Jaume Vives | 20 de enero de 2021
En los últimos meses, Marcial Cuquerella y su cuenta de Twitter se han convertido en la fuente de confianza a la que han recurrido muchas personas que necesitaban conocer lo que estaba sucediendo al otro lado del charco.
Marcial es un empresario de la comunicación que a lo largo de su trayectoria profesional ha trabajado en distintos proyectos -propios y ajenos- de distintos países -entre ellos EE.UU-. A lo largo de su vida ha ido adquiriendo la suficiente experiencia como para conocer bien cómo funcionan las tripas de un medio de comunicación y ha tenido la oportunidad de conocer también la idiosincrasia de los Estados Unidos.
En los últimos meses, su cuenta de Twitter ha crecido exponencialmente y se ha convertido en la fuente de confianza a la que han recurrido muchas personas que necesitaban conocer lo que estaba sucediendo al otro lado del charco. Cuando todo el mundo dio por sentado que no había habido fraude, él empezó a indagar. Cuando nadie hablaba de la batalla legal, él la seguía al minuto. Cuando todos estaban felicitando a Joe Biden, él tenía que explicar que todavía quedaba mucho recorrido antes de confirmar que Biden sería el futuro presidente.
La suya ha sido una versión alternativa a la versión oficial, lejos de las tesis dominantes, pero también lejos de las teorías de la conspiración. Marcial es un tipo inquieto que no para de hacerse preguntas, pero también sensato, no se conforma con cualquier respuesta. Por eso resulta tan interesante hablar con él sobre lo que ha sucedido en Estados Unidos.
Pregunta: Lo que estamos viviendo ahora en EE.UU., ¿cuándo empieza?
Respuesta: Todo esto que estamos viendo ahora en Estados Unidos empieza en 1776, cuando los padres fundadores montan un pollo tremendo porque se quieren liberar de la opresión de un reino que está en ultramar y de una reina que solo les pide dinero. Es entonces cuando montan un sistema regido por la Constitución americana, que está muy bien traída para la época, y pensada para unos pocos estados. A partir de entonces se irá añadiendo el resto de los estados. Uno de esos estados fundadores es Pensilvania, y todo el mundo sabe desde el siglo XIX que es un estado corrupto. Se sabe cómo funcionan las elecciones en EE.UU. partiendo de la corrupción en Pensilvania, primero, y en Georgia, después.
Y cuando digo todo el mundo estoy hablando de todo el mundo. Hasta hace meses siempre había un candidato de consenso, al que si hacía falta se le echaba una mano a través de los estados corruptos, y nadie decía nada, nadie preguntaba nada. El candidato que no ganaba concedía las elecciones esa misma noche o a los 2 días como tarde y listo, aquí paz y después gloria. La realidad es que en EE.UU. no mandan más de 5.000 personas, que suelen estar en Washington, desde donde controlan todo el aparato. Por eso creo que cuando Pablo Iglesias hablaba de casta, no tenía la más remota idea de lo que realmente es una casta política.
Pregunta: Y de repente… aparece Trump.
Respuesta: Efectivamente. En 2015 aparece un tipo que es un tocahuevos profesional. Es un tío que se ha labrado la profesión, la carrera, el dinero y el prestigio -tanto bueno como malo- a base de pelear y de no tener ningún amigo más allá de su familia. Cuando decidió que se iba a presentar todo el mundo lo tomó por loco, recuerdo que en ese momento yo estaba viviendo en EE.UU. Los que conocían un poco la idiosincrasia del país ya lo dijeron, no solo va a ganar, va a arrasar. Es evidente que Trump no es el Obama de 2008 o el Obama de 2012, no es un candidato del consenso, pero es un candidato del pueblo americano.
Cuando estuve viviendo en EE.UU. estudié a fondo la figura de Teddy Roosevelt (el primer Roosevelt que fue presidente de EE.UU., no el segundo). Hay muy pocas cosas sobre él. Se conservan pocas imágenes y vídeos, pero si estudias su figura te das cuenta de que es exactamente igual que Donald Trump. Es un loco, un tipo lleno de vanidad, un histrión, pero con las ideas muy claras de lo que quiere para EE.UU., y con las ideas muy claras de lo que quiere para todo lo que no es EE.UU., que generalmente es: me importa muy poco lo que pasa en el resto del mundo si es bueno para EE.UU. Es un perfil que enamora al redneck que vive en el interior de EE.UU.
Si tuvieran un solo vídeo de Trump incitando a la violencia, ¿no crees que lo habrías visto?Marcial Cuquerella
P.: ¿Cómo reaccionan los medios ante la llegada de Trump?
R.: Todos los medios, especialmente fuera de EE.UU., se ponen en contra, les parecía una locura, no entendían qué hacía allí un outsider que no formaba parte de los 5.000 que controlan la sociedad americana. Y les parecía un tipo peligroso porque tiene mucha información y todavía más peligroso porque tiene ideas propias.
