Luis Miguel Pedrero | 30 de octubre de 2020
Llega a España Pluto TV, la plataforma digital de Viacom-CBS cuya oferta, interfaz y modelo de financiación se asemejan a las lógicas y estéticas televisivas de los años 90.
La frenética evolución de un ecosistema digital protagonizado, con cada vez mayor incidencia, por las plataformas de streaming, apenas concede tregua: solo cinco años después del lanzamiento en España de Netflix -inició sus operaciones el 20 de octubre de 2015-, la incesante incorporación (y desaparición) de nuevos servicios de contenido a la carta de acceso mediante diferentes sistemas de suscripción empieza a generar un rastro de referencias y marcas que ya supera al nutrido repertorio de operadores y cadenas que acaparaban el entretenimiento audiovisual en la era analógica.
Aunque hace un lustro el modelo de televisión de pago por Internet ya había dado sus primeros pasos en nuestro país, con iniciativas basadas en catálogos comerciales -los casos de Wuaki, Nubeox o Yomvi– junto a pioneras ofertas de contenido temático o para públicos de nicho -Filmin, Filmotech, Cineclick o 400 Films- y a proveedores híbridos de canales y películas -Voddler, Total Channel, Magine TV o Zattoo-, el aterrizaje de la icónica compañía con sede en Los Gatos no solo impulsaría la cultura de abono a servicios digitales bajo demanda, sino que, precisamente por ello, abriría un mercado con cada vez mayor y más exigente competencia.
A la que Elena Neira denomina, con acierto, Streaming Wars se han ido sumando progresivamente actores con presencia mundial, como HBO, Amazon Prime Video, Apple+, Disney+ o la ya desaparecida Sky; iniciativas nacionales rebautizadas o reconvertidas como Movistar+, Rakuten o Flixolé, y desarrollos de las cadenas televisivas que buscan una entidad diferencial en el escenario online: AtresPlayer (Atresmedia), MiTele (Mediaset) o RTVE a la carta y PlayZ (RTVE). La lista se amplía si incluimos las plataformas VOD de terceros países –la británica Acorn TV o la china ¡QIYI–, las OTT temáticas –en especial, las deportivas como BeinSports, DAZN o La Liga Sports TV– e incluso las apuestas por el contenido premium de plataformas como YouTube, que entre 2018 y 2019 produjo originales tan sugerentes como Cobra Kai (la continuación de la saga de Karate Kid), y que desistió tras constatar que el mercado digital de pago no da para tanto.
Esa misma conclusión se deduce tras la estrepitosa experiencia de Quibi, una rutilante aplicación que parecía abocada al éxito, al combinar de forma innovadora las ventajas de las plataformas de contenido on demand y las del ubicuo y omnipresente smartphone. Pese a contar con el aval de majors como Disney, Fox, Warner Media, MGM, Sony, Viacom o Alibaba, y la confianza de creadores como Guillermo del Toro, Sam Raimi, los hermanos Russo o el mismísimo Steven Spielberg, la plataforma, que ofrecía series y películas de corta duración para adaptarse a los dispositivos y consumos de movilidad, ha cerrado solo seis meses después de su lanzamiento porque no ha alcanzado una base sólida de abonados (aunque llegó a concentrar más de 910.000 durante los tres meses de prueba gratuita, solo el 10% de los usuarios renovó esa suscripción).
En ese contexto, acaba de irrumpir en España una nueva plataforma digital: Pluto TV. Propiedad del grupo Viacom CBS, dueño de canales tan veteranos y populares como Paramount, MTV y Comedy Central, fue fundada en 2013 y cuenta con 33 millones de usuarios únicos en todo el mundo, 26,5 millones de ellos en Estados Unidos (sirvan como referencia los 182 millones que suma Netflix –60 en el país norteamericano–, los 140 de HBO o los 60 que ha atrapado Disney+ en apenas seis meses de vida). La gran particularidad de Pluto, la que la convierte en un producto distintivo frente al resto de OTT, es que se basa en una oferta de canales de televisión lineal, como «los de toda la vida», y que, frente a los modelos de suscripción, brinda un acceso es gratuito que no requiere de ningún registro.
Al acceder a la aplicación –disponible tanto para sistemas operativos iOS como Android–, se descubre una interfaz asimilable a los menús de los canales temáticos distribuidos por satélite y cable en los años 90, donde se muestran las parrillas con los contenidos en emisión y los que se emitirán a continuación. Según sus responsables, el objetivo de Pluto TV es reducir al máximo el tiempo y la exigencia del usuario al elegir un contenido, es decir, que, frente a las herramientas de seguimiento e identificación del consumo del usuario para configurar una propuesta personalizada, se recupera la apuesta por un flujo variado donde la selección se basa en el descubrimiento sincrónico y en la serendipia. En la oferta se incluyen canales de cine, series, documentales, anime, deportes, eSports, cocina, humor o programas infantiles.
Para el espectador tradicional, Pluto TV recupera el gesto de asomarse a la pantalla, desplazarse por el menú de canales y elegir un contenido, que además se interrumpe periódicamente para emitir anuncios de obligada visualización. Para el usuario digital acostumbrado a plataformas como Netflix, se trata de una experiencia casi inédita, aunque sorprendentemente viejuna: como si de una nueva moda se tratase, las plataformas digitales se renuevan con las costuras de la televisión vintage.
Ambos estudios se posicionan en contra de una ley antiaborto y amenazan con dejar de producir películas en Georgia.
Una plataforma que ha llegado con más imagen que contenidos reales.