Chema Rubio | 23 de octubre de 2020
Apple pone a la venta un iPhone con 5G y Telefónica precipita sus redes para dar cobertura a los nuevos terminales. El usuario que compra un móvil por que tiene el 5 y la G debería saber que es placebo tecnológico y que lo único que va a volar es su batería.
La polémica de Donald Trump con el 5G, China y Huawei ha pasado a mejor vida. La tecnología que había llegado del gigante asiático para cotillear todo lo que hacemos y controlarnos ya no parece tan peligrosa. Trump se juega su futuro en la presidencia de EE.UU. y no está para batallas digitales. La pandemia ha pospuesto el debate sobre qué hay detrás del 5G, pero no ha frenado su implantación.
La tecnología 5G no estaba prevista hasta 2021-2023. Esa era la previsión inicial de las tech de todo el mundo. En España también se esperaba para ese trienio, porque había que liberar de canales TDT la banda de los 700Mhz y luego proceder a la subasta del espectro. Los canales ya han desaparecido de muchas teles y han obligado a los usuarios a resintonizar. La subasta llegará en el primer trimestre de 2021 y para el próximo verano podremos atisbar la realidad de esa tecnología que, a medio plazo, puede cambiar nuestras vidas tanto como lo ha hecho el coronavirus, pero a mejor.
Todas las compañías telefónicas han tenido que anunciar precipitadamente el 5G para dar servicio a los carísimos terminales que dicen tener 5G sin preguntar si hay cobertura
Desde hace meses, Vodafone ya hace publicidad de su red 5G. Telefónica asegura que tiene desplegada esta red por toda España. Samsung puso a la venta en enero de 2020 su Galaxy S20 con 5G. Apple acortó los plazos y algunos iPhone 12 también cuentan con un módem compatible con la quinta generación de redes móviles. Todo esto es puro marketing. Publicidad con mucho escaparate para llegar primero y pegar más fuerte. Vodafone es especialista en jugar con esta doble intención. Ya lo hizo en 2011 con el 4G. Anunció su llegada a las zonas céntricas de las principales capitales de España y consiguió que el usuario asociase esa innovación con la empresa británica.
Movistar y Orange vieron precipitada la salida al mercado del 5G de Vodafone. Ahora todas las compañías han tenido que hacer lo mismo para dar servicio a los carísimos terminales que dicen tener 5G sin preguntar si hay cobertura. El truco es reutilizar las redes 4G, modificando el software. La infraestructura no permite alcanzar el verdadero potencial del 5G, pero los usuarios se quedan tranquilos por que en sus móviles aparece un 5 y la G. El camelo de creer que tu móvil vuela cuando lo único que vuela es el consumo de batería. Conectarse al 4G y al 5G dependiendo de la cobertura es un suplicio para los móviles.
El 4G tardó tres años en dar cobertura al 85% de España. La ardilla que podía atravesar la península de árbol en árbol ya lo hace de antena en antena. El paisaje ha cambiado. El árbol del 5G no nos deja ver el bosque de lo que realmente nos espera con una red de datos tan veloz.
El usuario que ahora no compra un móvil si no tiene 5G debería saber que le van a dar placebo tecnológico
El usuario que ahora no compra un móvil si no tiene 5G debería saber que le van a dar placebo tecnológico. El verdadero potencial no ha llegado y cuando llegue será para el Internet de las cosas. En la superconexión de todos los aparatos que tenemos por casa. Lo que leemos, vemos o escuchamos en los móviles apenas va a mejorar, porque ese contenido ya se ha adaptado a las pequeñas pantallas.
La cuarta revolución industrial llega a España en el peor momento económico. Las tecnológicas tendrán que hacer una inversión de 5.000 millones de euros en los próximos años para asegurarse una buena cobertura cuando se apague el 3G y el 5G sea lo más demandado. Ese gasto también depende del dinero público y el Gobierno del PSOE no tiene las mejores compañías para recibir las ayudas de Europa.
Los móviles que ofrecen 5G ahora ya no estarán en los bolsillos de los usuarios cuando valga la pena acceder a esa red. Subirse al carro de esta tecnología será una buena vacuna económica contra el coronavirus. Relanzará a muchas empresas si deciden apostar por la velocidad de datos en la venta online. El 5G está por llegar pero no ha llegado.
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