Carlos Gregorio Hernández | 28 de abril de 2019
Las dictaduras de Franco y Salazar coincideron en la península Ibérica y marcaron gran parte del siglo XX.
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Juan Carlos Jiménez, profesor titular de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales en la Universidad CEU San Pablo, analizó la relación entre las dictaduras de Franco y Salazar en el pódcast El Debate de la Historia. Los dictadores de España y Portugal coincidieron en el tiempo, pero sus regímenes presentan multitud de diferencias. A continuación puedes leer un extracto de la entrevista. Escúchala completa en el pódcast.
Carlos Gregorio Hernández: La relación entre España y Portugal ha tenido muchas etapas. Hemos sido una única monarquía, se ha hablado del peligro español frente a Portugal y también de la Alianza Ibérica entre las dos naciones. ¿Cómo se puede resumir esa difícil relación histórica entre dos vecinos?
Juan Carlos Jiménez: Lo podemos explicar de forma sencilla y con un ejemplo. Un español llega a Portugal, pide un café con leche y se sorprende de que no lo entienden porque tiene la percepción de que no ha salido de España. Sin embargo, cuando llega a Francia no pide un “café con leche”. Tiene sensación de que ha cruzado una frontera y de que hay un cambio de idioma y cultura. Para los portugueses la reacción es la contraria, “vienen los españoles y no comprenden que somos una realidad nacional”. Y de ahí nace esa incomprensión mutua. Los españoles siempre han tenido la idea de que la península ibérica está amputada, de que debería operar como una unidad y de que por azares de la historia son dos países.
C.G.H.: Entrando en las figuras concretas de Franco y Salazar, ¿en qué se parecen ambos liderazgos?
J.C.J.: Se parecen en poco, son dos estructuras dictatoriales construidas sobre personalidades sustancialmente diferentes. Sin embargo, el resultado es muy parecido. Los dos comparten un mismo elemento ideológico. Nunca ha habido dos dictadores que se parezcan tanto en términos ideológicos. Comparten una visión del mundo. Pero si quitas eso, son totalmente diferentes.
Salazar es un civil que se legitima por el ejercicio. Es un profesor de universidad que afronta el gran problema económico de Portugal, es un técnico, arregla ese problema y edifica esa legitimidad. Salazar está convencido de que solucionando el problema financiero no iba a edificar una dictadura, iba a edificar un Estado distinto. Dar la solución definitiva, el Estado Novo.
Franco es un militar, gana la Guerra Civil y tiene derecho a edificar su Estado nuevo basado en la legitimidad de la victoria. Y edifica precisamente eso, un Estado militarizado.
Son dos estructuras dictatoriales construidas sobre personalidades sustancialmente diferentesJuan Carlos Jiménez
C.G.H.: Se suelen establecer etapas en la dictadura de Franco, ¿se puede comparar con el proceso portugués?
J.C.J.: El momento clave de Portugal es 1961. Comienzan las guerras en África y Salazar lo utiliza para arremolinar el poder en torno a él. Hay que tener en cuenta que la dictadura portuguesa es especial, porque hay elecciones y un poder bicéfalo. Hay un presidente de la república, elegido por sufragio universal, y este nombra al jefe del Gobierno, que es Salazar, que preside el consejo de ministros.
Y en esa organización Salazar está a punto de perder el poder frente a Humberto Delgado en 1958. Esas elecciones marcan un antes y un después. En ese año Portugal podría haber avanzado hacia la democracia, pero tras esas elecciones los resultados muestran que la dictadura avanzará hasta que muera Salazar. No son las mismas etapas que en España, donde el Plan de Estabilización de 1959 marca una separación radical. En Portugal es mucho más progresivo.
C.G.H.: ¿Se puede concretar la relación entre Franco y Salazar en la Guerra Civil española?
J.C.J.: Siendo excesivo se puede decir que si en Portugal no está Salazar, Franco hubiera tenido muchas más dificultades para ganar la guerra. Salazar le da a Franco la seguridad de controlar una amplísima frontera. Todos los opositores que salen de España son confiscados por Salazar, es un factor de seguridad muy importante.
También se convierte en el gran defensor diplomático del franquismo. Franco, hasta los años 50, no habla internacionalmente, es Salazar quien habla en su nombre. Y, en los años de la Guerra Civil, Portugal hizo todo por hacer que el Comité de no intervención fuera extremadamente favorable a Franco y le prestó el apoyo de legitimación ideológica ante las derechas europeas, y el traslado de armas… sin los puertos portugueses que permitían la llegada de aviones alemanes, Franco hubiera tenido muchas más dificultades para ganar la guerra.
C.G.H.: Y después de la Guerra Civil, ¿qué relación se establece entre la España de Franco y Portugal?
J.C.J.: Portugal es el gran hilo de España con los Aliados. En el imaginario de las potencias europeas Portugal es pro-Aliados. Y en ese mismo imaginario Franco es pro-Eje, un tercer general fascista. La percepción de que España intervenía en la guerra si no tuviera un contrapeso está en todos los documentos de todas las cancillerías de la época.
De hecho, Nicolás Franco acude a firmar unos acuerdos con Salazar y plantea la situación de que España y Portugal están en dos campos diferentes y se podían hacer dos cosas: o no llegar a un acuerdo y dejar que las vicisitudes de la guerra tomen decisiones, o llegar a ese acuerdo y neutralizar la península ibérica.
La entrevista completa en nuestro pódcast:
Programa especial con la intención de reseñar los libros que, en los últimos años, han aportado novedades en el estudio de la Guerra Civil.
Una variada selección bibliográfica para acercarse a la guerra que partió la España de hace 80 años.