Hilda García | 04 de junio de 2020
El profesor de Bioética del CEU explica que el itinerario obsesivo comienza cuando la belleza se sitúa en los primeros puestos de la escala de valores. Frente a ello, «lo que hace llevar una vida sana al ser humano es amar y sentirse amado».
Gran conocedor de las controversias éticas acerca de la medicina estética, el biólogo y doctor en Teología Moral Emilio García-Sánchez es profesor de Bioética en Ciencias de la Salud en la Universidad Cardenal Herrera CEU de Valencia. Durante sus estancias en el Institute of Ethics (Dublin City University, Irlanda), el Kennedy Institute of Ethics de la Georgetown University (Washington D. C., Estados Unidos) y la Università Campus Bio-Medico di Roma (Italia), ha tenido la oportunidad de continuar con sus investigaciones sobre esta materia. Recientemente, ha publicado y coordinado el libro Belleza fantasma y deporte a lo loco. Los riesgos de la obsesión corporal (Editorial Teconté, 2019).
García-Sánchez detalla de qué manera el confinamiento ha podido amplificar el culto al cuerpo y alerta sobre la obsesión a la que conduce la moda de imitar los cánones de belleza inalcanzables que imponen las redes y los medios de comunicación. Además, aporta las claves para llevar una vida sana y sentirse bien consigo mismo, como «el uso de filtros y barreras mentales para no dejarse hipnotizar por los cantos de sirena de cuerpos espectaculares, que podrían hundirnos en el fondo del mar».
Pregunta: ¿Cómo ha influido el confinamiento en el estado físico de la población?
Respuesta: Inevitablemente, dada la poca movilidad, el teletrabajo y un cierto nivel de ansiedad, se ha generado una atmósfera que ha desencadenado la tormenta perfecta para elevar el peso corporal. Por otra parte, ante esta situación de inactividad social no ha sido necesario estar tan pendiente del físico, maquillaje, peinados, vestidos, al verse suspendida la participación en actos públicos presenciales.
Hemos descuidado la forma física y la imagen, pero en cambio sí hemos incrementado el tiempo dedicado a pasear por las redes sociales e internet, o a ver programas, series, desde donde nos impactan con imágenes de cuerpos femeninos y masculinos de alto nivel atractivo que no se corresponden con los nuestros, y más ahora en este tiempo.
P.: El aumento de peso que algunos ciudadanos han experimentado debido al aislamiento, ¿ha acrecentado el culto al cuerpo?
R.: Lo que se ha producido es un temor a la forma física poscuarentena, es decir, a cómo voy a quedar físicamente después de este encerramiento, cómo me voy a presentar ante los demás y qué van a pensar ellos de mí cuando me vean. En determinadas personas esta preocupación puede alcanzar el nivel de obsesión y desembocar en prácticas físicas y dietas extremas.
En muchas personas, el culto al cuerpo se puede reducir a un nivel de autoexigencia estética exagerado para recuperar la forma física y no bajar las expectativas de atracción ante los demás. Pasamos de cultivar el cuerpo, en el sentido de mantenerlo sano y con vigor físico normal, a convertir el cuerpo en una plataforma mecánica en donde lo mantengo a raya para que no se separe del modelo corporal de moda.
El confinamiento ha generado una atmósfera que ha desencadenado la tormenta perfecta para elevar el peso corporal
P.: ¿Qué consecuencias tiene el hecho de que algunas personas intenten desembarazarse de los kilos que han ganado realizando un ejercicio físico excesivo?
Se puede caer una obsesión y, sobre todo, se podría producir lo que se llama un sobreentrenamiento generador de lesiones físicas, por sobrecarga muscular. Sin duda, lo recomendado es definir con cabeza un plan de entrenamiento acorde con la condición física de cada uno, marcándose objetivos asequibles y que eviten el estrés físico por querer recuperar la forma cuanto antes.
P.: ¿Cuál es el estereotipo de belleza que promueven las redes y los medios de comunicación?
Se trata de iconos corporales que se salen de las características normales, teniendo en cuenta la gran diversidad corporal y estética que existe en el mundo. Nos presentan cuerpos espectaculares, uniformados incluso manipulados, operados… con unas tallas y medidas que solo encajan en un molde único y que resulta asfixiante para la gran mayoría de mujeres y hombres, porque sencillamente no caben en él.
Estos iconos de belleza son encarnados por celebrities, famosos, artistas y actrices, deportistas de élite, cantantes, personajes de casas reales. Son portavoces de una imagen corporal idealizada, artificial, que no se corresponde con lo que se llama la belleza real o normal. Todos ellos tienen millones de seguidores que los imitan y que de algún modo alimentan su ego y narcisismo.
Las redes nos presentan cuerpos espectaculares que solo encajan en un molde único que resulta asfixiante para la gran mayoría de mujeres y hombres
P.: ¿Cree que en los últimos tiempos ha aumentado la adicción al ejercicio físico?
