Chema Rubio | 27 de junio de 2021
El inventor del primer antivirus tuvo una vida demasiado agitada. Se hizo millonario, se arruinó, traficó con armas, fue acusado de asesinato y denunció la existencia de un gobierno oscuro de Estados Unidos. Acabó quitándose la vida en una cárcel catalana.
¿Quién no ha tenido el antivirus McAfee en su ordenador? Fue a finales de los años 80 cuando la informática entró en los hogares y los virus, también. Y ahí estaba John McAfee (Gloucestershire, Reino Unido, 1945) para defender a los usuarios y a las empresas de ataques maliciosos. El 23 de junio de 2021, McAfee se suicidó en la cárcel de Brians 2 en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) a 9.000 kilómetros de Santa Clara (California) el lugar donde comenzó a forjarse el imperio de un genio que nunca dejó de serlo.
Todo empieza con las palizas que recibía la madre de McAfee a manos de su padre, un militar estadounidense destinado en Reino Unido. Años depués la familia se mudó a Virginia pero el maltrato no cesó. Cuando John McAfee tenía 15 años su padre apretó el gatillo de la pistola que descansaba sobre su cabeza y desapareció de sus vidas. Quién le iba a decir a ese chaval que 61 años después acabaría con su vida igual que lo hizo su padre.
Quién le iba a decir a ese chaval que 61 años después acabaría con su vida igual que lo hizo su padre
McAfee hizo una cosa buena y otra mala tras la muerte de su padre. Se matriculó en la universidad de Roanoke de Virginia para estudiar Matemáticas y se entregó a la bebida. Acabó graduándose en 1968 mientras vendía periódicos para pagarse el alcohol. Los problemas para respetar las reglas empezaron cuando en el campus de la universidad decidió acostarse con la chica con la que más tarde se casaría, pero aquello le costó la expulsión.
McAfee empezó a trabajar en Tennessee para Univac en la programación de tarjetas de empleados. Duró poco porque le pillaron comprando marihuana y perdió el empleo. Después puso rumbo a Missouri Pacific Railroad en St. Louis, donde ayudó a la compañía a programar trenes utilizando un sistema informático de IBM. Destacó por su capacidad para diseñar un programa que optimizó los patrones de enrutamiento del tren. Pero el LSD entró en su vida, cerró su mente y abandonó el trabajo.
De 1968 a 1970 trabajó para el Instituto de Estudios Espaciales de la NASA en Nueva York. Las drogas y el alcohol ya ocupaban gran parte de su existencia y sus trabajos eran un mal necesario para sostener los vicios. En Xerox trabajó como arquitecto de sistemas operativos y de ahí se marchó a Lockheed, una empresa aeroespacial que marcó su vida.
Un buen día de trabajo en Lockheed y con la mente despejada llegó a sus manos el primer virus informático registrado creado por dos hermanos en Pakistán. Era un experimento para ver hasta qué punto el virus podría propagarse en la red informática mundial. McAfee se puso a trabajar para concebir un programa que identificara el virus y evitara que infectara los ordenadores. Lo consiguió. Al principio cedió el software gratuitamente para las empresas, pero cuando fue consciente del éxito decidió vender licencias del primer antivirus del mundo.
Getting subtle messages from U.S. officials saying, in effect: "We're coming for you McAfee! We're going to kill yourself". I got a tattoo today just in case. If I suicide myself, I didn't. I was whackd. Check my right arm.$WHACKD available only on https://t.co/HdSEYi9krq🙂 pic.twitter.com/rJ0Vi2Hpjj
— John McAfee (@officialmcafee) November 30, 2019
McAfee Associates se fundó en 1989 para desarrollar antivirus. Desde Santa Clara, John MacAfee se convirtió en el azote de los hackers. Llevó a su empresa a la bolsa de Nueva York y fue valorada en 80 millones de dólares. En 1994 abandonó su propio barco con más de 100 millones de dólares en el bolsillo tras liquidar sus acciones.
