Hilda García | 24 de abril de 2020
El profesor de Microbiología y Virología de la Universidad CEU San Pablo da las claves para evitar un nuevo brote de la pandemia y presenta su innovador proyecto Rompeolas COVID-19.
Estanislao Nistal Villán (Toral de los Guzmanes, León, 1975) lidera en la Universidad CEU San Pablo Rompeolas COVID-19, un novedoso proyecto que define un protocolo para evitar la segunda oleada del coronavirus, que podría llegar en otoño.
Licenciado en Bioquímica por la Universidad de Salamanca y doctor en Virología y Biología Molecular por la NYU-Mount Sinai School of Medicine de Nueva York, Nistal ha trabajado en el Departamento de Microbiología del Hospital Monte Sinai de Nueva York y en el CIMA (Centro de Investigación Médica Aplicada) de la Universidad de Navarra.
En el año 2015, comenzó su andadura en la Sección de Microbiología del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo. En este centro ejerce como profesor de Microbiología y Virología. Su grupo de investigación en Virología e Inmunidad Innata, con ayuda del Instituto de Medicina Molecular Aplicada (IMMA), centra sus líneas de trabajo en el estudio de mecanismos de inducción de la respuesta antiviral relacionados con inmunopatologías humanas y el uso de virus oncolíticos frente a tumores específicos.
Pregunta: ¿Cree que en España se están tomando las decisiones adecuadas para detener la pandemia de coronavirus?
Respuesta: Hasta el momento, las medidas se asemejan a las adoptadas en la mayor parte de los países de nuestro entorno, incluso en algunos aspectos tienen un mayor celo. Ahora mismo, las decisiones correctas deben ir encaminadas a procurar la mejor preparación posible antes de dar el siguiente paso en el desescalado del aislamiento. Lo difícil empezará cuando volvamos a salir, ya que habrá que tratar de atajar de raíz nuevos casos.
Pregunta: ¿Hasta cuándo debería prolongarse el confinamiento?
Respuesta: Hay dos posibilidades. La primera es esperar a que desaparezcan todos los casos de coronavirus que haya en estos momentos y ser totalmente impermeables a casos importados, mediante un sistema de vigilancia exhaustiva.
La segunda posibilidad es esperar a que el sistema sanitario deje de estar saturado y vuelva a ser capaz de asimilar a todos los enfermos que necesiten atención, tanto los pacientes con coronavirus como el resto, y contar con un margen en caso de que se produzcan nuevos brotes. Esta segunda opción, que es la más rápida, plantea más riesgos, pero estos son un reto a superar para salir de la situación lo antes posible.
Es imperioso avanzar en los tratamientos por medio de la investigación clínica y básica para que, en caso de enfermar, tengamos más garantías de no morir
P: ¿Cuáles son las ventajas y los riesgos de la segunda alternativa?
R: Esta segunda opción para ir saliendo del aislamiento permite que no se paralice el país por un tiempo, un hecho que haría más difícil su recuperación y condenaría a muchas familias a la pobreza. Sin embargo, plantea el reto de ser capaces de contener de manera rápida y efectiva los nuevos brotes y de tratar bien a las personas que enfermen. Es muy probable que haya nuevos casos o incluso, si se consiguiera tener cero infectados, que se registren casos importados de otros países.
Nuestra sociedad no puede aislarse completamente. Si se implementan las medidas más exhaustivas posibles para contener los nuevos brotes que aparezcan, seremos capaces de ir avanzando. Es igualmente imperioso avanzar en los tratamientos por medio de la investigación clínica y básica para que, en caso de enfermar, tengamos más garantías de no morir.
El coronavirus persistirá mientras no exista la suficiente inmunidad en la población, que solo se logra de dos maneras: infectándote o vacunándote
P: ¿Qué otras medidas habría que tomar para hacer frente a la pandemia?
R: Las medidas a corto y medio plazo deben ser las siguientes:
–Una red de diagnóstico mediante RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa) más rápida y con mayor capacidad.
-Un sistema de producción de equipos de aislamiento personal más ágil y con mayor capacidad.
-Un sistema de vigilancia de nuevos casos y sus contactos, que hay que implementar.
-Protocolos estandarizados para las residencias, centros de salud y hospitales y unas condiciones estrictas en esos casos.
-Medidas de preparación sanitaria durante los meses venideros para afrontar una nueva ola en otoño, cuando converjan la epidemia de gripe y catarros con un posible incremento de casos por COVID-19.
Además:
-Desarrollar una cadena estatal de producción de bienes básicos de diagnóstico.
