Fernando Bonete & Hilda García | 10 de abril de 2021
El gerente y editor del sello Sekotia asegura que «estos tiempos de confinamiento han generado el hastiamiento absoluto de las televisiones y de los ocios que vienen dados, al tiempo que han relanzado la búsqueda y el descubrimiento de los libros».
La editorial Sekotia comenzó su andadura a finales de los años 90, con libros de concienciación provida. Durante las últimas dos décadas, ha recorrido un camino difícil pero apasionante.
Con un espíritu conservador, moderado y sin concesiones al maniqueísmo, el sello pretende, entre otros objetivos, transmitir a sus lectores la defensa de la verdad sobre España, la hispanidad y los españoles.
Editor y gerente de Sekotia, Humberto Pérez-Tomé describe su irrupción en la industria como «un accidente en mi vida». Además de tratar con los autores y de colaborar en la decisión sobre las publicaciones, gestiona la creatividad de las portadas y las campañas de publicidad.
Pregunta: El sello Sekotia está ligado a una editorial independiente con un recorrido de más de quince años, Almuzara Libros. A grandes rasgos, ¿qué nos puede contar sobre Almuzara para que se entienda Sekotia?
Respuesta: Almuzara Libros acoge una serie de sellos ligados al humanismo. La fuerza editorial de Almuzara son los libros relacionados con la persona en todas sus dimensiones y su actuación en las diferentes áreas en que las personas estamos presentes en la vida. Sociedad, política, trabajo… Almuzara siempre ha querido llegar a los lectores contando historias de personas. Esta idea vincula todos sus sellos.
Pregunta: ¿Y qué lugar ocuparía Sekotia en este entramado de sellos?
Respuesta: El espíritu de Sekotia es conservador, moderado, y sin concesiones al maniqueísmo. Rechazamos libros que son «en contra de», porque dejas fuera a colectivos que se sienten atacados y que de otra manera podrían haberse acercado a descubrir nuevos libros, ideas y un argumentario diferente al que acostumbran.
P.: Entendemos que, en ese planteamiento o replanteamiento de valores, la historia desempeña un papel fundamental para ustedes.
R.: Absolutamente, pero no perseguimos libros de historia eruditos, sino de divulgación. El erudito ya tiene sus propias fuentes. A la mayoría de los lectores les interesa el relato más que el dato, a los lectores les gusta que les cuentes y les expliques la historia. Nosotros queríamos abrir al máximo el abanico de lectores para llevar a muy distintos sectores la defensa de la historia de España, que es la defensa de la verdad sobre España, la hispanidad y los españoles. No entendemos la historia como una destrucción del ayer de España. Destruyendo el ayer, acabamos con el hoy.
Rechazamos libros que son «en contra de», porque dejas fuera a colectivos que se sienten atacados
P.: De hecho, una gran cantidad de sus libros de historia están dedicados a la leyenda negra, tan de moda últimamente.
R.: Desafortunadamente de moda, sí. Estos libros agitan las estructuras intelectuales que tenemos sobre realidades históricas que causan controversia, quizá la más tratada o conocida es la Inquisición. Te remueven como lector, porque contrarrestar la leyenda negra significa en buena medida valorar si una realidad histórica fue buena o mala, pero en base a cómo se entendía entonces. Si dentro de cuatro siglos analizáramos, por ejemplo, el aborto desde el punto de vista histórico, se podría decir, como muchos decimos hoy, que es malo per se, pero no podrá negarse que entonces había una demanda social y buena parte de la sociedad lo defendía como algo bueno, aunque fuera de forma equivocada, sí, pero era lo que pensaban.
P.: ¿En qué consiste la peculiaridad de la colección «Mi expediente favorito»?
R.: Mi expediente favorito es «mi colección», por así decirlo. Presenta al público una evidencia que muchas veces está oculta detrás de los criminales. Además, nunca trata ficción ni novela negra, siempre son hechos reales de hoy o de hace años. Y muchas veces, lo que ocultan todas estas historias, cuando se ponen tal cual encima de la mesa, es que hay una realidad muy importante: el estudio de por qué el ser humano, teniendo un potencial para ser bueno, es radicalmente malo. Es decir, por qué el hombre mata a otros.
Se hace un estudio no tanto moral como desde un punto de vista criminológico. La criminología y todos sus adláteres. Jueces, psicólogos, funcionarios de prisión, que además son también criminólogos, hacen una aportación muy importante de los hechos, de las personas y las circunstancias. Se hace un análisis que gira alrededor del delito y que termina explicando de alguna manera el horror y el error de que una persona se pueda convertir en un asesino, solo por el hecho de asesinar.
No entendemos la historia como una destrucción del ayer de España. Destruyendo el ayer, acabamos con el hoy
P.: La pandemia ha afectado de manera irregular a las editoriales. Algunas han aumentado sus ventas y otras han tenido un parón en sus proyectos. ¿Cuál es su caso?
R.: Es verdad que la pandemia ha afectado, pero más a las empresas de servicios en las que existe una relación viva y directa entre personas. Sin embargo, a las empresas que están detrás de esos servicios, como las productoras, creo que no nos ha afectado tanto o lo ha hecho de manera muy estanca en momentos muy concretos del año. Hay que romper una lanza por la venta online, porque eso es lo que ha seguido manteniendo la vida de los libros. Estos tiempos de confinamiento han generado, por un lado, el hastiamiento absoluto de las televisiones y los ocios que vienen dados, como cine o videojuegos, y ha habido un relanzamiento de la búsqueda y el descubrimiento de los libros.
