Pablo Casado Muriel | 05 de noviembre de 2020
Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos, pide a los políticos seguir el ejemplo de los agentes sociales y llegar a acuerdos que eviten el agravamiento de la crisis económica que nos deja el coronavirus.
Los datos económicos y de empleo se ceban con los trabajadores autónomos. Muchas de las medidas sanitarias para frenar el coronavirus afectan de lleno a su actividad diaria y ahondan en el parón provocado por el confinamiento domiciliario de marzo. Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), analiza la situación que se vive en el país, la gestión económica de la pandemia y pide medidas que incentiven el consumo.
Pregunta: Las elecciones en Estados Unidos son ahora mismo el asunto que tiene pendiente a medio mundo. ¿A los autónomos españoles les afecta en algo la victoria de Donald Trump o de Joe Biden?
Respuesta: Nosotros no entramos en política, pero en los últimos tiempos hemos visto aranceles a determinados productos españoles que, indudablemente, han afectado a autónomos del sector agrario y del sector agroalimentario. No nos decantamos, porque los que tienen que votar son los ciudadanos americanos, pero en la etapa de Trump ha habido determinadas trabas al mercado español y eso ha afectado a los autónomos.
P.: ¿Puede permitirse la economía española un segundo confinamiento domiciliario?
R.: Desgraciadamente, todo apunta a que el avance de la pandemia puede derivar en un confinamiento en determinadas comunidades autónomas. Espero que se haga de la forma en la que se han hecho otras restricciones y medidas sanitarias: por comunidades. Para cualquier autónomo, que se tome una decisión así es una mala noticia. Un parón de la actividad, como el que se está decretando con el cierre de la hostelería, el comercio, el ocio nocturno o infantil, provoca que entre septiembre y octubre se hayan perdido 8.000 autónomos, solo de la hostelería. Eso es una mala noticia, porque detrás de cada autónomo de ese sector hay, como mínimo, tres trabajadores. Estamos hablando de muchos empleos y todo apunta a que los próximos meses van a ser peores. Espero que, si se toma esta decisión, sea en el menor territorio posible y cuando se hayan agotado todas las medidas sanitarias. Respirar hay que respirar, la salud es lo fundamental, pero comer también hay que comer.
P.: ¿Es posible superar el debate que enfrenta economía con salud?
R.: El problema es que la gestión de la pandemia es nefasta. Es nefasta porque uno analiza todo lo que ha ocurrido en los últimos seis o siete meses y se da cuenta de que, a primeros de marzo, se decía que el impacto del coronavirus en España iba a ser inapreciable, que la economía apenas lo iba a sentir. Luego, cuando se nos confina durante dos meses, se dice que esto se desenchufaba y se volvía a enchufar. El 4 de julio se dice que hemos vencido al virus, en septiembre se descarta la segunda ola, y hasta aquí. Cuando uno no reconoce la realidad, es incapaz de tomar medidas y siempre va tarde. El problema es que siempre vamos tarde.
Si vamos a tener un estado de alarma hasta el 9 de mayo, con puentes, Navidad y Semana Santa, lo lógico es dar certidumbre a trabajadores y empresarios
P.: Ya tenemos fecha para el debate parlamentario sobre los presupuestos. ¿Qué valoración hace de ellos ATA? El Banco de España habla de irreales.
R.: Los presupuestos generales del Estado tienen un techo de gasto y una previsión de ingresos que están hechos en un momento en el que el propio Gobierno decía que no iba a haber una segunda ola. Tenemos unos presupuestos basados en un techo de gasto, unos ingresos y unos gastos desactualizados y obsoletos. Hay muchas cosas de los presupuestos que no nos gustan, por ejemplo, nadar a contracorriente con lo que están haciendo nuestros vecinos europeos, subir el diésel a más de medio millón de autónomos, subir impuestos, el IVA de algunos productos, incrementar el gasto público… Creo que eso no es lo que toca y a las pruebas nos remitimos. Hemos conocido cómo, de las ayudas a las empresas, el 56% de ellas parte de Alemania, y de España solo un 5%. Esto explica por qué estamos de farolillo rojo en los datos de PIB.
P.: ¿Este era un momento para apostar por las ayudas directas y la bajada de impuestos?
R.: Cada uno tiene su manera de hacer política. Unos la basan en los subsidios, en ayudas y rentas. Otros creemos que hay que establecer ayudas directas a las empresas, incentivar el consumo, la demanda y dedicar más recursos a que la economía funcione. Por ejemplo, yo creo que, como Alemania, habría que ayudar a los sectores que se han visto afectados por la obligatoriedad del cierre o a sectores que con el toque de queda han quedado afectados. También echo en falta incentivos a la demanda y al consumo, como es bajar el IVA a la hostelería, las peluquerías, los gimnasios… También establecer deducciones fiscales a las familias por rehabilitar viviendas, por compra de mobiliario o material informático. Estamos hablando de un nuevo confinamiento y en muchas casas no tienen ordenadores para que los niños puedan seguir el curso escolar. También establecer, como hizo Italia, un bono para la compra en comercio ahora en Navidad. Yo creo que esto mueve la economía y es lo que nos hace falta.