Sin duda alguna, ha aumentado la práctica deportiva y esto es un buen dato, porque el deporte realizado con control y moderación reporta muchos beneficios para la salud y el bienestar personal. El problema, como todo en la vida, son los excesos. La presión estética social por encajar en el icono corporal de éxito se ha convertido en una fuente de ansiedad que conduce precisamente a la adicción deportiva.
Encontramos estos excesos sobre todo en gente joven que, por emular a sus ídolos en su aspecto físico, se someten a frecuentes ejercicios, practicados en su mayoría en gimnasios o al aire libre. El incremento en España de la apertura de gimnasios para practicar bodybuilding o fitness responde a una elevada demanda de jóvenes que ven en esas prácticas no solo un modo de estar en forma, sino el único modo de conseguir el cuerpo ideal de moda (cintura mini, en chicas; pectorales y abdominales marcados y aumento de masa muscular, en chicos).
P.: ¿Qué opina de la moda de seguir dietas cada vez más exigentes y sin control médico?
R.: Supone un riesgo para la salud física y mental. Estamos constantemente bombardeados por anuncios de dietas milagro que prometen cambios espectaculares en apenas unas semanas. Cada persona, en función de su metabolismo, genética, comportamiento alimenticio etc., requiere un asesoramiento médico personalizado por medio de un médico endocrino o nutricionista acreditado.
El peligro de dejarse impactar por los resultados estéticos del antes y el después consiste en iniciar itinerarios o adoptar conductas alimenticias inapropiadas sin base médica adecuada.
Para lograr una vida sana es importante sentirse bien con uno mismo, pero no solamente en el aspecto físico, sino en todos los aspectos de la vida
P.: ¿Qué esconde la creciente adicción al ejercicio y a la dieta estricta?
R.: Esconde una falta de autoestima corporal generada innecesariamente por comparación continua con modelos estéticos prácticamente inalcanzables para la gran mayoría. Puede denotar previamente una falta de seguridad en sí mismo y una falta de aceptación personal tal cual uno es físicamente.
Al final, tal insatisfacción corporal genera un déficit estético que necesitan cubrirlo acudiendo a diversos procedimientos físicos y estéticos caros y no exentos de riesgos. El complejo estético puede conducir a determinados grupos de personas a emprender rumbos obsesivos que pueden acabar en un desequilibrio mental, tales como anorexia/bulimia, vigorexia, dismorfias corporales, depresión. En los últimos años han aumentado las consultas psiquiátricas por estos motivos.
La presión estética social por encajar en el icono corporal de éxito se ha convertido en una fuente de ansiedad que conduce a la adicción deportiva
P.: ¿Cuál es la línea que separa la vida sana de la obsesión?
R.: Para lograr una vida sana es importante sentirse bien con uno mismo, pero no solamente en el aspecto físico, sino en todos los aspectos de la vida, para así lograr una plenitud existencial. Lograr que la vida funcione bien –es decir, sea sana- y que uno sea feliz requiere que, aparte de prestar atención a la belleza, se preste atención a otros ámbitos muy importantes de la vida: la familia, los amigos, las personas necesitadas, los estudios y proyectos profesionales.
El itinerario obsesivo empieza cuando se decide ubicar la belleza en los primeros puestos de mi escala de valores, como un elemento definitivo en la vida personal. Los síntomas iniciales de la obsesión estética que conducen a la hipertrofia de la belleza son: pensamientos reiterativos sobre la forma e imagen corporal, aumento del tiempo de dedicación a embellecerse, excesivo control del peso y la comida, excesivo número de selfies hechos durante el día y manipulación de las imágenes, preocupación creciente por los likes recibidos en redes, mucho tiempo conectados en redes, preocupación elevada ante mínimas imperfecciones físicas…
P.: ¿Cuáles son los ingredientes de una vida sana?
R.: El principal ingrediente es la moderación y el autocontrol, el equilibrio mental-emocional. Se recomienda el uso de filtros y barreras mentales para no dejarse hipnotizar por los cantos de sirena de cuerpos espectaculares, que podrían hundirnos en el fondo del mar. Sin menospreciar el cuidado del cuerpo y de la belleza personal, tiene mucha más potencia aceptarse y quererse uno a sí mismo en su originalidad. Por eso es recomendable repetirse con frecuencia: «Estoy orgulloso de ser quien soy y como soy, y nadie me puede obligar a parecerme a un top model o a Supermán».
Por último, recomiendo el uso de un ingrediente cosmético que no pasa de moda y que sigue enloqueciendo a los demás: el amor. Lo que hace más bello al ser humano y le hacer llevar una vida sana es amar y sentirse amado. En cambio, llenarme de implantes, cremas y músculos podría causar un éxtasis temporal en los demás, pero nunca podrá competir con el poder seductor del amor.
«Todos los integrantes del equipo hemos contribuido de forma altruista con nuestros conocimientos y nuestra dedicación», afirma el catedrático de Anestesiología del CEU. Redondo es uno de los artífices del primer ventilador de turbina para pacientes con COVID-19.
La catedrática de Microbiología de la Universidad CEU Cardenal Herrera responde a todas las dudas sobre el coronavirus, como su posible prevención, el confinamiento, el uso de mascarillas o el control de la pandemia.