-Incrementar los recursos destinados al estudio de este virus y la enfermedad.
-Ser extremadamente insistentes en la campaña de vacunación frente a la gripe este año. La protección va a aliviar el colapso hospitalario en caso de una segunda ola de coronavirus.
A largo plazo, a modo de resumen, tendríamos que concienciarnos en invertir en una sociedad basada en el conocimiento mediante el desarrollo de la investigación y su aplicación práctica. No dejarlo en bonitas palabras o en intentos tímidos.
P: ¿Cuándo prevé que la pandemia esté totalmente controlada?
R: Si hablamos del brote actual, espero que esté controlado en junio, pero es muy probable que siga habiendo casos.
Si hablamos del problema del coronavirus, persistirá mientras no exista la suficiente inmunidad en la población. Esta solo se logra de dos maneras: infectándote o vacunándote. Si la primera vacuna que nos llegue funciona, el problema terminará dentro de un año y pico. Si no funciona bien, habrá que esperar a la segunda vacuna, y así sucesivamente.
Si la vacuna no llega, posiblemente se logre controlar el virus de una manea efectiva cuando el porcentaje de inmunizados de manera natural supere el 80%. Dependiendo de si va más rápido el virus o nosotros con la vacuna, podemos seguir con el tema del coronavirus muchos meses, incluso años, hasta lograr controlarlo totalmente y que nadie tenga complicaciones si enferma. Por otro lado, el porcentaje de inmunización en ciudades como Madrid o Nueva York va a ser mayor que en lugares donde el virus tarde más en llegar. Se va a escalonar el problema.
El sistema sanitario es un pilar frágil y esencial de nuestra sociedad. Se debe reforzar. Es algo de todos, no una herramienta electoral
P: ¿Qué esperanza hay de encontrar y producir una vacuna?
R: Conseguir una vacuna eficaz que llegue a todo el mundo en el menor tiempo posible es muy difícil. Las estrategias vacunales que van más avanzadas en estos momentos puede que estén listas en un año y, si todo va bien, serán efectivas. De no serlo, hay otras estrategias vacunales que requieren más tiempo para su desarrollo y pueden tardar hasta dos años o más.
P: ¿Y de encontrar un tratamiento?
R: Se están probando tratamientos que utilizan distintos compuestos ya conocidos. Son los más inmediatos para poder ser aprobados. Si alguno se demostrase eficaz, la solución sería cuestión de semanas. Los tratamientos en experimentación requieren mucho más tiempo para su desarrollo, ya que necesitan ensayos clínicos para verificar su seguridad y su eficacia. Suelen tardar años.
Alguno de los que se están probando lleva ya ese camino prácticamente hecho, como uno denominado resemdivir. Se va conociendo algún dato de su comportamiento en pacientes. En las próximas semanas se debería saber si tiene algo de eficacia para prevenir la enfermedad o para tratar pacientes según su estado.
P: ¿Habrá mutaciones o nuevos brotes de coronavirus en los próximos meses y cuáles serán sus consecuencias?
R: El virus muta constantemente, es un evento inherente a la replicación viral. A pesar de ello, parece que los coronavirus no son virus a los que las mutaciones abundantes y frecuentes les sienten bien, de hecho, tienen una actividad correctora de las mutaciones. Otros virus, como el de la gripe o el virus del SIDA, no tienen esa actividad.
Las mutaciones que yo esperaría del virus atenuarían su virulencia e incrementarían su capacidad de transmisión en aquellas personas inmunizadas en las que va encontrando una dificultad para transmitirse. Es lo que ocurre con otros virus respiratorios como el de la gripe. Es posible también que aparezcan cepas con distintas características y que tengan pequeñas diferencias en cuanto a su sintomatología o a su capacidad de saltar de humanos a otros animales.
P: ¿Qué es el proyecto Rompeolas COVID-19?
R: El proyecto nace de la necesidad de reaccionar frente a una incertidumbre a la que vamos a tener que enfrentarnos en unos meses. Una vez superado el brote actual, el virus va a continuar infectando y vamos a tener que enfrentarnos a nuevos brotes, como he comentado. Un momento muy delicado y de enorme riesgo es el que puede ocurrir en otoño con el incremento de infecciones respiratorias y, en particular, el del virus de la gripe. Nuestro sistema sanitario sufre una presión muy grande de manera regular debido a él. Si a esa presión añadimos la del coronavirus, podemos encontrarnos con situaciones parecidas a la actual. Además, ante más agentes infecciosos la dificultad del diagnóstico se incrementa.
