Chema Rubio | 22 de abril de 2021
La presentación fue una obra de arte escénica en su futurista cuartel general de Cupertino. Por fin llegaron los AirTag, el iPad con M1, los iMac de colores y otra vuelta de turca al AppleTV.
Llegará un día en el que Apple no presente nada en su Keynote. Se lo puede permitir. Ocupar una hora de nuestro tiempo sin un producto nuevo. La puesta en escena de sus eventos empieza a ser un producto en sí misma. Podrían nominarla a un Óscar. Cada toma se cuida como si se tratase de una película de Spielberg. Hay efectos especiales dignos de Marvel. Vale la pena ver a Tim Cook en una escena a lo Tom Cruise en Misión Imposible, deslizándose del techo para robar el chip M1 del MacBook y ponérselo a un iPad. El mundo del cine y del marketing avanzado al servicio de las mejoras de productos que ya existían.
Para la Keynote de abril de 2021 había poco que presentar. Un lavado de cara a los iMac con colores atrevidos. El iPad Pro con el chip M1. Un iPhone 12 morado. La ineficaz AppleTV 4K. La novedad eran los AirTags, de los que ya se había filtrado hasta el nombre del chino que los montaba en la fábrica. Ninguna novedad que vaya a romper el mercado. Pero… el ecosistema Apple va más allá. La forma de mostrar sus productos no solo genera necesidad, los pone en las manos del comprador antes de sacarlos a la venta.
La novedad de la Keynote eran los AirTags, de los que ya se había filtrado hasta el nombre del chino que los montaba en la fábrica
Los AirTag salen a la venta por vergüenza torera. Un sistema de localización del tamaño de una moneda de dos euros. Resistente al agua y… ¡con una pila! La sostenibilidad de Apple se rompe por el lado del litio, que contamina bosques y aguas. Una desgracia medioambiental a costa de no ser el hazmerreír de la industria, que ya señaló a Apple cuando fue incapaz de sacar a la venta su base de carga AirPower. El capricho sirve para tener localizadas las llaves, la mochila o la cartera. Consume poca batería y tiene alrededor un mundo de accesorios que van de la silicona a la piel, para llegar a un llavero de Hermés de 400 euros. Cuatro AirTag al precio de 109 euros.
Después llegaron los iMac. El sobremesa de Apple se ha renovado por fuera con colores llamativos que recuerdan a sus primeros modelos. Nada nuevo, pero es la parte que más se ve desde el otro lado y tiene que quedar bien. La estética es impresionante y el chip M1 permite que la pantalla adelgace hasta los históricos 1,5 centímetros de ancho. El nuevo corazón que Apple ha añadido a sus ordenadores es la revolución silenciosa de la informática en los últimos años. Solo los que exprimen al máximo esas máquinas saben de lo que es capaz ese chip. Hay detalles interesantes: el cable trasero es tipo MagSafe; el cargador lleva el puerto Ethernet para evitar un cable más en la parte trasera y el micrófono y la cámara tienen más calidad. Los accesorios que van a inflar aún más la cesta de la compra son teclados, ratones y trackpad de los mismos colores que los iMac. Por cierto, los teclados ya tienen botón para desbloquear o pagar con la huella dactilar.
Es incomprensible que el AppleTV siga en el mercado con un contenido tan limitado. Ahora juega a ser mayor haciendo amigos con la PS5 y la Xbox
El iPad Pro ya tiene el chip M1. Es lo que le faltaba al iPad que más se parece a un portátil. Sigue incorporando cámaras y sensores sin sentido a un dispositivo que muy poca gente utiliza para grabar fotos o hacer vídeos. Su único nuevo accesorio es una funda con teclado de color blanco, porque el Apple Pencil 3 todavía no ha llegado. También se esperaba un nuevo iPad Mini, pero el último modelo aguanta el tirón y Apple no está convencida de seguir con ese tamaño cuando sus iPhone siguen creciendo y pueden tocarse.
El AppleTV 4K sigue renovándose cada año. Es incompresible que siga en el mercado, al menos en el europeo, cuando ha estado muy limitado de contenidos y ahora sobrevive gracias a AppleTV+ y su oferta de series y películas. Quiere entrar en el mercado del videojuego con los insulsos títulos de Apple Arcade y juega a ser mayor haciendo amigos con los mandos de la PS5 y de la Xbox. Lo más interesante ha sido la puñalada de Apple a las televisiones. Se pusieron elitistas para decir que por muy buena que fuera la tele nunca podría emitir sus contenidos con la calidad que merecen. La solución es configurar el color con el iPhone para que defina el entorno y ajuste la pantalla. Otro toque de calidad de Apple para un producto que, menos mal, solo cuesta 179 euros, porque no vale ni la mitad.
La primera Keynote de 2021 es el anticipo de algún producto suelto que pueda salir en verano casi sin avisar y, sobre todo, de la de septiembre, que pondrá en juego el iPhone 13 y los nuevos AirPods, si es que no los adelantan.
Apple fabrica la mejor tecnología del mercado. Sus productos más vendidos tienen el fondo y la forma perfectos. Su precio se ajusta a la calidad que ofrecen. El departamento de publicidad nos señala lo que debemos mirar y disimula las carencias. No pueden pedir más a un mercado saturado de tecnología que se divide entre los que intentan optimizar el arranque de un PC con Windows y los que viven preocupados del color de su nuevo Mac.
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