Hilda García | 05 de marzo de 2020
La portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Popular explica la postura de su partido respecto a la eutanasia. El PP se opone a la legalización que pretende el Gobierno y aboga por una ley de cuidados paliativos.
El pasado 11 de febrero, el Congreso de los Diputados dio luz verde a la Proposición de Ley Orgánica de regulación de la eutanasia. La iniciativa del Grupo Socialista obtuvo 201 votos a favor, frente a 140 en contra y 2 abstenciones. Solo el PP y Vox se manifestaron en contra de su legalización. Elvira Velasco Morillo, portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Popular, aclara todos los aspectos relativos a esta regulación. La diputada explica que su partido defiende el derecho de los enfermos terminales a recibir cuidados paliativos integrales que alivien su sufrimiento. La formación de Pablo Casado exige respeto a la dignidad, la autonomía y la voluntad de la persona.
Hilda García: ¿Cuál es la postura del Partido Popular respecto a la ley de eutanasia?
Elvira Velasco: Estamos en contra de esta proposición de ley. Creemos que en España antes hay que resolver la regulación nacional de los cuidados paliativos. No es el momento para que se regule la eutanasia. Además, no es un derecho, no hay una urgencia social ni un clamor popular para que se legisle. Solo supone un beneficio para el que no quiere seguir cuidando a los enfermos y no se acaba con el sufrimiento, sino que se acaba con el que sufre.
Por otro lado, no se trata de ayudar a las personas a morir, sino de ayudar a las personas hasta que mueran. Los enfermos terminales necesitan una regulación nacional para que se alivie su sufrimiento, deben tener plenas garantías de dignidad y recibir una atención integral al final de la vida. Tenemos más de 75.000 pacientes susceptibles de cuidados paliativos y la mitad no tiene acceso a ellos. Y, dependiendo de si viven en un medio urbano o rural, las diferencias son aún mayores. Estamos a favor de que haya una proposición de ley que regule los cuidados paliativos y no a favor de la eutanasia.
La eutanasia no acaba con el sufrimiento, sino con el que sufre
Hilda García: ¿Qué le parece que se haya aprobado como proposición de ley para sortear la opinión de los órganos consultivos, como el Consejo de Estado o el Comité de Bioética?
E.V.: Es un tema sumamente complejo y no dar participación a los que tienen mucho que decir en esto, como los órganos que ha citado o la organización médica colegial, supone regular situaciones en contra de los que realmente tienen que aplicar la norma. Me parece de una tremenda tristeza.
H.G.: ¿En qué punto se encuentra la proposición de ley y qué pasos se van a dar?
E.V.: La norma se encuentra ahora mismo en un proceso de presentación de enmiendas. Primero, se hará el debate a la totalidad. En principio, el plazo establecido para incorporar enmiendas es hasta el 10 de marzo, aunque no sabemos si alguien solicitará su ampliación. Nosotros estamos en contra del texto, como así hemos manifestado, y la enmienda a la totalidad será nuestro proyecto de ley de cuidados paliativos.
H.G.: Y después, ¿cuál es la siguiente fase?
E.V.: Si no sale la enmienda a la totalidad, pasaríamos a un proceso de incorporación de enmiendas parciales. Tendríamos un plazo para su presentación. Después, habría un debate en la Comisión y, posteriormente, se vería en el Pleno, a no ser que dieran competencia plena para tramitarlo solo en Comisión. Pero creo que puede pasar por Pleno.
No se ha fijado posición respecto a este tema dentro de la mesa de la Comisión de Justicia, que es donde se va a ver. Estamos todavía a la espera de los plazos, de cómo se va a articular y de cuál va a ser el orden de los trabajos.
H.G.: Además de la enmienda a la totalidad, ¿contemplan algún otro mecanismo para paralizar esta norma?
E.V.: Nuestro mecanismo para paralizarla es conseguir más votos que ellos, pero ya hemos visto en el Pleno que la suma de los grupos que están a favor es mayor que la suma de los que estamos en contra. Otra cosa es que luego haya algún organismo que, desde un punto de vista jurídico, estime que un artículo va en contra de otras leyes, y entonces por parte de la sociedad civil se harían las alegaciones oportunas. Pero en cuanto a lo que depende del Parlamento, me gustaría que alguno de los grupos que han apoyado esta ley reaccionara y votara en contra de la misma.
