años como gran plató de grabación de importantes series y de rodaje de películas de éxito. Tanto que en 2018 Georgia acogió el rodaje o grabación de más de 450 producciones audiovisuales. Stranger Things, una de las series más populares de Netflix, se graba en Georgia, el mismo estado en el que se han rodado éxitos de taquilla como Vengadores: Infinity War, Vengadores: Endgame -a día de hoy, la segunda película más taquillera de la historia del cine- Black Panther y varias entregas de la saga Los juegos del hambre.
Netflix ha amenazado con dejar de grabar sus series en Georgia, con el consiguiente perjuicio económico y social -la industria audiovisual da trabajo a miles de personas allí- para el estado. Disney se plantea seguir el mismo camino: si la ley antiaborto entra finalmente en vigor en Georgia, dejaría de rodar películas allí.
Es el turno de nuevo para la lógica: ¿cómo puede ser que el estudio mundialmente famoso por producir películas para niños se posicione en contra de una ley antiaborto? Eso sí que no me cabe en la mente.
La espiral del silencio abortista que rige en Europa ya se ha roto en Estados Unidos.