David Vicente Casado | 19 de diciembre de 2019
Juanma Castaño y «El Partidazo de COPE» han conseguido, 20 años después, que la emisora vuelva a ser líder de la radio deportiva nocturna.
Juanma Castaño (Gijón, 1977) vivió como un joven oyente el cambio de liderazgo en la radio deportiva nocturna. La cadena SER, de la mano de José Ramón de la Morena, conseguía desbancar a José María García. Hoy, 20 años después, es él quien devuelve el liderazgo nocturno a COPE. Una hazaña que lo ha llevado a terminar de contestar felicitaciones hasta horas antes de empezar esta entrevista. Aunque asegura que «sería injusto destacar solo una», reconoce: «Debo valorar el mensaje de José Ramón de la Morena».
Castaño confiesa que cuando le ofrecieron el proyecto sintió agobio y la sensación de que no iba a hacerse cargo del programa. Tras un duro trabajo de más de tres años junto a un equipo que venía batallando años atrás y que, como él mismo afirma, se lo ha puesto muy sencillo, llega el premio al esfuerzo profesional y familiar de un grupo humano que está acostumbrado a cenar a diario sin los suyos.
David Vicente: ¿Ha tenido tiempo de asimilar esta hazaña?
Juanma Castaño: No creo que haya que asimilar nada porque, en realidad, no me cambia el hecho de que un dato sea más alto que otro en un EGM. Nuestro método de trabajo sigue siendo el mismo, al igual que nuestro horario y nuestra forma de afrontar el día a día. Es más, nosotros vamos a seguir igual si en la próxima medición bajamos al segundo puesto. En definitiva, seguir afrontando la vida con la normalidad con la que la afrontábamos antes.
David Vicente: ¿Sigue contestando whatsapps de felicitación?
Juanma Castaño: Te voy a ser sincero, acabé el otro día. Se me habían quedado muy abajo y terminé pidiendo disculpas por haber tardado tanto tiempo en responder. Les expliqué que había sido un problema de tiempo, porque había recibido un número masivo de felicitaciones a través de WhatsApp, Twitter, Instagram, e-mails… Además, todo esto ha llegado en un momento en el que había mucho trabajo tanto en la radio como en la televisión.
David Vicente: ¿Se acuerda cuántos mensajes recibió ese día?
Juanma Castaño: Un número concreto de mensajes no sabría decirte, pero sí de más de quinientas personas distintas. Una barbaridad.
David Vicente: ¿Recuerda cuál fue el más especial?
Juanma Castaño: Sería injusto destacar alguno en especial, porque todos han puesto el mismo interés y cariño para perder un minuto de su tiempo en acordarse del equipo, del programa y de mí, pero creo que debo valorar el mensaje que recibí de José Ramón de la Morena. Es una persona por la que siento un profundo respeto, a la que no le ha ido bien el EGM y, sin embargo, sacó la clase para enviarme esa mañana un mensaje de felicitación.
Hago un programa para la mayoría sin vender mi alma al diabloJuanma Castaño
D.V.: Usted que ha vivido el liderazgo de Tiempo de Juego en el EGM, ¿sabía que el turno de El Partidazo de COPE iba a llegar tarde o temprano?
J.C.: No. Esas cosas no se saben, se desean pero nunca tienes la certeza, porque el EGM es un sistema de medición que siempre hay que mirar muy a largo plazo, que te recomiendan que lo mires con perspectiva, que lo importante es ver la tendencia y no solo el dato. De hecho, ahora mismo sé que el programa está bien, pero no sé si lo va a reflejar el próximo EGM; entonces siempre tienes la duda de cómo habrá ido el sistema de encuestas de esa determinada oleada y, aunque estábamos confiados porque los indicativos eran positivos, nunca puedes prever cuándo vas a ser líder.
D.V.: En una franja tan competitiva, ha logrado aumentar la audiencia casi en un 50%. ¿Cómo se consigue esta hazaña?
