Jesús Tanco | 23 de agosto de 2020
José Luis Gago del Val nació en Palencia el 4 de julio de 1934. Su trayectoria profesional estuvo llena de cargos y responsabilidades muy importantes en el ámbito de los medios de comunicación y de la Orden de los Predicadores.
El estudio de los momentos iniciales de la Cadena COPE, me ha hecho encontrarme con la figura del padre dominico José Luis Gago, artífice principal de esta cadena de radio que tanta influencia tiene en el conjunto de ondas españolas. En el seno de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), he conocido la puesta en marcha de unos equipos de trabajo que colaboran en la Causa de Beatificación de este periodista insigne, que supo hacer radio, dirigir programas y que tuvo una labor decisiva en concentrar y aglutinar distintas iniciativas radiofónicas de instituciones de la Iglesia en una cadena articulada que sin quitar autonomía a las emisoras, les daba una presencia conjunta, una suma de recursos humanos y técnicos y el intercambio de experiencias que iba a potenciar de modo decisivo su influencia en el panorama de los medios españoles.
Con la ayuda del cardenal Ricardo Blázquez en 2017 empiezan las gestiones para llevar a buen puerto la Causa de Beatificación. Una comisión está trabajando desde entonces para cumplimentar los trámites nada fáciles que la congregación para las Causas exige. Destacan en ella, Rafael Ortega, presidente de la Unión católica Internacional de Periodistas, Elsa González, profesional de COPE y presidenta que fue de la FAPE, Federación de Asociaciones de la Prensa de España, Pedro Antonio Martín, presidente de la Fundación COPE, Francisco Temprano profesional de Radio Televisión Castilla y León, José María Legorburu, catedrático de la San Pablo CEU, Julián del Olmo, especialista en información religiosa. En un sabroso reportaje de Cristina Sánchez Aguilar leo en Alfa y Omega (14-XI-2019) bonitos testimonios de periodistas que trataron al fraile comunicador.
Carlos Herrera evoca su boda presidida por el padre Gago al que califica como “ser humano incomparable” y la homilía de éste con letras de coplas; Eva Fernández, corresponsal de la cadena en el Vaticano, subraya en ese periódico, el interés por los becarios y principiantes a los que trataba con delicadeza suma; por su parte, otro colega, Antonio García Barbeito indica que «fue la referencia más cercana que había tenido de Dios en la vida»En la documentación recogida resalta la aportada, como no podía ser de otra manera de la familia dominicana española, de las entidades profesionales donde trabajo, y en el orden familiar, la de dos sobrinas veinteañeras que le llamaban familiarmente tío Bis y un sobrino que es archivero, Raúl Posadas Gago, verdadero recopilador de testimonios y enlace con personas que lo conocieron. Así fray Manuel González, que compartió vida conventual que agradeció el haber acompañado en los últimos momentos a fray José Luis, o el celebrante de su funeral, fray Javier Carballo, prior Provincial o superior Mayor de la Provincia Dominicana de España.
José Luis Gago del Val nació en Palencia el 4 de julio de 1934, unos meses antes de la Revolución llamada de Asturias pero que tuvo un alcance nacional como un intento de golpe de Estado contra el Gobierno de centro-derecha que había ganado las elecciones de 1933 en la II República. Su vida terrena culminó para el padre Gago en Valladolid el 22 de diciembre de 2012. Estuvo llena de cargos y responsabilidades muy importantes en el ámbito de los medios de comunicación y de la orden de los Predicadores, fundada como se sabe, por el burgalés santo Domingo de Guzmán en el siglo XIII. La muerte le sobrevino después de un cáncer doloroso que llevó con un gran sentido sobrenatural y de ofrecimiento
El 4 de julio de 1964, con treinta años de edad, vino Pamplona y se adscribió a la comunidad dominica de la capital navarra, que contaba con un Seminario Misional potente en la aneja Villava. En ese mismo año de 1964 falleció en este Seminario de Villava fray Rafael Sánchez Guerra (1897-1964), político destacado en la II República en que ocupó el cargo de subsecretario de la Presidencia de la República (1931) y después ministro en el exilio del gobierno Giral. Rafael Sánchez Guerra regresó a España en 1959 y dejó su posición política, profesional y aristocrática al profesar de religioso dominico y venir a Navarra. El dominico, no ordenado sacerdote, fray Rafael fue hijo del ministro maurista y datista de Gobernación y Fomento, en periodos alternos desde 1903 a 1922, político polifacético y periodista destacado. El prior de los dominicos pamploneses era entonces el padre José María Díaz Conde, autor de la historia de la Universidad dominicana de Santiago, primera de las pamplonesas y segunda Navarra, tras pocos años de la benedictina de Irache. El actual prior de la comunidad pamplonesa, Fray Jesús Galdeano fue destinado en 1969 a Pamplona y recuerda la gran dedicación del padre Gago a la radio, y en concreto a la que dirigió, Radio Popular de Pamplona.
