Daniel Cepeda | 16 de abril de 2019
Bélgica ya ha prohibido los FIFA points pero España sigue con carencias en su legislación.
Cada vez se abren más locales de casas de apuestas, la publicidad en los medios de comunicación es más invasiva y los adolescentes acuden con más frecuencia y a edades más tempranas al mundo del juego; porque aunque los menores tengan prohibido jugar, lo hacen. Los locales de apuestas deportivas se han convertido en el lugar de reunión de muchos jóvenes que están bajando la edad media de los ludópatas. Mientras tanto, desde el Gobierno, las promesas para luchar contra esta lacra que está destrozando la vida de muchas personas -en su mayoría jóvenes- se ha quedado en eso, en promesas; y es que la prohibición de la publicidad de las casas de apuestas figura entre las muchas medidas que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firmaron el pasado mes de octubre y que el Gobierno no ha cumplido ni va a cumplir ya.
El 2018 fue un año muy interesante para la industria del juego en España, especialmente para el sector del juego online. Siempre se ha entendido que la ludopatía está generada por las máquinas tragaperras, el casino o las apuestas deportivas, pero hoy en día los jóvenes también están expuestos a que los videojuegos les generen la adicción de apostar. El famoso videojuego FIFA, entre otros juegos, cuenta con las cajas botín, que son artículos virtuales del videojuego que se consiguen a cambio de dinero (virtual o real). Estos artículos te los ofrece el videojuego al azar, como si de una máquina tragaperras se tratase. Conseguir estas cajas botín con dinero virtual requiere de mucho tiempo y esfuerzo, por lo que la mayoría de usuarios prefieren utilizar el dinero real para comprar estas cajas de recompensa y estar a la altura del resto de jugadores cuanto antes.
Desde el 31 de enero de este año, las autoridades belgas han puesto freno a las apuestas encubiertas en los videojuegos prohibiendo la compra de los FIFA points. Esta práctica, que es muy habitual entre los jóvenes, consiste en adquirir paquetes con nuevos jugadores que salen al azar. El gastar dinero real para conseguir en el FIFA jugadores -mejores o peores, porque nunca se sabe cuál va a salir- es ya historia en este país. Bélgica es un modelo en el que España debería de fijarse para empezar a hacer algo en este sentido.
Sin embargo, en España la legislación del juego tiene todavía una serie de carencias que deben ser resueltas cuanto antes para evitar que un público cada vez más joven se acerque de manera asidua al mundo de las apuestas y el juego. El reglamento destinado a limitar la publicidad no está aprobado, el acceso a menores en ciertos juegos adictivos no está totalmente prohibido y, para colmo, los apostadores que ganan altas cantidades de dinero -o muchas apuestas con promociones que estas mismas empresas lanzan para enganchar a la gente- son vetados. Solo les interesa el jugador que pierde.
Los políticos se llenan la boca diciendo que hay que regular esta actividad que puede suponer un riesgo grave para la salud, como es la ludopatía. A día de hoy, seguimos prácticamente igual porque la legislación actual lo único que hace es favorecer a las empresas del juego y perjudicar al ciudadano. Y Pedro Sánchez, sin saber muy bien por qué, después de acordar con Pablo Iglesias la prohibición de la publicidad de las casas de apuestas para evitar así frases machaconas como “apuesta, apuesta, apuesta” y “gana, gana, gana” que incitan claramente al juego, se ha olvidado de los ciudadanos y no ha aprobado esta medida.
La facilidad de acceso al mundo del juego y la amplia oferta existente, son uno de los muchos puntos a tratar por los políticos para evitar que cada vez más jóvenes vean que jugarse el dinero es algo normal. ¿Qué se podría hacer para que algunos jugadores no acaben en la ruina más absoluta? Pues, por ejemplo, limitar la cantidad apostada. El compromiso de los políticos debe ser con la sociedad y no con los pocos que se hacen de oro gracias a los apostadores.
Una plataforma que ha llegado con más imagen que contenidos reales.