Los billetes verdes le hicieron perder el rumbo empresarial. Empezó a invertir y a crear empresas dentro del sector tecnológico. El New York Times publicó en 2009 que la fortuna del fundador de la mayor compañía de antivirus y seguridad informática se había reducido a cuatro millones de euros por la crisis de 2008.
McAfee se pasó a la vida contemplativa y fue profesor de yoga. Empezó a crearse un aura de Ser Superior cuando declaró que «para los hackers soy una insignia de honor». Más tarde se supo que para su propia seguridad tenía gente que compraba los equipos por él, utilizaba seudónimos para la poner en marcha ordenadores y acceder a los sistemas, y hasta cambiaba su dirección IP varias veces al día.
En 2010 sus proyectos apuntaron a Belice. Allí intentó fabricar antibióticos naturales pero acabó siendo detenido y acusado de producir medicamentos y de posesión de armas sin licencia. Todo esto ocurrió delante de su novia de 17 años. A los pocos días los cargos fueron retirados y McAfee prometió demandar al gobierno de Belice por detención ilegal.
En 2010 sus proyectos apuntaron a Belice. Allí intentó fabricar antibióticos naturales pero acabó siendo detenido y acusado de producir medicamentos y de posesión de armas sin licencia
En noviembre de 2012 Gregory Viant Faull apareció muerto en su casa de Belice de un disparo en la cabeza. Este expatriado norteamericano era vecino de McAfee y los vecinos de la zona contaron a la policía que el informático había disparado armas de fuego y exhibido un comportamiento extraño y errático días antes. La policía le puso en busca y captura. Huyó a Guatemala pero allí le denegaron asilo y le intentaron repatriar a Belice para que fuera interrogado. McAfee alegó problemas de corazón, se pasó varios días en un hospital de Guatemala y sus abogados consiguieron que le extraditaran a Estados Unidos donde dijo que «se sentía más seguro».
La segunda vez que este matemático prodigioso quiso convertirse en un «elegido» fue en 2016. McAfee se ofreció públicamente a ayudar al FBI a desencriptar un iPhone 5c utilizado por los asesinos del tiroteo de San Bernardino. Fue un órdago y más tarde comentó que no hubiera sido capaz de hacerlo. Es más, años después el gobierno estadounidense reveló que había pagado 900.000 euros por un software de un tercero que permitió desencriptar el iPhone.
Why power corrupts. pic.twitter.com/cwbKHcaQsd
— John McAfee (@officialmcafee) June 17, 2020
John «el terrible» vivió dos detenciones más en sus últimos años de vida. El primero fue en la República Dominicana en 2019 al encontrarse armas ilegales dentro de su yate. El definitivo fue en 2020 en España por un presunto delito de evasión tributaria en Estados Unidos con una pena que podía ascender a 30 años de prisión. La Audiencia Nacional autorizó su extradición a Estados Unidos el 23 de junio de 2021. A las pocas horas de enterarse de la noticia el programador fue hallado muerto en su celda de la cárcel catalana de Brians 2 y todo apuntó a un suicidio.
Las teorías conspiranoicas tardaron poco en prender en Internet. El mismo John McAfee ayudó a alimentarlas con videos en su Twitter donde hablaba de un gobierno oscuro que manejaba los hilos. También amenazó con publicar información comprometida sobre personalidades de Estados Unidos. El folclore digital ya apunta a la mano negra que se deshizo del gurú que molestaba. Y, por si fuera poco, en 2015 intentó llegar a la presidencia de EE.UU dentro del Partido Libertario.
‘Si me suicido, no lo hice. Estaba loco. Revisa mi brazo derecho’, escribió en su perfil de Twitter en noviembre de 2019
Fueron 75 años de vida intensa. John McAfee no supo gestionar su inteligencia y cuando pudo gobernarla se encontró con el veneno del dinero. Alcohol, drogas y una vida desatada. Aquel chico que vio cómo su padre apretaba el gatillo decidió seguir sus pasos y apretar la soga que rodeaba su cuello. McAfee fue incapaz de batallar contra el virus que mató al último héroe libertario.
Las marcas y los grandes almacenes utilizan el torneo de fútbol para vender televisores de importantes prestaciones que el comprador no va a poder aprovechar.
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