En Pamplona donde se formaron dominicos ilustres y de gran preparación, el padre Gago fue un animador de la comunidad dominica, situada en la calle Mercado, número 3, en la trasera del ayuntamiento pamplonés y junto a la iglesia de Santo Domingo, otrora de Santiago, instaló los primeros estudios dignos de tal nombre de la Radio Popular pamplonesa que orientó desde 1964 a 1970.
Un nuevo destino en la orden le llevó este último año hasta Valladolid donde fue prior de la comunidad que regentaba nada menos que el convento de San Pablo de la ciudad del Pisuerga, para pasar luego a la capital de España. a sucesivas responsabilidades relacionadas con el periodismo radiofónico, la COPE naturalmente y otras iniciativas que por obediencia y por su valía, tuvo que aceptar. Su preparación intelectual fue sobresaliente: además de la carrera de Periodismo que cursó en Navarra, fue licenciado en Filosofía y Teología. Persona que animaba a la concordia y al trabajo en equipo, supo en cada momento asumir trabajos y encomiendas de un desempeño muchas veces empapados de relaciones personales más o menos cordiales, de complejidades burocráticas o de falta de medios económicos suficientes.
Supo compaginar nuestro dominico periodista la labor vocacional de religioso con la dedicación plena al mundo de los medios de comunicación, especial y fundamentalmente a la Radio y a la Televisión. Estudió en el Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra entre 1966 y 1969, puesto que entonces el título se obtenía después de tres cursos. Su tesina de fin de carrera tuvo el título de La Cadena de Ondas Populares Españolas y fue dirigida por el profesor de Radio del Instituto, Ángel Faus, profesor mío después en los años setenta y primer doctor en Ciencias de la Información y maestro de periodistas radiofónicos.
El padre Gago, animado por el obispo de Pamplona, don Enrique Delgado Gómez, prelado decisivo en los prolegómenos de la cadena, fue delegado diocesano, creo que el primero de este cargo, de Medios de Comunicación, entre 1964 y 1970. En éstos cursó la carrera de Periodismo mientras ostentó la dirección de la emisora Radio Popular de Pamplona, que se había gestado en el seno de la emisora propia de los Dominicos, en locales muy elementales junto a la iglesia de Santo Domingo, que da nombre a la Cuesta famosa del Encierro sanferminero, con el apoyo técnico en las instalaciones de Villava y otros enclaves.
Su intervención en Televisión Española no es nada desdeñable, puesto que dio un impulso notable a la presencia de la Iglesia en la pantalla, como director durante seis años del programa Pueblo de Dios.
En 1980 es nombrado director general de COPE, responsabilidad de la que se desprende en 1983 después de una labor de consolidación de la institución; creo más propio este nombre que el de empresa. En la cadena, además de director de emisora como en Pamplona (1964) o la de Madrid (1979-1980), fue jefe de programas, consejero y director del área socio-religiosa.
En el aspecto docente, hay que destacarlo como profesor en diversos foros profesionales y educativos, como encargado de la disciplina de Ética y deontología en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Recibió a lo largo de su vida varias distinciones, como el premio Ondas antes de cursar los estudios de Periodismo. En 1999 el Premio Bravo.
Antes que profesor fue alumno, como ya hemos indicado. Se matriculó en el Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra, en el año 1966, undécimo año de vida de este centro dirigido por el profesor Alfonso Nieto que sería rector de la misma Universidad desde 1979 hasta 1991. Fueron profesores suyos en primer curso (1966-67) Ángel García Dorronsoro (Teología) que precisamente fue un experto en información religiosa en Televisión Española; Ángel Benito (Teoría General de la Información); Félix Ayala (Literatura española); Juan Calvo (Derecho Público Eclesiástico); Vicente Cacho y José Manuel Cuenca (Historia Universal); Ramón Cercós (sociología); Patricio Peñalver (Filosofía) y Manuel Ferrer (Geografía). Entre los profesores de segundo curso (1967-68), se encuentran Ángel Benito (Redacción), Luka Brajnovic (Tecnología); Eusebio Mina (Hemerografía); Javier Zabalo (Historia de España); Francisco Gómez Antón (Teoría del Estado); Inglés y Francés por varios profesores en el Instituto de Idiomas bajo la dirección de José Dawid. En tercer curso, Ángel Benito y María Luisa Astráin ( Historia del Periodismo); Carlos Soria ( Legislación); Alfonso Nieto (empresa Informativa); Pablo Irazazábal (Política Internacional); José Tallón (Publicidad); Ángel Faus (Televisión), además como en cursos anteriores, de profesores adjuntos, visitantes, y los expertos que dan prácticas en los distintos medios. Entre ellos, José Javier Uranga, Javier María Pascual, Ignacio (Iñaki) Gabilondo, Isabel Celma, Julio Martínez Torres, Diana Dawid, Fernando Pérez Ollo, José Martínez Echalar, Gloria Toranzo y José Luis Béjar,
