Chema Rubio | 21 de agosto de 2020
El navegador de Microsoft dejará de funcionar en agosto de 2021. Un problema grave para la Administración española que puso demasiadas expectativas en este sistema y no se ha actualizado.
La noticia tecnológica de la semana es el fin de Internet Explorer. El navegador de Microsoft que llegó en 1995 con Windows 95 dejará de recibir soporte el 17 de agosto de 2021, es decir, 26 años y un día después de ver la luz y poner luz en muchos ordenadores de todo el mundo.
Explorer era la puerta a un recién nacido Internet. No había otro navegador en el mercado por lo que se afianzó rápido en los hogares, en las empresas, en las nuevas webs y en las administraciones públicas de muchos países que crecieron a la sombra de Microsoft.
El paso de los años ha sido un reto para la compañía de Bill Gates. La competencia de las techs crecía a un ritmo de vértigo y los mordiscos a su pastel eran cada vez más grandes. Google lanzó Chrome y el usuario enloqueció. Un navegador diferente, con una imagen atractiva que integraba extensiones… perfecto por fuera pero totalmente viciado por dentro. La alta cantidad de información que sustrae de nuestro comportamiento en la red es el precio que hemos permitido pagar por utilizarlo. Un ejemplo, mientras navegadores como Firefox o Safari permiten bloqueadores de todo tipo de publicidad, Chrome te obliga a ver los banners de anuncios que gestiona Google. Lógicamente no va a autocensurarse y a dejar de ganar dinero.
Volviendo a la Administración española. Cuando los Gobiernos de turno han decidido dar un paso más en implantar un modelo digital en España lo han hecho con el soporte de Internet Explorer. Era el navegador preinstalado en Windows y ese sistema operativo era el que llevaban más del 90% de ordenadores vendidos en España. Los Mac y su Safari eran demasiado residuales como para trabajar en ellos.
Pasaron los años. Chrome y Firefox se hicieron grandes. Safari apareció y desapareció de Windows pero creó la necesidad. Los smartphones también contaban con navegadores. Windows se quedó en el camino. No fue capaz de dar el salto a los móviles y su explorador empezó a perder mercado engullido por el ecosistema Google.
La Administración española no iba a hacerlo mejor. Forzó la máquina de Explorer hasta que se vio obligada a implementar ciertos cambios para dar servicio en Firefox y en Chrome pero siguen sin ser capaces de adaptarse. En su descargo hay que decir que las gestiones de los ciudadanos deben ser confidenciales y estos dos navegadores, sobre todo Chrome, no ofrecen las mejores garantías para andar escribiendo números de cuenta, de tarjetas de crédito, descargar borradores de Renta o pagar impuestos.
Si buscamos en Google qué navegador es el más seguro estaremos provocando un conflicto de intereses al propio navegador. ¿Cómo va a recomendar Chrome que leas un artículo donde dice que el mejor navegador es Firefox, o Safari…? No hay una opinión formada ni segura sobre este tema. Como todo en Internet, es un tema de tener suerte, ser cuidadoso y que tu información confidencial no interese a nadie en un momento dado.
Hacienda, la Seguridad Social o cualquier ministerio no va a trabajar demasiado en que sus trámites se puedan hacer por otro navegador. Los afortunados que lo hacen han tenido que ver horas de tutoriales en YouTube y recurrir a foros clandestinos para activar y desactivar opciones escondidas en Firefox o Chrome que les permitieran algo tan básico como pagar impuestos.
Edge es el nuevo navegador de Microsoft que ya funciona en muchos ordenadores. La empresa de California no ha puesto demasiadas expectativas en él y lo ha basado en Chromium, el navegador de Google de código abierto que intenta aunar esfuerzos colectivos para hacer de internet un lugar mejor. Pero no se engañen, España no sabe nada de Edge. Las webs de las administraciones ni saben que existe. Ni se imaginan la que se les viene encima de aquí a un tiempo.
En un año Explorer dejará de tener soporte de Windows pero no desaparecerá. Después llegarán meses o años de lenta agonía hasta que deje de recibir mejoras de seguridad. Quizá cumpla los 30 años. Pero lo que siempre tendrá, hasta el fin de sus días, será una leal compañera, la Administración española.
Trump cree que la red social es el nuevo Caballo de Troya chino y quiere utilizar de colador a la empresa de Bill Gates, que no duda en bailarle el agua al magnate.
Ante la falta de rastreadores, tecnología. La app de Google y Apple debe estar en nuestros móviles para protegernos. No podemos vivir sin otras aplicaciones que exprimen nuestra privacidad, pero ponemos en duda este seguro de vida.