Con el fin de estar mejor preparados y establecer los protocolos de actuación adecuados, proponemos un estudio serológico en el mes de septiembre, basado en la cuantificación de dos parámetros importantes para determinar el nivel de protección frente al virus. Uno es la cuantificación del nivel de anticuerpos totales frente al virus, y otro, saber el nivel de anticuerpos que neutralizan el virus y previenen la entrada en las células. Con esos dos parámetros es posible establecer grupos de personas que puedan realizar distintas funciones según su nivel de riesgo y sincronizar o distribuir las tareas de forma más eficaz.
Necesitamos financiación para el desarrollo de alguna de las herramientas que precisamos y poder escalarlas para implantarlas en las Administraciones o empresas que quieran incrementar la seguridad de las personas y reducir los contagios y sus riesgos.
Podríamos prevenir alguna de las nuevas pandemias con inversión en el desarrollo de antivirales y vacunas que funcionen
P: ¿Cómo será nuestra vida después de la pandemia? ¿Qué precauciones habrá que tomar y durante cuánto tiempo?
R: Las medidas de prevención de contagios van a prevalecer hasta que se logre una inmunización suficiente como para prevenir brotes de dimensiones importantes. Las que estamos tomando actualmente: lavado de manos, mascarilla, distanciamiento y limpieza de lugares públicos van a mantenerse. Posiblemente será necesario tomar precauciones adicionales relacionadas con la frecuencia en la limpieza en algún medio de transporte público y en lugares muy transitados.
P: ¿Es previsible que en el futuro se produzcan pandemias similares o, tras esta experiencia, se podrían prever y evitar?
R: Sin lugar a dudas, va a haber nuevas pandemias. En el siglo XXI llevamos ya unas cuantas. De menor calado en cuanto a número de países afectados, como la del SARS, el MERS, el ébola o el zika, o de menor virulencia de la esperada pero igualmente pandémica, como la gripe del año 2009.
Va a seguir habiendo pandemias, porque convivimos con otros seres vivos que también portan virus y estos están en continua lucha para poder propagarse y no desaparecer. Es una cuestión de presión evolutiva a la que nos enfrentamos en escalas temporales muy cortas.
Podríamos prevenir alguna de las nuevas pandemias con inversión en el desarrollo de antivirales y vacunas que funcionen, no solo frente a los virus actuales, sino frente a otros. Las distintas familias de virus conservan características comunes. El diseño de antivirales y vacunas frente a esos puntos comunes nos puede servir para prevenir nuevos brotes.
Un ejemplo: la replicasa del SARS-CoV2 es muy parecida a la del SARS o el MERS u otros coronavirus estacionales. Si hubiéramos desarrollado antivirales frente a esta proteína durante los pasados 17 años, y es posible, hoy tendríamos un tratamiento. Es un cambio de mentalidad grande, pero para que se entienda, igual que invertimos en Policía, Fuerzas Armadas y Protección Civil, debemos invertir en protección de pandemias y los virus son uno de nuestros mayores riesgos.
Saber que un desconocido te puede salvar la vida nos debe servir para ver que debemos ponernos de acuerdo en cosas básicas que nos afectan a todos
P: ¿Qué podemos aprender de esta pandemia?
R: Muchas cosas, pero me quedo con cinco.
1.- El peligro de la masificación. El medio rural y el teletrabajo son una alternativa saludable y conveniente.
2.- Hay bienes y servicios que no pueden estar descentralizados y dependientes de terceros países.
3.- El sistema sanitario es un pilar frágil y esencial de nuestra sociedad. Se debe reforzar, ninguna estrategia política debería de ser capaz de debilitarlo. Es algo de todos, no una herramienta electoral.
4.- Nuestro tejido científico y de inversión en investigación y desarrollo es extremadamente débil y nos hace muy dependientes. Junto con el sistema sanitario, invertir en conocimiento y su aprovechamiento tangible en puestos de trabajo debería ser una prioridad.
5.- La plasticidad, la solidaridad de nuestra sociedad y el valor que adquiere en estas circunstancias una persona desconocida que te puede salvar la vida con su pequeña o gran acción nos debe servir para ver que tenemos que ponernos de acuerdo en cosas básicas que nos afectan a todos. Ojalá aprendamos.
La catedrática de Microbiología de la Universidad CEU Cardenal Herrera responde a todas las dudas sobre el coronavirus, como su posible prevención, el confinamiento, el uso de mascarillas o el control de la pandemia.
Los estudios para encontrar una vacuna, la mejora de los tratamientos, la llegada del calor… hay motivos para la esperanza frente al coronavirus.