David Vicente Casado | 24 de febrero de 2020
Alejandro Fernández se encontró un partido al borde de la desaparición y lo levantó, logrando un crecimiento del 43% en las últimas elecciones. Se ha convertido en uno de los bastiones de mando de la defensa del constitucionalismo en Cataluña.
“El PSC volverá al constitucionalismo cuando perciba un proyecto ganador»
«A veces, Ciudadanos está más en el chip de hacer una OPA al PP que en sumar»
«La historia será más justa con el PP cuando se valore lo que hizo por frenar al independentismo»
El peor momento en la vida política de Alejandro Fernández (Tarragona, 1979) lo vivió en noviembre de 2018, cuando vio cómo su coche aparecía con pintadas en el garaje de su casa. Los radicales independentistas recibían así al nuevo presidente del PP de Cataluña. Aunque el gusanillo de la política lo conoció desde bien joven: en su casa, su madre era comunista y su padre, fiel seguidor de Manuel Fraga. La conquista ideológica la ganó su padre y a los 18 años se afilió a Nuevas Generaciones del Partido Popular. Cursó el COU de ciencias puras, dejando la puerta abierta a alguna salida profesional de esa rama. Sin embargo, varios acontecimientos de la historia de nuestro país le hicieron dar el giro definitivo a su idea inicial. Se licenció en Ciencias Políticas, con la firme convicción de dedicarse al servicio público.
Con carácter cercano y afable y una sinceridad encomiable, no busca excusas y responde así cuando se le pregunta por la situación que vivió su partido en Cataluña: «El votante siempre tiene la razón». Actualmente, es uno de los barones con más voz y voto dentro del PP a nivel nacional y uno de los firmes candidatos a liderar la plataforma constitucionalista Cataluña SUMA, junto a Ciudadanos. Sin embargo, Alejandro Fernández se muestra cauto: «Sería muy presuntuoso, por mi parte, decir que soy el mejor y sería poco inteligente descartarlo».
David Vicente: ¿Cómo fueron sus primeros contactos con la política?
Alejandro Fernández: He querido ser político desde que tengo uso de razón, siempre. Siendo niño, ya me apasionaba la política. En mi casa, mi madre era comunista y mi padre era de seguidor de Fraga, por lo que la política ocupaba un lugar destacado en mi vida diaria. En mi caso, caló más la simpatía de mi padre por Fraga, porque siempre tuve cercanía con la derecha y, a medida que fui cada día metiéndome más, empecé a compartir sus ideas, hasta que con 18 años me afilié a las nuevas generaciones del Partido Popular en Tarragona. Estudié Ciencias Políticas con la idea de ser político, algo que poca gente hace, puesto que, de mi promoción, políticos profesionales solo soy yo.
David Vicente: ¿Qué fue lo que le impulsó a dedicarse a la política?
Alejandro Fernández: Tuve alguna duda. Mi padre se dedicaba al mundo de las carreteras, algo que a mí me gustaba tanto como la política. Hice el COU de ciencias puras porque quería dejar abierta la posibilidad por si cambiaba de opinión. Pero cuando acabé mis estudios, hubo varias cosas que pasaron durante aquellos años que fueron de gran efervescencia en el seno del Partido Popular, el «felipismo» se estaba agotando, surgió la figura de José María Aznar… No hay un hecho puntual como tal, sino una sucesión de hechos que reafirman mi convencimiento de dedicarme a la política.
David Vicente: Hablaba de las diferencias ideológicas que convivían en su familia, ¿su madre se llevó un disgusto cuando se enteró de sus ideas?
Alejandro Fernández: Siempre conté con el apoyo de mis padres, pero sí es cierto que les parecía arriesgado, porque la política siempre es temporal, nunca puedes pensar que es eterna.
Núñez Feijóo tiene razón. En Galicia tenemos la fórmula para derrotar al nacionalismo, por lo tanto, no hay que tocar lo que ya funcionaAlejandro Fernández, presidente del PP de Cataluña
D.V.: Hace unos días, se hizo viral su reacción tras las palabras de la alcaldesa de Vic. ¿Cómo recuerda ese momento?
A.F.: Yo estaba contestando correos electrónicos, a la vez que estaba escuchando a la señora Erra. Mi primera reacción al levantar la cabeza de la pantalla del móvil fue pensar que esta señora se había vuelto loca. La cosa fue in crescendo hasta unos niveles de incredulidad tremenda…
D.V.: Entiendo que no es la primera vez que vive una situación así, sin embargo, esta se hizo viral. ¿Cómo es la convivencia en el Parlament con el presidente, Quim Torra, y los grupos independentistas?
A.F.: La convivencia en el día a día va por barrios. Hay diputados independentistas con los que tienes una relación cordial, a pesar de que no es sencillo, sobre todo cuando aprueban cosas manifiestamente ilegales. Con Quim Torra es más complicado, porque no es una persona especialmente cordial, aunque sí puedo decir que las conversaciones que he tenido con él han sido respetuosas.
D.V.: Y en la calle… ¿cómo se convive bajo la lupa del independentismo?