En Almuzara Libros somos un equipo muy compacto en el que hay profesionales muy buenos, muy dedicados a su profesión. En mi caso, como editor, buscar temas, libros, autores y perfilar el mercado para encajarlos. Pero hay otros profesionales dedicados a la administración, fundamentales en una editorial, porque el mundo editorial es tremendamente complejo, no se trabaja en venta en firme, sino en depósito, y hay que estar muy atentos a la distribución.
P.: Para concretar, ¿con qué equipo cuenta Sekotia y cuál es su método de trabajo?
R.: Somos cinco editores que nos dedicamos a la captación de autores y sus libros. La agencia de comunicación Noizze Media, de la que forma parte Carmen Tapia, se dedica exclusivamente a los libros de Sekotia. Pero dentro de Almuzara hay un periodista que se dedica a la comunicación, dando a conocer a los medios las novedades que publicamos. Es un gran profesional que trabaja en la editorial desde hace muchos años.
Hay también otras tres personas dedicadas a la creación de portadas y a coordinar a otros portadistas externos. Almuzara hace portadas muy atractivas, encajan muy bien en el mercado.
Además, hoy en día es indispensable en una empresa editorial la relación con Internet. Para eso hay otra persona y, por supuesto, una persona más dedicada a la producción gráfica, un trabajo muy laborioso, que requiere atención y profesionalidad. Por supuesto, en el almacén y en envíos hay más personas… Somos pocas personas, unas dieciocho en total, pero consolidadas.
A la mayoría de los lectores les interesa el relato más que el dato, les gusta que les cuentes y les expliques la historia
P.: ¿Y en cuanto a su método de trabajo?
R.: En los consejos editoriales que hacemos, largos y muy puntillosos, repasamos cada título, la situación de cada libro, la posición de producción, en tiempo real y a tres meses vista. Los títulos también se cuidan mucho para que sean cautivadores, aporten positivismo y se ajusten al contenido del libro. Me parece que Manuel Pimentel, el presidente de Almuzara Libros, sabe llevar muy bien el equipo y aportar unidad tanto en la acción del equipo como en la dirección editorial. Está desarrollando un proyecto francamente bueno.
P.: Dispone de una dilatada carrera en el mundo editorial, como editor y como escritor. Nos centramos en el primero de sus perfiles para preguntarle: ¿qué es un editor?
R.: El editor tiene una parte técnica muy importante, que además te la van dando los años y el olfato, que es descubrir temas para libros. También descubrir libros que te proponen y en los que puedes ver un potencial interesante o no, y que a su vez tienen que fortalecer tu propio sello. Independientemente del trabajo técnico que aportan los años de experiencia, existe algo que trasciende al propio trabajo, que es la responsabilidad del editor. Es muy importante saber que un editor es una persona que va a prescribir a la sociedad una línea de pensamiento.
El negocio industrial de la editorial, a diferencia del de la ferretería, por ejemplo, es que el primero no vende solo papel impreso, tuercas o destornilladores, sino ideología. Y eso es lo que le da valor a ese papel impreso. Por lo tanto, creo que el editor, sea quien sea y tenga el grado que tenga, debe asumir una responsabilidad moral muy importante. Y no me refiero a una moral religioso-católica, sino a hacer ver que lo que haces va a tener consecuencias. Porque ese libro podrá hacer un bien o un mal a las personas que se acercan a él. Es responsabilidad del editor que las decisiones que toma tendrán un impacto moral en la sociedad.
Hay que romper una lanza por la venta online, ha mantenido la vida de los libros en estos tiempos de confinamiento
P.: ¿Cómo nació su vocación de editor y su pasión por los libros?
R.: Ha sido un accidente en mi vida. Fui un lector tardío. Veraneaba en Robledo de Chavela y por las mañanas cogía un tren lento hasta Madrid. Pasaba una hora y pico de trayecto, luego cogía otro tren. Así que empecé a leer y con el tiempo me descubrí siendo crítico con la lectura. Eso me llevó a hacer mis pinitos en la escritura con una novela que da un poco de vergüenza leerla ahora, porque todo es muy lineal, muy facilón. Sin embargo, al final se terminó ligando con ese otro accidente que fue la creación de la editorial, que era algo que nunca había proyectado.
Mi hermano y yo nunca nos sentamos y hablamos de hacer una editorial. De repente, pasaron los años y dijimos: tenemos una editorial. Empezamos con toda la ingenuidad del mundo, pensando que «sacas un libro y es tan bueno que la gente te lo quita de las manos». ¡Vaya bofetadas nos hemos dado! Además, los primeros libros que sacamos, a finales de los años 90, eran de mucha concienciación provida. Eran libros llenos de emoción y quizá de ingenuidad. Se fueron vendiendo con los años. Han pasado 20 años y ha sido un camino difícil y apasionante…
Ahora, poco a poco, al formar parte activa en Almuzara, se le ha dado un retoque al logotipo, se ha ido buscando la idea de convertir la «i» de Sekotia en una secuoya, un árbol grande que crece fuerte y alto.
Fernando Bonete & Hilda García
La Caja Books nació en Valencia, en mayo de 2018, con el lema «abre, lee, siente, piensa». Su director editorial, Raúl E. Asencio, explica que en un sello pequeño todo depende «de que los libros arranquen con fuerza, que aparezcan en ciertos medios y que nuestros lectores los reciban bien».
Fernando Bonete & Hilda García
Camino de su séptimo año de vida, La Huerta Grande afronta su futuro con optimismo y la vista puesta en el fomento del pensamiento libre. Conversamos con su editora, Philippine González-Camino, quien se muestra partidaria del diálogo para «pensar de una manera mucho menos drástica y polarizada».