En las primeras elecciones ellos mismos se creyeron sus mentiras y, aunque hubo fraude como siempre lo ha habido, no fue lo suficientemente fuerte como para contrarrestar la victoria de Trump. Y durante 4 años han estado haciendo bullying al presidente de los Estados Unidos. No hay una sola palabra de Trump que no se haya manipulado o retorcido. Aunque los resultados de su gestión son evidentes: no ha entrado en una sola guerra, ha salido de guerras en las que estaba metido EE.UU., ha arrodillado a Corea del Norte, ha arrodillado a China, ha conseguido que Israel firme la paz con los países que tiene alrededor, a nivel económico ha sido excepcional, y el tema que a mi más me importa, la gestión moral, le ha quitado por ejemplo la financiación a Planned Parenthood, uno de los grandes sistemas orientados al mal en todo el mundo. Verdaderamente sorprendente el papel de los medios contra Trump.
P.: ¿Qué pasó el día de las elecciones en EE.UU.?
R.: Debido a la pandemia, se animó insistentemente a la gente a que votara por correo, que es el mayor foco de fraude electoral. Antes de las elecciones había un montón de encuestas que daban una diferencia a Biden de 20 o 18 puntos. La que menos le daba 6 puntos de diferencia respecto a Trump, pero la noche electoral Trump estaba ganando por 900.000 votos en determinados estados antes de que se parara el recuento a las 3 de la mañana. A esa hora salió Biden con ese tono que te hace pensar que esa cabeza no está del todo bien engrasada y que la bombilla que tiene no es la que más brilla en este momento en el panorama político mundial, y dijo que tenía muy buenas sensaciones, que iba a ganar las elecciones, que hasta que el último voto no estuviera contado eso no se acababa. En ese momento, y a la luz de los resultados escrutados, fue una declaración de lo más sorprendente, algo empezó a oler mal. Dos horas después se reactivó el recuento electoral y Biden ya estaba ganando.
Frente a esto tienes 2 opciones: (1) Asumir que Biden ha ganado, que EE.UU. es la democracia número uno en el mundo y aceptar que el pueblo ha hablado, o (2) empezar a hacerte preguntas. Y claro, si empiezas a hacerte preguntas y no encuentras respuestas es una cosa, pero si cuando te empiezas a hacer preguntas encuentras las respuestas tan, tan, tan fácil, te das cuenta de que ahí hay un problema y pasa algo.
En España, la cobertura de las elecciones americanas no sé si es fruto de la maldad o de la perezaMarcial Cuquerella
P.: ¿Qué respuestas has encontrado?
R.: Lo primero que te encuentras es a Donald Trump diciendo que eso ya se lo esperaba, que lo de que hasta el último voto cuenta es mentira. Se cuentan los votos emitidos hasta el cierre de las urnas el 3 de noviembre, no los que hayan entrado el 4, el 5 o el 8 si todavía no tienes suficientes votos para ganar y necesitas seguir contando. Hasta que no ganó Biden no se dieron por cerrados los recuentos, y de hecho, de una ventaja de 700.000 que Trump le llevaba a Biden, pasó a una diferencia de 12.000 votos con Biden en cabeza. Es decir, contaron los votos necesarios para que Biden ganara las elecciones, no hay más. En cualquier caso, eso es una sensación que tuvimos muchos, pero luego los hechos pueden darte la razón o no. Es entonces cuando empiezas a hacerte preguntas y al observar cómo se han contado los votos descubres cosas raras. A las tres y media de la mañana, llegan 150.000 votos a Georgia, de los cuales el 93% son para Biden. Curiosamente son votos por correo, nadie sabe de dónde han llegado, nadie quiere contarlos, nadie quiere recontarlos, nadie quiere hacer una auditoría, no hay un solo juez que quiera escuchar las pruebas a pesar de que empieza a haber un montón de declaraciones juradas de todo tipo… Y es entonces cuando Trump dice: hasta aquí hemos llegado. Llevamos 250 años pervirtiendo y robando elecciones, 250 defraudando al pueblo americano, pero a mí no me vais a robar unas elecciones porque no me sale de las narices.
P.: Comienza entonces la batalla legal con dos protagonistas claros, Sidney Powell y Rudy Giulani.
R.: Así es. Por un lado, tenemos a Giuliani, que se está encargando de la defensa del presidente Trump y, por el otro, a Powell, que ha tomado al pueblo de los EE.UU. como cliente a defender. El 23 de enero empezará el que puede ser el juicio más importante sobre el fraude en los Estados Unidos.
Si uno solo lee la prensa generalista española, puede formarse la idea equivocada de que los jueces hasta ahora han desestimado todas las pruebas. La realidad es que lo que ha pasado hasta ahora es que ningún juez ha considerado que los demandantes (el estado de Texas y todos los que se han sumado a la causa) tengan legitimidad. Y por eso por ahora no ha habido un solo juez que se haya pronunciado sobre todas las pruebas que se han presentado.
Sin embargo, el demandante del juicio que comenzará el 23 de enero es Donald Trump y es posible que le den legitimidad. Es entonces cuando un juez comenzará a analizar todas las pruebas.
Hay millones de americanos que piensan que les han robado las elecciones, con un cabreo sordo, y que encima ven cómo los censuran y cancelan sin que tengan forma humana de expresar su rabiaMarcial Cuquerella
P.: Si el fraude es tan evidente, ¿por qué no aparece en los medios?
