Luis Miguel Pedrero | 29 de enero de 2021
La expansión transmedia de las series de ficción exprime cada vez más las narrativas sonoras para aprovechar la enorme capacidad del audio para conectar con el usuario.
En 2021 se cumplen 15 años desde la publicación de La cultura de la convergencia de los medios de comunicación, seguramenten la obra más reconocida del académico Henry Jenkins. Aunque la convergencia mediática está intrínsecamente ligada a la evolución tecnológica que facilita el flujo de historias a través de diversas plataformas, el investigador estadounidense insiste en que ha de ser entendida como un proceso cultural en el que los usuarios aprovechan y combinan esas diferentes fuentes para implicarse de forma más intensa y personalizada con los contenidos.
Debido a la convergencia de tecnologías, la confluencia de canales y la hibridación de narrativas, los medios no solo han modificado sus rutinas tradicionales de producción o distribución, sino que además se han transferido sus otrora particulares y exclusivas formas expresivas: frente a la clásica lectura de los periódicos, la escucha de la radio o el visionado de la televisión, en el escenario contemporáneo podemos leer, escuchar y ver productos generados por todos los medios y desde terminales que concentran –y al tiempo multiplican– de forma cada vez más versátil las opciones de información, ocio y entretenimiento.
Ese contexto ha alumbrado otra de las aclamadas aportaciones de Jenkins: la narración transmedia, que cabe sintetizar como la diversificación en el desarrollo de una historia que se mueve por diversos canales y plataformas de comunicación, que adquiere una nueva dimensión en cada uno de ellos, y que además permite a los usuarios adoptar un rol activo en ese proceso e incluso completar el relato según su propia percepción. Gracias a la expansión transmedia, se crean universos narrativos que acogen a distintos personajes, lugares y arcos temporales, y brindan al creador el diseño de recorridos alternativos que cada espectador, oyente o lector disfruta a su conveniencia.
El abanico de posibilidades y experiencias de éxito con la narración transmedia –de Star Wars a Harry Potter, de Matrix al universo de superhéroes de Marvel, por citar las más evidentes– resulta ya inabarcable, pero en los últimos años, y apoyadas en la creciente penetración del audio en la dieta de consumo digital, emergen con fuerza las apuestas por el pódcast como estrategia de expansión transmedia de las series de ficción en cadenas y plataformas de streaming; ha sucedido a nivel internacional con Chernobyl (HBO) o Watchmen (Netflix), entre muchos otros ejemplos, y también en España con El Ministerio del Tiempo, Carlos Rey Emperador, Estoy Vivo y Acacias 38, en TVE; La Zona, La Peste, En el corredor de la muerte o La línea invisible, en Movistar+; o ETA. El desafío, en Amazon Prime Video.
Con diferentes estrategias narrativas, discursivas o de distribución, en todos estos pódcast el oyente accede a un relato diferente de la serie en el que se amplían el argumento, la caracterización de los personajes o los entornos espaciales y temporales donde transcurre la acción. Impulsado por las particularidades de este formato –su consumo es compatible con la realización de otras tareas, se puede escuchar desde múltiples dispositivos, se recibe de manera directa e íntima–, la narración transmedia sonora no solo multiplica la experiencia del usuario con el relato, sino que afianza su complicidad e implicación, ese anhelado engagement que tanto anhelan en el ecosistema de saturación digital los autores, los productores y las marcas.
El reciente estreno en TVE de la segunda temporada de la La caza (Tramuntana sucede a Monteperdido) supone un paso más en esta creciente apuesta por el audio transmedia: junto a DLO Producciones y El Cañonazo Transmedia –una de las compañías que mejor interpretan en España el potencial de esta técnica–, RTVE ha desarrollado un audiojuego para los altavoces inteligentes que permite interactuar con los protagonistas y las tramas de la serie. Mediante el empleo del reconocimiento de voz y la inteligencia artificial, y basándose en «árboles de decisión» para que el usuario se convierta en un personaje más, el audiojuego posibilita dialogar con el cabo Víctor Gamero tanto en los asistentes de voz de Google Home como en los de Amazon Alexa.
Es así como, materializando las propiedades del ecosistema transmedia definidas por Jenkins, el usuario pasa a la acción y se convierte en Vidal, miembro de la Guardia Civil, quien –junto al cabo interpretado por Alain Hernández– podrá recorrer hasta 37 secuencias distintas: recogerá purebas, testimonios y datos gracias a los que terminará por desenmascarar al autor de un homicidio perpetrado en la costa de Mallorca, el entorno en el que transcurre la serie. Algunas de esas pistas permiten comprender mejor las tramas de la segunda temporada, pero, sobre todo, sirven para que el espectador –aquí oyente y jugador– se implique de forma lúdica e íntima con el desarrollo de la historia. La experiencia, que también tiene precedentes en las plataformas Netflix (Lost in space) y HBO (Westworld), evidencia el potencial de la expansión transmedia basada en la voz y directa al oído. Las series… ¡hasta las orejas!
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