J.C.: Trabajando mucho. Yo tengo la sensación de que le echamos muchas horas, mucha dedicación, de que somos muy críticos con nuestro trabajo; por ejemplo, cuando no sale un programa muy bien, somos los primeros que nos lo decimos a la cara. Lo que ha pasado en este último año es que hemos recogido los frutos de los tres años de trabajo que llevamos acumulados con el programa. Sin olvidar a los compañeros de El Partido de las 12, con Juan Antonio Alcalá y Joseba Larrañaga al frente. Como te decía antes, hemos aprendido que el EGM se mira con perspectiva, quizá este año la perspectiva es que era el momento de alcanzar la cima.
D.V.: Usted tenía un perfil más de tertulia en COPE, ¿cómo recuerda el momento en el que le ofrecieron presentar El Partidazo de COPE?
J.C.: Lo recuerdo con cierto agobio, con la sensación de que no iba a hacerme cargo del programa y que iba a decir que no. Primero, me lo dijo Paco González sin ninguna fe, no me insistió mucho la verdad y, sin embargo, echo la vista atrás y lo recuerdo ahora mismo como un punto de inflexión en mi trayectoria profesional, porque es lo que ha marcado el salto a tener un cargo de responsabilidad, a tener un cierto liderazgo sobre un grupo y a tener una cierta relevancia en antena. Lo que al principio supuso un agobio, ahora mismo es un motivo de felicidad inmensa.
D.V.: ¿Cuál es el sello personal que quiso aportar Juanma Castaño a la noche deportiva?
J.C.: Cuando yo llegué, aquí había ya un trabajo hecho, una bolsa de medio millón de oyentes -lo cual es mucho decir-, una estructura de un equipo de deportes y una forma de trabajar muy adquirida. En definitiva, yo he tenido todas las facilidades del mundo. Lo que sí me metí en la cabeza es que no quería hacer un programa íntimo que sonara en la penumbra, sino que fuera un programa alegre, vivo, incisivo y valiente. Lo único que tenía que hacer yo era aportar mi forma de hacer radio y estoy muy contento con el trabajo realizado.
José Ramón de la Morena, a quien no le fue bien en el EGM, no dudó en enviarme esa mañana un mensajeJuanma Castaño
D.V.: ¿Cómo es un día en la vida de El Partidazo de COPE?
J.C.: Ya no hay día a día como tal, porque el WhatsApp nos ha convertido en esclavos. Desde por la mañana estamos en contacto todos los miembros del programa, por lo que cuando hacemos la reunión ya traemos muchas cosas preparadas o habladas gracias al WhatsApp. Es un día a día muy esclavo, porque hacer un programa de noche significa que durante todo el día estás recopilando información hasta que llegan las 23:30 horas. Cuando hablo de esclavo, no hablo solo en mi caso, hablo por todo el equipo, porque ninguno de ellos cena nunca con su familia, salvo los días que libran, que son pocos. Por lo que el sacrificio ya no es solo profesional, sino también familiar.
D.V.: ¿Le costó mucho adaptarse a la vida del trabajador nocturno?
J.C.: Al principio lo que me costaba era dormirme al llegar a casa, porque llegas con las pulsaciones muy altas; entonces empecé probando con melatonina, luego bebiendo una copa de vino… Ahora lo que hago es ser consciente de que me queda algo más de una hora desde que acabo el programa hasta que me duermo. No me agobio, pero reconozco que se me hace tarde.
D.V.: ¿Se va muchos días cabreado a casa?
J.C.: No muchos, pero alguno sí. En el trayecto de vuelta a mi casa le voy dando vueltas a la pregunta que no hice, a la tertulia si se hizo larga, un tema que no has tratado bien… Ese momento de soledad en el coche cuando está la carretera vacía es el momento en el que voy repasando el programa.
D.V.: ¿Es demasiado crítico consigo mismo?
