Antonio Miguel Jiménez | 10 de junio de 2019
«Contra la indignidad de los cristianos» incluye cinco ensayos de Nikolái Berdiáiev que todo cristiano (y no cristiano) debería leer.
Contra la indignidad de los cristianos. Por un cristianismo de creación y libertad es el volumen recién publicado por Ediciones Sígueme y que recoge cinco ensayos de Nikolái Berdiáiev, uno de los más importantes filósofos rusos de finales del siglo XIX y primera mitad del XX.
Contra la indignidad de los cristianos
Nikolái Berdiáiev
Ediciones Sígueme
160 págs.
17€
La vida de este pensador da para mucho, así que baste con decir que en época zarista se enfrentó al Santo Sínodo, el invento de Pedro el Grande para controlar a la Iglesia ortodoxa (y unirla al Estado) a comienzos del siglo XVIII, lo que le conllevó graves problemas con el régimen zarista, llegando incluso a contemplarse su exilio permanente a Siberia, solo anulado por el estallido de la revolución de febrero de 1917, que acogió con los brazos abiertos.
Pero la Revolución de Octubre, liderada por los bolcheviques ese mismo año, truncó sus esperanzas de libertad. Así, Berdiáiev comenzó otro enfrentamiento con los dirigentes bolcheviques debido a su férrea oposición al comunismo, lo que le ocasionó cárcel e interrogatorios a manos de los mismísimos Félix Dzerzhinski (creador de la policía secreta, la Checa) y Lev Kámenev (primer jefe de Estado soviético). Su negativa a doblegarse le supuso el exilio.
Filósofo de la libertad, Nikolái Berdiáiev fue un hombre rebelde, sediento de verdad, en constante sedición contra la autoridadCéline Marangé
Pero, sin duda, la mejor forma de definir a Berdiáiev es citando las primeras frases de Céline Marangé, editora de la versión francesa, de la que se ha traducido la presente edición en castellano: “Filósofo de la libertad, Nikolái Berdiáiev fue un hombre rebelde, sediento de verdad, en constante sedición contra la autoridad. Fue también un ardiente cristiano que profesaba «un cristianismo de libertad y creación, no de autoridad y tradición»”. Y esas últimas palabras, dichas por su propia esposa, serán las que vertebren la temática de los cinco ensayos recogidos en este volumen.
Ordenados cronológicamente según los escribió el autor, estos cinco ensayos, si bien desgranan temas distintos, se vertebran por lo que podríamos denominar “la máxima religiosa de Berdiáiev”: que la verdadera vivencia cristiana nace directamente de la libertad. La libertad, según Berdiáiev, es la parte divina del hombre, el regalo (o el fardo) más grande que Dios entrega al hombre para que este sea “a su imagen y semejanza”. A partir de esta máxima, el autor construye una serie de reflexiones que, dicho sea de paso, son sorprendentemente novedosas aún a día de hoy.
En el primero de los ensayos, Sobre la libertad cristiana (1910), Berdiáiev trata brillantemente tres cuestiones: la necesidad de la relación con Cristo nacida de la libertad; la importancia de la libertad individual dentro de la Iglesia; y la necesidad de la separación entre la Iglesia y el Estado.
En el segundo ensayo, Salvación y creación (1923), encontramos una profunda reflexión sobre las dos dimensiones de la vida del hombre, la religiosa y la profana, y la manera de entender su relación (la “salvación” en cuanto a la tarea del hombre para con Dios, y la “creación” en cuanto a sus deberes para con el mundo). Así, a partir del concepto de la divino-humanidad, influencia procedente del gran filósofo ruso Vladímir Soloviev, Berdiáiev aboga por un cristianismo unido a cada faceta de la vida, a cada acto creador, alertando de que lo contrario (vida cristiana de “domingos y fiestas de guardar”) sería caer en una especie de esquizofrenia vital, esclerotizadora del espíritu.
El tercer ensayo, La idea de la divino-humanidad en Vladímir Soloviov (1925), que puede interpretarse como un reconocimiento al pensamiento de aquel por parte del autor, pone de manifiesto que “toda la obra […] de Vladímir Soloviov plantea un problema doloroso para la conciencia cristiana. Los cristianos deben, con todas las fuerzas de su espíritu, llevar a cabo la verdad de Cristo en el mundo. No solo en su vida privada, sino también en la vida de la sociedad”.
En el cuarto ensayo, Algunas reflexiones sobre la Teodicea (1927), es decir, sobre la posibilidad de la justificación racional de la existencia de Dios, Berdiáiev aboga por “teologizar partiendo de la divino-humanidad, y no de Dios ni del hombre” como ideas abstractas. Afirma Berdiáiev que “si no hubiese existido el hombre-Dios, […], la justificación de Dios, al igual que la del hombre, sería imposible”.
Finalmente, el quinto ensayo, que da nombre al volumen, Sobre la dignidad del cristianismo y la indignidad de los cristianos (1928), aborda una cuestión fundamental y siempre presente: la ocultación del rostro de Cristo en la Iglesia por los añadidos y deformaciones humanas, es decir, la deformación del mensaje de Cristo por la acción de los mismos cristianos.
Los cinco ensayos son auténticos regalos para el pensamiento y el espíritu, por lo que no queda sino recomendar vivamente su lectura, garantizando el buen provecho que la misma traerá al intelecto y al espíritu del lector.
El objetivo de la santa es conseguir recuperar a quienes han perdido la fe y no conocen a Cristo.