A.F.: Hay de todo. En mi ciudad me siento muy querido y, salvo algún episodio aislado, puedo pasear tranquilamente con mi familia. En otros sitios, sobre todo en la Cataluña interior, la situación es más complicada donde abundan las miradas de no ser bien recibido. Tuve un episodio concreto, me destrozaron mi coche una vez, pero más allá de eso no he vuelto a tener ningún percance. Sé que pagas un precio cuando defiendes mis ideas en Cataluña, pero lo tengo tan asumido que no puedo decir que mi vida sea insoportable.
D.V.: Hablaba usted de ese percance, que fue en noviembre de 2018, cuando accedió a la presidencia provincial de su partido, ¿esperaba usted una consecuencia como esa?
A.F.: Esa en concreto no, porque supone sobrepasar la intimidad de una persona. Me preocupé sobre todo por mi familia, es lo primero en lo que piensas. Insisto, tú sabes el precio que pagas, pero algo así no te lo esperas. Fue mi esposa la que me llamó y supone una sensación conjunta de rabia y de tristeza cuando ves hasta dónde hemos llegado.
No podemos colaborar nunca más con el nacionalismo. Es desleal y es una ideología identitaria negativa para la democraciaAlejandro Fernández, presidente del PP de Cataluña
D.V.: ¿Sufre su familia?
A.F.: Mi mujer me conoció ya siendo político, aunque no tan público como ahora, pero ya está acostumbrada a las reglas del juego y lo lleva lo mejor posible.
D.V.: Centrándonos en el terreno político, vemos un adelanto electoral en el horizonte. ¿Hay posibilidades de que el constitucionalismo pueda derrotar al independentismo en las urnas?
A.F.: Teniendo en cuenta que el PSC ha decidido salirse del ámbito constitucionalista, esa posibilidad a día de hoy no es posible. Lo que sí es posible es que sumemos de tal forma que el PSC se vea forzado a volver al constitucionalismo. El PSC ha demostrado que suele ser bastante oportunista, cuando le conviene se hace constitucionalista y cuando le conviene pacta con el separatismo. Es una actuación relativista y que, por supuesto, rechazamos, pero hay que asumir que estas elecciones, probablemente, no serán unas elecciones de cambio inmediato, sino que tenemos que ser capaces de reconstruir ese espacio político.
D.V.: La única vía posible parece la de Cataluña SUMA, ¿cómo van las negociaciones?
A.F.: Ahora mismo el proceso negociador está centrado en el País Vasco, donde ya se ha llegado a un acuerdo, y Galicia. En el caso de Cataluña, al no estar convocadas las elecciones, queda para una etapa posterior. Nosotros, desde hace muchísimo tiempo, lo llevamos ofreciendo y Ciudadanos se negó en rotundo siempre y ahora ha dejado una puerta abierta. Nosotros estamos dispuestos a hablar.
D.V.: Ciudadanos puso como condición que la coalición debería aunar tanto a Cataluña como al País Vasco y Galicia; sin embargo, parece que Alberto Núñez Feijóo, por el momento, descarta una coalición…
A.F.: Pienso que Alberto Núñez Feijóo tiene razón, porque el objetivo de esta suma no es sumar, simplemente, porque sí, es derrotar al nacionalismo y reagrupar el centroderecha. Entonces, en Galicia ya tienes la fórmula que funciona para derrotar al nacionalismo, porque es una fórmula que viene cosechando mayorías absolutas, tres consecutivas y camino de la cuarta, por lo tanto, no toques lo que funciona. En otros sitios, es necesario buscar una fórmula lo más operativa posible, pero mezclar Galicia con País Vasco y Cataluña es una actitud irresponsable de Ciudadanos, que a veces da la sensación de que están todavía en el chip de hacer una OPA constante al PP, más que en buscar una fórmula para sumar que sea satisfactoria para todos.
Sería presuntuoso decir que soy el mejor para liderar Cataluña Suma y poco inteligente descartarloAlejandro Fernández, presidente del PP de Cataluña
D.V.: En el caso de Cataluña, ¿usted se ve con fuerza para liderar esa plataforma o cree que la mejor vía para el entendimiento sería la de una persona independiente?
A.F.: Creo que el candidato o candidata debe de ser el mejor o la mejor. El hombre o mujer, tanto del PP como de Ciudadanos o un independiente, que los partidos consideremos, llegado el momento, que es la persona idónea.
D.V.: Pero entiendo que a usted le gustaría poder liderar esa plataforma…
A.F.: Sería muy presuntuoso, por mi parte, decir que soy el mejor y sería poco inteligente descartarlo, por lo tanto lo dejamos en tablas
D.V.: El PP llega a esa cita tras crecer más de un 40%, pero se llegó incluso a hablar de desaparición del partido en Cataluña.