Legislar a espaldas de los que tienen que aplicar la norma me parece una falta de respeto
H.G.: Además, también hay que reformar el Código Penal, en concreto, el artículo 143.
E.V.: Sí, estamos hablando de una ley que afecta a una modificación del Código Penal e incluso de otras normas, como la ley de autonomía del paciente. Luego, hay cuestiones como es el código ético o médico, que no se va a modificar. También puede pasar como en el caso de Holanda, es decir, a lo mejor es una ley más pero no sé hasta qué punto se va a aplicar. No sé qué pretenden con ella.
Nosotros lo que queremos es dar una buena extensión de los cuidados paliativos y que, cuando la gente tenga el consentimiento informado, en base a la ley de autonomía del paciente, tenga opciones para su situación personal. Y aquí lo que estamos viendo es que directamente pasamos a una opción con la que dicen que la opinión pública está de acuerdo. Pero si te hacen la siguiente pregunta en el CIS: «¿Está usted de acuerdo con la muerte digna?»… pues dependiendo de cómo la formules puedes tener un porcentaje muy alto de la respuesta que quieres conseguir y es lo que ha pasado en este caso.
H.G.: La ciudadanía también tendría algo que decir, ¿la legalización de la eutanasia debería someterse a referéndum?
E.V.: Por supuesto, a mí la propuesta me ha pillado en un entorno médico debido a un tema personal. Los facultativos estaban indignados ante esta situación y decían: «¿Dónde está mi ética médica a la hora de administrar un tratamiento? Sobre todo, yo busco la vida, promover una mejor calidad asistencial, intentar utilizar todos los medios a mi alcance para que al final el paciente esté en las mejores condiciones, bien atendido y reciba el mejor tratamiento». Médicos y enfermeros, porque la objeción de conciencia es para todos. Hacer algo a espaldas de los que lo tienen que poner en funcionamiento me parece una falta de respeto.
No se trata de ayudar a las personas a morir, sino de ayudar a las personas hasta que mueran
H.G.: ¿Cuándo podría aprobarse la ley?
E.V.: Estará en función de si se admite la ampliación de enmiendas dentro del trabajo de la ponencia o si, por el contrario, no nos van a ampliar los plazos de enmiendas. Algunas instituciones están haciendo llegar sus posicionamientos, como la Asociación Española Contra el Cáncer, organizaciones profesionales… Lo lógico es que pudieran exponer su postura y que los miembros de la Comisión conozcamos cuál es su sentir.
Además, en este asunto tenemos que ser muy cuidadosos. El legislador no puede mezclar temas. ¿Estamos hablando de eutanasia, de suicidio médico asistido…? Los conceptos en una norma tienen que quedar muy claros. Los propios profesionales te dicen que hay veces que regulamos sin tener claro de qué estamos hablando. Los perjuicios al final van a recaer sobre el propio paciente y sobre los profesionales que lo van a llevar a cabo. Hay que ser muy respetuosos, el legislador tiene que tenerlos en cuenta y no generar alarmas ni legislar en contra de la ley ni de la ética profesional.
H.G.: ¿La proposición de ley presenta lagunas?
E.V.: Sí, hay muchas cuestiones que el proyecto de ley no recoge. Por ejemplo, la de los registros. ¿Vamos a tener un registro de profesionales que no quieren la eutanasia, otro de que los no quieren el aborto…? Todas esas cuestiones no están muy bien reguladas y habrá que aclararlas. Además, ¿quién tiene la competencia del registro, el ministerio, la organización médica colegial? Ya veremos cómo se van desencadenando los hechos.
H.G.: ¿Cómo debería abordarse el tema de la eutanasia?
E.V.: Me gustaría que se dieran garantías de derecho para recibir cuidados paliativos integrales a todos los pacientes que lo necesiten. También que se respetaran la dignidad, la autonomía y la voluntad de la persona. Se deben preservar la intimidad, la confidencialidad y garantizar una atención sanitaria personalizada. Tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo y esta medida al final no beneficia esa calidad asistencial.
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