Antonio Olivié | 07 de junio de 2021
Políticos y empresarios advierten de que el Reddito de Cittadinanza, el Ingreso Mínimo Vital en Italia, está frenando la creación de empleo en el país.
Roma (Italia) | «No se encuentran camareros, ni trabajadores de temporada para el campo». Quien lo dice es el presidente de la Campania, la región de Nápoles, Vincenzo de Luca. Es un político de centro izquierda que no duda en señalar a los subsidios como la causa de este desajuste en una de las zonas de Europa con mayor desempleo: «Es una de las paradojas de la introducción del Reddito de Cittadinanza (el Ingreso Mínimo Vital en Italia)».
Lo llamativo de esta situación es que la Campania presenta un nivel de paro del 17,9%. Un dato que supera el 40% en el caso de los jóvenes. Por eso es especialmente grave que, tras la pandemia, en una fase de recuperación, no haya mano de obra disponible para muchos empleos.
El presidente regional lo ha denunciado. Asegura que «algunas actividades comerciales no volverán a abrir al terminar las restricciones, ya que no encuentran camareros. No hay trabajadores estacionales. Y es algo que ya ocurrió el año pasado en la industria conservera».
La razón de este problema es clara. «Si tú me das 700 euros al mes -asegura De Luca-, yo me voy a hacer cualquier otro trabajo. No me interesa levantarme a las seis de la mañana para trabajar en una industria agrícola. En ocasiones, personas que reciben el Ingreso Mínimo se dedican a trabajar en negro. Se crean anomalías, como suele ocurrir en Italia, que terminan por dañar nuestra economía».
Los datos que maneja el Gobierno italiano indican que antes de la pandemia había unos 3,2 millones de italianos que trabajaban sin cotizar. El hecho de que muchos negocios hayan cerrado en los últimos meses o que todo el sector turístico esté todavía a medio gas hace prever que el número de trabajadores «en negro» se haya multiplicado.
En este entorno, la polémica por el Reddito de Citadinanza, la paga de 700 euros a quien no recibe ningún ingreso, no deja de alimentarse desde su creación, impulsada por el Movimiento 5Stelle. El pasado mes de febrero, en Sicilia descubrieron que 145 condenados por asociación mafiosa estaban recibiendo este subsidio sin tener derecho a ello. Es una constante, que también se ha dado en Reggio Calabria hace unas semanas, donde han denunciado a 14 personas con precedentes de asociación mafiosa que lo percibían.
Propietarios de patrimonios millonarios con origen en el narcotráfico o el contrabando han recibido esta paga, al no constar en la información oficial ningún ingreso. Es claro que no todos los que reciben este Ingreso Mínimo son delincuentes, pero sí muchos delincuentes se apuntan a ello, incluso para poder justificar sus ingresos en negro.
Debemos garantizar que el subsidio llegue a la gente sin recursos, a quien no tiene nada. Pero tenemos que evitar que suponga no poder contar con trabajadores estacionalesVincenzo de Luca, presidente de Campania
El caso de la Campania es especialmente llamativo. Los beneficiarios de este subsidio son más que en todas las regiones del norte de Italia. Más de 700.000 personas de la región que preside De Luca reciben el Reddito di Cittadinanza, frente a los 500.000 de todas las regiones del norte (Piamonte, Lombardía, Reggio Emilia, Veneto y Liguria). Solo en la ciudad de Nápoles (capital de Campania) había 164.500 receptores de esta ayuda en abril de 2021, por los 90.500 de toda Lombardía (con ciudades como Milán o Bérgamo). Es una muestra de cómo este tipo de subsidios, que son fundamentales para los más necesitados, pueden paralizar la recuperación económica.
El propio presidente regional de Campania señala que «debemos garantizar que el subsidio llegue a la gente sin recursos, a quien no tiene nada. Pero tenemos que evitar que suponga no poder contar con trabajadores estacionales».
La descomposición del Movimiento 5 Stelle, que partía con el Ingreso Mínimo como medida estrella, no ayuda a que se reforme este subsidio. No hay ninguna unidad entre los componentes de una formación de la que depende el actual Gobierno italiano. Nada hace esperar que se pueda ajustar a corto plazo. De momento, no va a ser fácil encontrar camareros en el Sur de Italia.
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