Manuel Llamas | 26 de abril de 2021
Pedro Sánchez está dispuesto a protagonizar la primera reversión de competencias autonómicas de la democracia con tal de disparar los impuestos a los madrileños en contra de su voluntad.
La baja fiscalidad que disfrutan los madrileños en comparación con los contribuyentes de otras Comunidades Autónomas se ha convertido en el gran objetivo a batir por parte del Gobierno de PSOE y Podemos. Y la razón no es otra que el éxito que ha cosechado la combinación de impuestos bajos, seguridad jurídica y libertad económica para convertir Madrid en el gran motor económico de España. Un éxito que, al mismo tiempo, sirve para evidenciar el fracaso de las políticas socialistas.
Los que se hacen llamar «federalistas» amenazan ahora con «armonizar» los escasos impuestos que, hoy por hoy, son autonómicos bajo la excusa de que Madrid es una especie de «paraíso fiscal», cuya menor recaudación lastra la financiación del resto de regiones en base a una competencia desleal o dumping que, en realidad, no existe.
Pedro Sánchez está dispuesto a protagonizar la primera reversión de competencias autonómicas de la democracia con tal de disparar los impuestos a los madrileños en contra de su voluntad, y, de este modo, lastrar su capacidad de crecimiento y generación de empleo. Una cosa es que un partido en el poder trate de beneficiar de algún modo a las regiones en las que gobierna él o sus socios, ya sea vía transferencias o un mayor volumen de inversión estatal, lo cual, estando mal, es práctica común en el mundo de la política, y otra muy distinta es que se ataque directa y abiertamente a una autonomía del signo contrario saltándose las leyes y los principios constitucionales, que es justo lo que quieren hacer PSOE y Podemos.
Los argumentos que emplea Moncloa para cargar contra la fiscalidad de Madrid no son más que una ristra de falsedades, tal y como demuestran los datos.
Mentira. La Comunidad de Madrid es la autonomía donde sus contribuyentes pagan menos impuestos y esto beneficia, especialmente, a las rentas medias y bajas. Madrid tiene los tipos de IRPF más reducidos de España, de modo que los trabajadores que ganan menos pagan un tipo mínimo del 9%, frente al 12% de Cataluña, por ejemplo. En Madrid no se paga Impuesto de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones está bonificado al 99% y en Actos Jurídicos Documentados (0,75%) y Transmisiones Patrimoniales (6%) también se aplican los tipos más bajos.
Casi la mitad del global de las rebajas del IRPF acumulado desde 2004 se concentra en rentas de menos de 33.000 euros al año y el 80% de los contribuyentes que se han beneficiado de una bonificación en Sucesiones durante este período, unos 790.000, han recibido una herencia de menos de 162.000 euros, inferior a la media.
Tanto es así que, tras la rebaja de medio punto en los tramos autonómicos de IRPF anunciada por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, una renta de 20.000 euros pagará unos 340 euros menos al año que un catalán y una media de 150 euros menos que los trabajadores de las Comunidades Autónomas del PSOE.
Mentira. Madrid es la única región donde no se paga impuesto de Patrimonio, sí, pero es que este tributo no existe en ningún país de Europa. Además, en 15 países de la Unión Europea tampoco hay Impuesto de Sucesiones.
El IRPF de Madrid, por su parte, es similar al de otras grandes capitales europeas. Así, una vez aplicada la citada rebaja de 0,5 puntos, el tipo marginal máximo en la Comunidad de Madrid, incluyendo los tramos estatales, se situará en el 43%, superior incluso al de Berlín (42%), Londres (40%) o París (41% para rentas de hasta 158.000 euros). Madrid, por tanto, tiene una fiscalidad más o menos pareja a la europea.
Mentira. La presión fiscal normativa, que elimina las diferencias existentes en el nivel de renta entre territorios, es en Madrid un 22% inferior a la media de España y se sitúa un 12% por debajo de la europea, pero es la que más recauda.
La recaudación por habitante en los impuestos cedidos (tramo autonómico del IRPF, Sucesiones y Donaciones, Patrimonio, Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados) es un 64% superior a la media nacional. Entre otras cosas, porque también tiene la menor economía sumergida (16% frente a la media española del 23%). Así, por ejemplo, Madrid recauda hoy por Sucesiones y Donaciones más que en 2004, cuando empezó a bonificar este tributo.
Mentira. Madrid tiene las mismas competencias que el resto de autonomías de régimen común, a diferencia de las regiones forales. Todas, por tanto, pueden bajar impuestos. Y tampoco cuenta con una especial ventaja por ser la capital de España. Su mayor riqueza no depende de la capitalidad, sino de su actividad empresarial y capacidad para atraer inversiones, fruto, a su vez, de una fiscalidad más baja y una mayor libertad económica.
Mentira. Madrid, Cataluña y Baleares son las únicas regiones que destinan parte de sus recursos a financiar los servicios públicos de otras autonomías, como sanidad o educación, a través de un Fondo específico que se distribuye cada año (Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamentales). Madrid aporta el 68% de ese Fondo.
El plan de la izquierda para subir los impuestos a los madrileños saltándose las competencias autonómicas legítimamente atribuidas no sólo no se sostiene jurídica ni económicamente, sino que constituye un ataque frontal al bienestar de casi 7 millones de españoles y a la democracia misma, dado que una inmensa mayoría de madrileños apoyan con su voto el mantenimiento de esta baja fiscalidad.
El candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid quiere recuperar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
España es el único país de Europa que mantiene un impuesto sobre la riqueza. Si el Gobierno de Sánchez e Iglesias decide ahora dispararlo con la excusa de la COVID-19, el resultado será un mayor empobrecimiento del conjunto de la sociedad.