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Los cinco seminarios con que contaba Tanzania hasta hace pocos meses están abarrotados. En el pasado mes de diciembre se inauguró uno nuevo, en Kahama, que cuenta ya con 106 estudiantes y que ofrece más de 400 plazas para afrontar las previsiones de los próximos años. La tendencia de este país del África Central es de crecimiento constante de conversiones, bautismos y vocaciones, como en buena parte del continente.

Los últimos datos oficiales certifican un crecimiento del 3,4% en el número de católicos en África, según el Anuario Pontificio de la Santa Sede de 2021. El incremento es también una constante en Asia, donde sube el número de católicos en un 1,3%. En Oceanía se queda en un 1,1% y en América en un 0,84%. El único continente donde desciende ligeramente el número es Europa.

La realidad es que de 2018 a 2019 el número de católicos en el mundo ha crecido en 16 millones. Actualmente son un total de 1.345 millones de bautizados, lo que supone el 17,7% de la población mundial. El incremento de fieles no se corresponde con el de vocaciones religiosas, tanto de sacerdotes como de religiosos, aunque en esto tiene mucho que ver el declive en Europa.

Es ahí, en el número de vocaciones sacerdotales, donde se aprecia la vitalidad de la Iglesia en África y Asia. El continente africano muestra un crecimiento del 3,45% en el número de sacerdotes en el último año. Mientras que en Asia ese crecimiento es del 2,9%. Por el contrario, en América y Europa la tendencia es ligeramente negativa.

El continente con el mayor número de seminaristas actualmente es Asia, con 33.821. Un número similar al de África, donde son 32.721. Son números que doblan a los 15.888 seminaristas que había en 2019 en Europa. Países de una gran presencia musulmana, como Bangladesh, han vivido este año 2020 como un periodo especialmente rico en vocaciones. Por primera vez en su historia, en este país con cerca de 500.000 católicos se han ordenado 27 nuevos presbiteros.

La labor caritativa de la Iglesia en África y Asia durante las últimas décadas y, en muchas ocasiones, la persecución a la fe, son alicientes para muchos jóvenes de estos dos continentes. El padre Elias Essogniman, secretario general de Formación de los Misioneros Combonianos, considera que «los jóvenes africanos que quieren ser sacerdotes en África proceden de iglesias donde el testimonio de tantos consagrados anima a tomar decisiones radiales». A su juicio, también «el hecho de que en África, obras asistenciales como colegios u hospitales salvan la vida de muchas personas cada día» supone un semillero de vocaciones.

El ejemplo misionero

Por su parte, los misioneros del Verbo Divino cuentan, en este año de pandemia, con 681 estudiantes y 283 novicios en el proceso formativo para ser sacerdotes en la zona del Asia-Pacífico. El ejemplo de los misioneros llegados de otros países para transmitir la fe ha sido determinante. Y hasta en Papúa Nueva Guinea, una serie de islas en el Pacífico, hay actualmente 286 jóvenes que se desplazan en barco para poder asistir a las sesiones de formación para llegar a ser sacerdotes, según informaba recientemente L’Osservatore Romano.

Otro dato interesante del último Anuario Pontificio es el incremento de los diáconos permanentes. En el último año el crecimiento en el mundo ha sido del 1,5%. Contamos con 48.238 diáconos permanentes, con un aumento que también se da en Europa.

Y la parte negativa llega con los datos de la vida consagrada. El descenso a nivel mundial es de un -1,8%, pero también aquí hay que tener en cuenta que mientras que en Europa son menos y más mayores, en África y Asia el número de religiosos no sacerdotes no deja de crecer.