El Debate de Hoy | 14 de mayo de 2020
A pesar de la confrontación, cuando el país tiene un proyecto «es capaz de hacer cosas formidables», reconoce uno de los referentes del periodismo español.
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El pódcast «Y, ahora, ¿qué?» recibe a Iñaki Gabilondo para analizar el presente y el futuro del país y de los medios de comunicación. El veterano comunicador reconoce que la respuesta pasa por las decisiones que tomemos, lamenta que la confrontación se mantenga en un momento como este y defiende el futuro del periodismo, a pesar de las dudas sobre el futuro de las grandes empresas del sector.
A continuación, puedes leer un extracto de la entrevista, que encontrarás completa en los canales habituales: iVoox, Spotify, Apple Podcast, Google Podcast y YouTube.
Pregunta: Y, ahora, ¿qué?
Respuesta: La respuesta no existe en la dirección en la que la buscamos. Buscamos lo que va a pasar, pero la pregunta correcta sería ¿qué vamos a hacer?, porque lo que va a pasar es lo que vayamos a hacer. Últimamente estamos aceptando una posición estática y pasiva en la que los hechos, que no controlamos, van determinando lo que va a ocurrir, y yo hace tiempo que he descubierto que eso es una equivocación.
Abrumados, asustados, desconcertados, esperamos a alguien que nos coloque en el punto, y no hay una respuesta que tengamos que adivinar, hay un camino que tenemos que buscar y construir.
P.: ¿Los grandes grupos periodísticos van a tener músculo para hacer frente a las redes sociales y para proteger a sus trabajadores?
R.: Esa va a ser la pelea, pero yo hace mucho tiempo que sé que las estructuras de las empresas periodísticas están muy amenazadas, pero el periodismo no lo está. El periodismo va a sobrevivir y creo que sale revitalizado de estas circunstancias. Lo que ocurre es que solo llamamos periodismo a lo que hemos convenido en llamar periodismo, aquel que está afirmado en una serie de plataformas. Y a todos los demás elementos los llamamos otra cosa, nos parece algo menor y no lo es. Es algo distinto que va a ir anunciando un tiempo en el que, pasados 20 o 25 años, no vamos a identificar el periodismo que conocimos antes.
Pero, en primera instancia, los grandes grupos van a tener que ver cómo flotar. Eso va a ser tan intenso que no vamos a tener que mirar más que ahí, pero hay que mirar más allá. Me gusta recordar una cita que dice que “hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece”. El árbol que cae, el de las viejas estructuras periodísticas, hace un ruido tremendo, y produce miedo, pero está brotando una inmensa cantidad de periodismo que veremos qué efecto tiene.
P.: Estamos viviendo una crisis en la que se ha demandado una gran cantidad de información. ¿Han estado los medios a la altura?
R.: Cada vez se demanda más periodismo, porque se recibe una enorme cantidad de señales de tipo informativo de todas partes… Internet es un mundo sin ventanas ni puertas, todo el oleaje se cruza y nos llena de señales de información que nos produce vértigo: la conciencia de que hay tanta fake news, algo que no es solo un indeseable efecto de la globalización y las nuevas tecnologías, hay una industria de las fake news. Esto lanza a la gente en busca de agua informativa potable. Unos la encuentran en YouTube, otros en un medio de comunicación convencional, otros en una voz de referencia… Todo el mundo busca este tipo de señales y es una prueba de que, aunque las estructuras periodísticas tradicionales puedan temblar, el periodismo como tal está lleno de futuro.
Entonces, hay tantos periodismos actualmente, o tantas actividades que se llaman periodismo, que me cuesta responder si han estado a la altura. Yo postulo por que se cambien los nombres de algunas actividades que se llaman periodismo. Y pongo el ejemplo de la farmacia que, para optimizar sus resultados, amplió sus servicios y lo llamó parafarmacia. El periodismo de calidad tiene que buscar lo que la gente quiere oír, pero también lo que la gente necesita saber, y eso es lo que mueve al periodismo de verdad.
Lo que menos me gusta del periodismo actual es que, en una situación tan excepcional como esta, el periodismo, como la política, no está adoptando una excepcional actitud de concordia. No se ha bajado ni un centímetro de su guerra partidista, y eso me parece decepcionante.
P.: Hace algunos años comentaba en una conferencia que España es un país al que amaba, pero que tenía un currículum que daba miedo. ¿Cómo va a quedar el currículum tras la pandemia?
R.: Que España tiene mal currículum es un hecho, no solo hemos tenido una guerra hace pocos años, antes, las tres guerras carlistas… Llevamos de guerra en guerra mucho tiempo y la consecuencia de tanto enfrentamiento civil es que eso se ha terminado por enquistar, y por eso mi preocupación.
Creo que nuestro currículum no va a mejorar, vamos a poder decir que también en esta época vivimos con una brutal acritud. La sociedad nos ha dado muchos ejemplos de lo contrario, pero la política no está mejorando nuestro currículum. Esta visión confrontada de las cosas no nos la quitamos de encima.
Pero añado que, cuando hay un proyecto, España asombra al mundo. Si hay un proyecto, España se une y llama la atención. Hay ejemplos, como el camino hacia la democracia, la modernización, la entrada en el euro, los Juegos Olímpicos… Por eso creo que, cuando España tiene un proyecto, es capaz de hacer cosas formidables y, cuando no lo tiene, empieza a deshilacharse.
P.: ¿Ha sido esta crisis una crisis más televisiva que radiofónica?
R.: No creo que haya sido así. Sí ha sido la consagración absoluta de los sistemas de telecomunicación. Ha habido mucha televisión, pero la radio ha sido muy importante. La propia radio y la gente han redescubierto en este medio un activo que estaba siendo olvidado y que es su valor como elemento de compañía.
La periodista cree que será necesario «reorganizar muchas cosas en la vida» para aprender a vivir en el mundo que deje el coronavirus.
«En España no existe un peligro para la libertad de expresión, pero el Gobierno está abusando de la propaganda», reconoce el veterano periodista.