A.F.: Fue una situación que nos encontramos nada más asumir la presidencia provincial del partido. Las encuestas nos daban cero escaños en el Congreso de los Diputados, en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Parlament. Esa situación ya se ha superado, en las últimas elecciones pasamos de ser la última fuerza a ser la quinta, superamos a Ciudadanos, a Vox y a la CUP, crecimos un 43% y fuimos la comunidad autónoma donde el PP más subió en porcentaje de votos. Esto significa que el partido está recuperando la confianza de la gente y ha superado una cosa que era muy preocupante y es que llevábamos un ciclo de varios años en que cada año perdíamos apoyo. En estas elecciones que se acercan, la media de las siete encuestas que han salido publicadas nos da nueve escaños, que es muy distinto a cero.
D.V.: Hablaba usted de que, elección tras elección, el PP de Cataluña perdía apoyo, ¿qué tipo de autocrítica haría?
A.F.: La lógica que se tiene que hacer cuando llegas a un momento en el que, incluso, se da por sentado que el PP de Cataluña podría desaparecer, algo que ya hemos superado, como le comentaba. El Partido Popular fue partícipe de un pacto histórico con el nacionalismo que llevó durante muchos años a que, básicamente, el interlocutor con los Gobiernos de España fuera siempre el nacionalismo. Y cuando el nacionalismo traiciona el diálogo constitucional, deja en una situación muy delicada el pacto con el PP. Además, nos obliga a aplicar medidas para frenar el golpe de Estado que se había perpetrado, que unos interpretaron como muy duras y otros como muy blandas, pero que al ser tan difíciles de tomar e inéditas no acabaron de convencer a nadie. Y eso es realmente injusto, porque frenaron un golpe que los separatistas creyeron que podría acabar con la independencia de Cataluña. La historia será más justa con nosotros cuando valore esos años de lo que han sido nuestros contemporáneos.
De todas formas, como se suele decir, el votante siempre tiene la razón y lo que teníamos que hacer era rearmar el proyecto, sabiendo que ya no vamos a poder colaborar nunca más con el nacionalismo, porque el nacionalismo es desleal y es una ideología identitaria negativa para la democracia. Se intentó durante muchos años en España integrar al nacionalismo en el sistema democrático, pero es que ellos siempre se apartan.
Es muy probable que el PSOE, después de Sánchez, entre en barrenaAlejandro Fernández, presidente del PP de Cataluña
D.V.: ¿Están el PSOE y el PSC, de verdad, en manos de los independentistas?
A.F.: Sí, porque ellos creen que van a poder apaciguar y el apaciguamiento siempre fracasa con el nacionalismo. Y se lo digo porque también nosotros, en algún momento de la historia, hemos caído en ese error. El PSC está también a punto de desmoronarse en Cataluña después de los tripartitos y los pactos con Carod Rovira. El nacionalismo se ha demostrado que es tóxico y que todo aquello que toca lo destruye. Eso es algo de lo que deberíamos aprender; sin embargo, el PSOE, no contento con lo que pasó con Rovira, dobla la apuesta y pacta con gente que ha perpetrado un golpe de Estado.
D.V.: ¿Mantiene alguna esperanza de que el PSC vuelva al constitucionalismo?
A.F.: Dependerá de sus intereses estratégicos. Hay un episodio que refleja muy bien cómo son: la manifestación masiva del 8 de octubre, a la que no acudieron. Cuando vieron que era tan masiva, superior incluso a las manifestaciones independentistas, vinieron a la del 29 de octubre. ¿Cuándo volverá el PSC al constitucionalismo? Cuando perciba en el constitucionalismo un proyecto ganador y vigoroso. Eso Ciudadanos lo tenía y ya no lo tiene, ese es el problema.
D.V.: ¿Temen que el pacto entre PSOE y ERC tenga una agenda B?
A.F.: El problema es que no existe una cara transparente, solo existe la oculta. Lo que ocurre es que Gabriel Rufián tuvo a bien explicárselo a los españoles: autodeterminación y amnistía, que son figuras que, por supuesto, no están contempladas en nuestro ordenamiento jurídico. Por lo tanto, es un acuerdo que solo está basado en ilegalidades, por lo tanto, acabará mal.
D.V.: ¿El PSC sobrevivirá a Miquel Iceta?
A.F.: En general, tanto al PSOE como al PP les pasa que, al ser grandes partidos, la gente los da por muertos y luego resucitan. A nosotros nos ha pasado. Sí creo que el PSC es difícil que desaparezca, pero quedará muy dañado después de la gestión que está llevando a cabo Miquel Iceta
D.V.: ¿Y el PSOE sobrevivirá a Pedro Sánchez?
A.F.: Creo que el PSOE tiene un futuro complicado, porque Sánchez ha hecho una cosa sobre la que no se habla mucho. El PSOE es un partido de naturaleza federal y, de hecho, incluso en los tiempos de máximo poder de Felipe González, con mayorías absolutas de 200 escaños, el Comité Federal mantenía la capacidad de destitución del presidente -eso lo vivió Sánchez- y era un organismo de auténtica fiscalización. Cada partido tiene su manera de controlarse y de establecer sus mecanismos de contrapesos internos, pero lo que ha hecho Sánchez ha sido, de una forma totalmente autoritaria, liquidar el Comité Federal y es muy probable que el PSOE después de Sánchez entre en barrena.
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