J.C.: No solo yo, sino todo el equipo, hasta tal punto que a veces pienso que somos excesivamente duros con nosotros mismos.
Si siguiera en la SER, no estaría presentando la nocheJuanma Castaño
D.V.: ¿Qué ha pasado para que hace unos años se pudiera hacer un programa de radio con las estrellas de un Madrid-Barcelona 24 horas antes del partido y hoy los protagonistas apenas aparezcan por las radios?
J.C.: Lo que ha pasado es que los clubes han generado sus propios medios, sus propias redes y es una forma de controlar lo que quieren que se sepa y no se sepa; entonces no necesitan la publicidad de un medio de comunicación al uso, como somos nosotros, y han ido apartando a los medios de comunicación de su vida diaria, salvo en aquellos momentos en los que no les queda otro remedio o por obligación.
D.V.: ¿Ha salvado el tiempo de opinión la falta de protagonistas en los medios?
J.C.: La tertulia ha sido la supervivencia de los programas deportivos porque, tal y como la conocemos hoy en día, nace para llenar el vacío que han ido dejando los deportistas. Yo ahora prefiero una tertulia a una entrevista donde no te dicen nada.
D.V.: Y esas tertulias deportivas, unidas a la situación política que está viviendo nuestro país, están provocando que los periodistas deportivos también alcen la voz. Le ocurrió a usted y a Paco González. ¿Cree que el oyente lo agradece?
J.C.: Supongo que habrá de todo, habrá quien lo agradezca y a quien no le guste que un programa de deportes se meta en política, lo que pasa es que la política ha invadido nuestro terreno. Tengo la sensación de que ha sido la política la que ha invadido al deporte y no al revés. Trato de ser lo más aséptico posible dentro de que defiendo una serie de valores, entre los que está el respeto y, por supuesto, el respeto a mi país, que es España. Cuando intervengo en temas así es porque considero que hay una falta grave de respeto, pero también entiendo que El Partidazo de COPE lo escuchan oyentes de todas las tendencias políticas, por lo que trato de hacer un programa que valga para la gran mayoría, sin tener que vender mi alma al diablo y sin que ofenda a nadie en cuestiones políticas, porque realmente lo que nos une a todos es una forma de contar el deporte.
D.V.: ¿Qué momento fue más duro para usted, la salida de Paco González de la SER o la salida de Manolo Lama de Deportes Cuatro?
J.C.: Fue más duro y traumático lo que ocurrió con Paco, porque para Manolo la televisión era como una segunda casa. La salida de Paco fue durísima; sin embargo, con el paso de los años, a todos nos ha ido mejor. Es más, si yo siguiera en la SER, no estaría presentando la noche.
D.V.: Usted ha reconocido hace unos días que no tiene relación con Manu Carreño, ¿fue duro tener que compartir plató con una persona con la que no se tiene relación?
J.C.: No. Con las persona se puede tener mala relación, buena relación y no tener relación, y el no tener relación no significa tenerla ni buena ni mala. Yo si lo veo lo saludo y le deseo Feliz Navidad, por supuesto. Lo único que quise decir es que no tenemos una relación fluida, es decir, no nos mandamos un mensaje para preguntarnos qué tal nos va. Por circunstancias, la vida nos ha separado, pero yo no le deseo el mal a nadie.
D.V.: ¿Le da pena el no tener relación después de tantos años trabajando juntos?
J.C.: Ni me da pena ni me deja de dar, porque al final es un comportamiento en la vida, si no la tengo será por algo, porque no hay que tenerla. No me como mucho la cabeza, la verdad. Tengo tanto entre manos, entre el trabajo en la tele y en la radio, que lo demás lo considero, con todos los respetos, en un segundo plano.
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Pedro Cavadas se dedica a la reconstrucción microquirúrgica desde 1994. Apodado el «Doctor Milagro», por sus manos han pasado los casos más complejos: trasplantes que han salvado piernas, manos, pies, dedos, caras y hasta mandíbulas y lenguas.