Antonio Olivié | 21 de abril de 2019
El objetivo de la santa es conseguir recuperar a quienes han perdido la fe y no conocen a Cristo.
Roma (Italia) | “Se prohíbe la difusión de las imágenes o de los escritos que presenta la devoción de la Divina Misericordia en las formas propuestas de la misma Sor Faustina Kowalska. Se deja en manos de los obispos la tarea de remover aquellas imágenes que fueran actualmente expuestas al público”. El texto se publicó en L’Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, el 7 de marzo de 1959.
Sesenta años después de esa comunicación del Santo Oficio, provocada por una errónea traducción al italiano de los escritos de santa Faustina Kowalska, se ha estrenado en la Filmoteca Vaticana un documental sobre su vida. Se titula Love & Mercy y explica las tribulaciones de esta religiosa polaca y de sus seguidores, que durante años fueron incomprendidos.
La devoción a la Divina Misericordia impulsada por santa Faustina ha pasado en pocas décadas de estar prohibida a ser promovida por dos Papas. El primero, Juan Pablo II, quien como arzobispo de Cracovia se empeñó en rehabilitar a la religiosa. Y el segundo, el papa Francisco, que ha impulsado hasta un Jubileo de la Misericordia.
El carisma de santa Faustina es especialmente apropiado para nuestros días, en una sociedad que necesita recordar que Cristo tiene un amor misericordioso por cada una de las personas
El cardenal emérito de Palermo, Salvaotre Di Giorgi, presente en la presentación del documental en Roma, recordó que “Juan Pablo II fue quien la proclamó beata en 1993 e impulsó su canonización en el año 2000, anunciando ese año la institución del Domingo de la Divina Misericordia”. A juicio de Di Giorgi, “la devoción a la Divina Misericordia es clave para nuestros días y por ese motivo ha tenido una difusión extraordinaria”.
A través de este documental, que se puede disfrutar en los cines desde el pasado mes de marzo, se advierte que el fenómeno Kowalska no tiene una explicación humana. De hecho, ella muere en 1938 sin que nadie, más allá de su confesor, estuviera interesado en sus visiones y en promover una devoción para la que no consigue ningún apoyo por parte de las autoridades eclesiásticas.
El documental presenta algunas de las cartas de este confesor de santa Faustina, el padre Michal Sopocko. Es un sacerdote que también fue incomprendido en su época y sobre el que recayó una advertencia del Vaticano, dificultando notablemente su actividad en pro de la Divina Misericordia.
Como muestra del alcance del fenómeno Kowalska, cabe destacar el hecho de que a la presentación en Roma acudieron varios representantes de la National Shrine of the Divine Mercy de Massachussets, desde donde se promueve el carisma de la santa en Estados Unidos. Los responsables de este centro espiritual insisten en que el carisma de santa Faustina es especialmente apropiado para nuestros días, en una sociedad que necesita recordar que “Cristo tiene un amor misericordioso por cada una de las personas”. Para ello, animan a reforzar la piedad, rezando a la Divina Misericordia y ante la imagen que el Señor reveló a la santa, difundida en todo el mundo.
El objetivo que mueve a santa Faustina Kowalska y a quienes siguen su espíritu es el de conseguir recuperar a quienes han perdido la fe y no conocen a Cristo. Según santa Faustina Kowalska, “si los pecadores conocieran la Divina Misericordia se arrepentirían en gran número”.
El director del documental, Michal Kondrat, ya había realizado una película sobre otro santo polaco, san Maximiliano Kolbe, y se decidió afrontar este nuevo proyecto tras leer los diarios de santa Faustina Kowalska. En ellos asegura que advirtió la importancia de la devoción a la Divina Misericordia “y la extraordinaria vida de esta religiosa, que merecía ser contada”.
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