R.: En EE.UU. se ha hablado de fraude en cientos de medios. ¿Por qué crees que el 39% de la población está convencida de que ha habido fraude? De ese 39%, el 79% es republicano y el resto demócrata. Y esto se debe a que hay muchísimos medios que están contando la realidad de lo que ha pasado, aunque, como sucede en otros sitios, en EE.UU. hay también un lobby de medios muy poderosos que pretende evitar el tema.
En primer lugar, tenemos la CNN, que ya sabemos de qué pie cojea, luego tenemos el Washington Post -propiedad de Bezos, dueño de Amazon-, T’he New York Times -que forma parte del sistema- y la FOX -que sí que ha ido sacando determinadas cosas-.
El caso de FOX es singular. Su línea editorial es que no ha habido fraude -llevan tiempo sin soportar a Trump-, aunque sus principales estrellas -Tucker Carlson, Maria Bartiromo o Laura Ingraham- han sacado cosas sobre el fraude todas las noches y han defendido que sí lo ha habido.
Y luego lo que hay es un montón de medios conservadores locales -estilo FOX 5- que son los que tienen el verdadero poder informativo en EE.UU., a veces mucho más que los grandes medios y que son los que han hablado del tema. De ahí el alto porcentaje de gente que cree que le han robado las elecciones.
P.: ¿Y en los medios españoles?
R.: Una vez hecho este repaso sobre los principales medios americanos, puedo responderte a la pregunta sobre los medios españoles. Lo primero que quiero decirte es que lo que pasa aquí no sé si es fruto de la maldad o de la pereza, aunque me decanto más por la pereza, y te voy a contar por qué.
Cuando el redactor de turno llega por la mañana a la redacción, suele tener un consejo editorial donde se lee la agenda del día -que suele venir marcada por una agencia de noticias, normalmente EFE-. Si el redactor va mal de tiempo, el jefe le pide, por ejemplo, prepárame una pieza sobre la COVID, otra sobre las nevadas y otra sobre las elecciones americanas. Esa pieza ya viene dada por EFE o Europa Press, y el redactor solo le da algo de formato. A su vez, EFE o Europa Press tienen un corresponsal en EE.UU., que lee seguramente el Washington Post y The New York Times y que mira la CNN. No se va a las televisiones locales. Para no mojarse y no jugársela, va a decir lo que dicen estos 3 grandes medios. Y claro, ¿qué va a decir EFE?, lo que dice su corresponsal. Y, ¿qué dice su corresponsal?, lo que dicen el Washington Post, el NYT y la CNN. Y aunque parezca mentira, al final la única voz que hay en España -salvando honrosas excepciones- es la de estos tres grandes medios. Imagínate hasta dónde llega el sesgo. Y por eso decía al principio que no sé si es fruto de la maldad o de la pereza, aunque todo apunta a que es culpa, sobre todo, de lo segundo.
P.: A Trump, siendo presidente de los EE.UU., lo censuran y le cierran la cuenta de Twitter por unas declaraciones que hizo el 6 de enero supuestamente incitando a la violencia, ¿es eso cierto? ¿Llamó a la violencia?
R.: El 6 de enero lo único que hizo Trump fue llamar a la paz. En el mismo momento que decenas de personas estaban entrando en el Capitolio, Trump les dijo que volvieran a sus casas con amor y paz en el corazón. Luego hay otro tema que se está empezando a descubrir ahora y es que quizá quienes arengaron a las masas e instigaron el asedio al Capitolio fueron miembros de ANTIFA infiltrados entre los manifestantes pro Trump. Antifas que se aprovecharon del desánimo y frustración de los seguidores de Trump para conseguir su objetivo, que no es otro que el de desacreditar al presidente frente a la opinión pública entrando en el Capitolio. Ya ha habido varios detenidos del movimiento ANTIFA por el asalto al Capitolio.
Volviendo al vídeo de Trump que Twitter censuró por incitación a la violencia, me pregunto: si tuvieran un solo vídeo de Trump incitando a la violencia, ¿no crees que lo habrías visto? Es mucho más fácil desmontar a Trump diciendo que incita a la violencia con un vídeo de Trump incitando a la violencia que eliminando todos los vídeos que existen.
Y además de ese nuevo triunfo de la censura, la manipulación y la cultura de la cancelación, no contento con eso, el Partido Demócrata presenta un Impeachment.
La verdad es que estamos en un momento de la historia en el que hay millones de americanos que piensan que les han robado las elecciones, con un cabreo sordo, y que encima ven cómo los censuran y cancelan sin que tengan forma humana de expresar su rabia. Y eso sí que es un peligro.
Las bochornosas imágenes de Washington recuerdan demasiado algunos deplorables episodios que hemos vivido en los últimos años en el Congreso de los Diputados y en el Parlament de Cataluña.
Aunque se avecina una intensa batalla judicial, Joe Biden es el nuevo presidente de Estados Unidos. El demócrata se enfrenta a importantes retos en un país dividido y golpeado con dureza por la pandemia del coronavirus.