P.: Seguíamos con los presupuestos de 2018 y por el camino han sucedido muchas cosas. ¿Esta prórroga constante ha penalizado a la economía española?
R.: No lo creo, menos mal que hemos tenido esos presupuestos. Yo apuesto por unos nuevos presupuestos, pero insisto en que los que se han puesto en marcha no son los más adecuados para el momento que vivimos en nuestro país.
La gestión de la pandemia es nefasta. El problema es que siempre vamos tarde
P.: El 57% de los autónomos reconoce, en el barómetro elaborado por ATA durante el mes de octubre, que no tiene liquidez para afrontar un eventual despido de sus trabajadores. ¿Solucionar este problema pasa irremediablemente por el abaratamiento del despido?
R.: No, nosotros no pedimos eso. Los autónomos confiesan que, después de seis meses con una caída de actividad media del 60%, si hubiese que hacer un ajuste de plantilla, que se hará porque es muy difícil mantener la misma plantilla que se tenía en febrero con la actividad actual, su liquidez es muy justa para afrontar las indemnizaciones. ¿Hay soluciones? Sí. Hubo un momento en el que hubo falta de liquidez y, sin perder derechos los trabajadores, parte de los despidos los afrontó FOGASA. No estamos hablando de que los trabajadores pierdan derechos, ponemos encima de la mesa una realidad, siendo conscientes de que a un empresario no le gusta despedir y menos en estas circunstancias. Pero, a veces, para salvar el barco hay que reducir la tripulación.
P.: Parece que los ERTE sí están siendo una buena medida ante una situación extraordinaria. ¿Hay que ampliarlos?
R.: Los ERTE y las ayudas por cese de actividad han sido unos mecanismos que han evitado una sangría de paro y una pérdida importante de autónomos. Ya se tenían que haber ampliado. Con el estado de alarma de seis meses, yo hubiera prorrogado los ERTE hasta el 31 de mayo. Si vamos a tener un estado de alarma hasta el 9 de mayo, con puentes, Navidad y Semana Santa, lo lógico es dar certidumbre a trabajadores y empresarios. Hay que hacerlo.
P.: La anterior crisis económica nos presentó al mundo a los «emprendedores», una nueva expresión para una idea bastante antigua… la de aquel que arranca su propio negocio. ¿Se ha cuidado durante estos años a esos «emprendedores»?
R.: De los emprendedores ya se hablaba en los años 90 y después se usó en aquellos momentos porque tenía glamour, pero no deja de ser el empresario de siempre. Ahora se utilizan startup u otros términos para denominar lo que siempre ha sido un autónomo o un empresario. De esta crisis vamos a salir por la fortaleza que tenga el tejido empresarial y surgirán iniciativas emprendedoras. Ya estamos viendo cómo, incluso con la pandemia, muchos empresarios y autónomos han transformado y dirigido su producción hacia nuevos nichos que en estos momentos eran más interesantes. A los autónomos y empresarios hay que mimarlos, porque son la solución, no el problema.
En los últimos 25 años se ha evolucionado mucho y se han tomado muchas medidas. En el año 2002, un autónomo cobraba la baja por enfermedad desde el decimosexto día, hoy la cobra desde el cuarto. No reconocer esto es un error. Los autónomos han tenido una prestación por cese de actividad, porque en el año 2007 hubo un estatuto en el que se reconocía esta prestación. Ahora vamos a ver muchos concursos, muchas quiebras y a muchos autónomos cerrar, y ya estamos perdiendo la ocasión de ver en España una verdadera ley de segunda oportunidad para que aquellos empresarios o autónomos que se vean abocados al fracaso puedan levantar cabeza y no tengan que llevar de por vida una matrícula de «arruinado».
Los agentes sociales, los sindicatos, las organizaciones empresariales y de autónomos hemos dado ejemplo. Hemos llegado a acuerdos
P.: Volviendo al barómetro publicado por ATA, casi la mitad de los autónomos cree que tardaremos más de 2 años en salir de la crisis. Aquello de la recuperación en V ya está olvidado.
R.: Lo que dicen los autónomos coincide con las previsiones de ATA y con lo que dice el Banco de España. El problema es que, aunque tengamos una vacuna, la caída ha sido tan dura y la descapitalización que han tenido muchos autónomos, el endeudamiento y los problemas para mantener la actividad están siendo tan graves que la recuperación tardará. Como mínimo, no veremos luz hasta finales de 2022 o inicios de 2023.
P.: Y frente a un panorama tan complicado, ¿confía en que se puedan tomar decisiones a gran escala dejando a un lado la crispación política que también vivimos?
R.: Es lo deseable. Yo creo que los agentes sociales, los sindicatos, las organizaciones empresariales y de autónomos hemos dado ejemplo. Hemos llegado a acuerdos y si hoy en España los datos de paro no son tan graves es gracias a estos acuerdos, que han permitido establecer medidas de protección, ERTE o ayudas de cese de actividad. Si antes un autónomo se daba de baja, ahora no lo hace porque tiene esa ayuda compatible con la actividad.
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