Chema Rubio | 26 de junio de 2020
Apple presenta su nuevo sistema operativo WatchOS 7 y nos avisa de que le servimos despiertos, pero también dormidos.
La tecnología mueve el mundo. Mientras nos peleamos por saber si el 5G está detrás de la pandemia que ha paralizado el planeta los últimos meses, Sillicon Valley sigue ofreciéndonos productos a cambio de nuestra intimidad y de algo de dinero.
Apple presentó un nuevo móvil durante el confinamiento. Lo hizo sin demostraciones de poder, en su ostentoso teatro californiano. Ahora pone de largo eso tan voluble que llaman sistemas operativos. Un intangible que no sorprende tanto, porque no lo podemos tocar ni podemos empeñar órganos para pagarlo, como ya pasó en China.
Nuevos sistemas operativos para el defenestrado MacBook, al que Apple entierra y desentierra como si fuera un Gobierno de Pedro Sánchez; novedades para el iPhone, que ya tendrá una pantalla más parecida a la de un móvil con Android; nuevas opciones para el iPad y más madera para el Apple Watch.
La nueva versión del sistema operativo del reloj inteligente de Apple es la noticia tecnológica de la semana. Los de Cupertino no solo nos quieren despiertos, también les servimos dormidos. Si son capaces de rastrear todo lo que hacemos durante el día, las calorías que quemamos, los pasos que andamos o los lugares que visitamos, ahora también podrán saber cómo dormimos.
No critico que nos monitoricen. Es más, lo prefiero. Cuando no tienes nada que esconder y te gusta la tecnología, no duele que te digan cómo llevas el día. Si necesitas subir esos tres pisos hasta casa andando o que te animen a levantarte cuando llevas demasiado tiempo teletrabajando.
Apple no era capaz de medir el sueño. Porque Apple no es capaz de algunas cosas. Como, por ejemplo, de poner a la venta un cargador inalámbrico propio. Abandonó la idea antes de hacer el ridículo y evitar otro SamsungGate con aquellos Galaxy que explotaban y que tuvieron que retirar del mercado.
Nuestro sueño les quitaba su sueño. El reloj que nos han clavado a la muñeca no tenía una batería tan potente como para aguantar toda la noche. En la mesilla quedaba bien como despertador mientras se cargaba. Pero ahora ya han encontrado la fórmula de que mida el sueño ligero, el profundo, el REM, la hora de dormirnos, de despertarnos y las pulsaciones durante la noche.
El mercado está completo de relojes de ensueño. Fitbit, Garmin, Samsung, Xiaomi… todos miden a su manera cómo y cuánto dormimos. Polar es la empresa que mejor partido ha sacado a Morfeo. Sus relojes ofrecen cada mañana un tratado de nuestro descanso y son capaces de medir la carga de sueño para valorar cómo hemos dormido. Una maravilla que se convierte en pesadilla cuando suspendes, de buena mañana, con una pantalla que reza en letras rojas MUY MALA, porque algo ha pasado mientras creías descansar que no te ha ayudado.
Apple lo ha llamado BedTime. Su nueva app de sueño que tira por tierra a otras aplicaciones que intentaban hacer lo mismo sin éxito y cobrando. Si llevar un reloj inteligente dejaba mal parado al sector relojero de gama media-alta, ahora les toca reinventarse. Generar el deseo de quitar de la muñeca del cliente a Pepito Grillo para poner un aburrido reloj que solo da la hora. La empresa es difícil por más ceros que le añadan al precio final. Apple también ha sido capaz de poner a la venta un modelo de más de mil euros, fabricado en cerámica y con correa de Hermés. Todo está inventado.
Sepan que Apple será parte de sus sueños y de sus pesadillas. Que ahora tendrán un generador de estrés más cada día cuando se levanten y su muñeca les diga que han dormido mal. El mejor consejo para convivir con la tecnología es ponerla a nuestro servicio, estar por encima de sus exámenes diarios y utilizarla en nuestro beneficio.
Que descansen.