Los compañeros de promoción, de modo cooperativo editaron un libro conmemorativo del paso por la Universidad con alusiones personales y de grupo muy positivo y acertado. La semblanza relativa al padre Gago escrita por sus compañeros es la siguiente: «El padre Luis Gago, ha sido siempre y ante todo, director de Radio Popular de Pamplona. Lo que no quita para que se le pensara como aspirante a delegado en primero, a consejero en segundo e intruso (sic) en tercero. Pero nunca hubo mala voluntad en el curso acerca del padre Gago. Todos lo veían como un profesional. El padre Gago había conseguido el premio Ondas y Solís se lo había entregado en Barcelona con pompa en una fiesta de gala en la que había lucido nuestro compañero su mejor alzacuellos. El padre Gago pasó por Periodismo como uno de los orgullos con los que nos habíamos tropezado y que prestigian la profesión y la promoción. En junio no le vimos por voluntad propia y desesperada del encausado. Pero un día diremos que el Padre Gago, nada menos, fue nuestro compañero»
La promoción de padre Gago se componía de sesenta alumnos. Las clases se impartían en el Edificio Central de la Universidad de Navarra, y había mucha relación con alumnos de otras carreras con los que se compartían actividades. El ambiente era familiar y la comunicación de los profesores, en número muy parecido al de los alumnos, era fluida, directa y muy cordial, compatible con la exigencia debida. Los alumnos eran muy variados.
Treinta y ocho varones y veintidós mujeres, que según estimo, en un porcentaje del ochenta por ciento trabajaron en medios de comunicación con trayectorias brillantes. Por citar algunos, lo hago con el tema de la tesina de fin de curso que eligieron para su defensa: Marisa Aguirre (Centro de Enseñanza superior de Estrasburgo); Xavier Arcelus (Regionalización, experiencias europeas); José Ignacio Arechaga (La concentración de empresas periodísticas); Félix Barrio (Las hojas parroquiales en España); Ana Bel (Albert Camus, el hombre y el periodista); Pilar Cambra (Cinco semanas en Londres); Jordi Capdevilla (The Time, educational supplement) ; Marisa Ciriza (El fenómeno Urtáin); José Javier Cortés (La economía de Guinea Ecuatorial); Ramón García Domínguez (Pregón, un noble canto a Navarra); José Miguel González (La GEOGACETA y la ruptura de límites provinciales); Carmen Rigalt (El temperamento español a través de la literatura y el periodismo); Pablo Larrañeta (Antonio Machado y Soria); Carmen Lizarraga (La radiodifusión y la mujer); Joaquín Madina (Oriana Fallaci); Jesús María Mosquera (Norteamérica 1968); Katsuko Miyoshi (Prensa japonesa); Ana Cristina Navarro (La división de información pública de la OMS); Miguel Platón ( La OEI y el desarrollo educativo iberoamericano); Ignacio Rodríguez Odriozola (Vida y obra de Eladio Esparza); Domingos Da Silva (Diario do Minho) y Ana Zunzarren (La radio en el Instituto de Periodismo). El padre Gago hizo el trabajo sobre la COPE y su desarrollo hasta lógicamente junio de 1969 en que terminó la carrera esta promoción de sesenta alumnos, pertenecientes en origen a diez países. El campus de la Universidad, lugar de comunicación en un paraje naturalístico privilegiado; el popular Faustino, bar con estilo para alumnos, profesores e invitados, las actividades diversas: deportivas, musicales, teatrales, eran motivo de relación al margen de las clases.
El padre José Luis Gago tenía por delante un reto de gran magnitud y que cumplió después de sus estudios universitarios, como el de consolidar el proyecto de la cadena, que estaba en marcha desde años atrás.
Fray Jesús Gadeano, prior actual de la comunidad dominicana en Navarra resume así sus dotes de comunicador: «Le admiraba por su amabilidad permanente, sus intervenciones siempre positivas y constructivas, su predicación
sencilla pero centrada en lo esencial, llegaba a la gente como predicador».
Con su fama de santidad como han reconocido personalidades que lo conocieron, con el deseo de ese reconocimiento al religioso coherente, al periodista vocacional, al vertebrador de COPE, creo que es de justicia el recordar al padre Gago como humildemente quiero hacer con estas anotaciones que he expuesto brevemente en estas páginas.
La pandemia ha disparado los medidores de audiencia tanto en televisión como en Internet. Ante la falta de respuestas de la ciencia, muchas personas tratan de encontrar un sentido religioso.
España sigue alimentando a la radio analógica con SER+ y COPE Más. La falta de voluntad política y el EGM han sido el escollo para que no dé el salto de calidad. Olvidado el DAB, la emisión por internet simula el cambio, pero sin apenas contar con el oyente.