Jorge Solana | 05 de junio de 2020
Casa Cisca es un vino de uva monastrell cuyos sabores y aromas balsámicos y especiados podrían trasladarte a otros tiempos, pero no a otros lugares.
La ciudad de Yecla se sitúa en un enclave privilegiado, en lo que se conoce como la Murcia mesetaria. Una zona y una tierra que une el litoral, conocido por sus playas de aguas cálidas, con las llanuras manchegas de castillos y molinos de viento. Una zona con una personalidad muy especial, por su paisaje, por su climatología y por su turismo, que siempre seduce y conquista a los que hasta allí se acercan.
Dentro de la Región de Murcia y de sus ofertas turísticas, Yecla destaca en el sector del vino por tener más de 7.000 hectáreas de viñedos. En este altiplano, la variedad más cultivada es la uva monastrell. La Denominación de Origen Yecla tiene su propia Ruta del Vino. Es curioso que Murcia, que podríamos decir que es una región pequeña comparada con otras y uniprovincial, acoja hasta tres denominaciones de origen ligadas al vino: Yecla, Jumilla y Bullas.
Casa Cisca
Vino tinto
Variedad: Monastrell
Bodegas: Familia Castaño
34,55€
La localidad «habla» desde mediados del siglo XX del arte de la monastrell. En 1950, Ramón Castaño Santa, fundador de Bodegas Castaño, empezó a elaborar los primeros vinos a granel con esta variedad. Hoy, con la incorporación paulatina de sus tres hijos, Ramón, Juan Pedro y Daniel Castaño, el negocio familiar y su espíritu siguen ligados a palabras clave: el arte y la innovación para hacer el mejor vino.
Entre la meseta y el Mediterráneo, las tierras de cultivo de la vid son una parte fundamental en este proyecto. Las fincas de la propiedad tienen una extensión cercana a las 500 hectáreas, acogidas a la Denominación de Origen Yecla. La monastrell es la principal variedad tinta dentro de la Denominación de Origen Yecla. Los suelos calizos y pedregosos son el escenario natural de viñedos de secano. En el caso de Familia Castaño, también se cultivan variedades tintas, como cabernet sauvignon, syrah y merlot.
Además, en ese afán por la innovación y por la superación constante, se han empezado a probar nuevos coupages de vinos y plantaron, en 2006, una viña experimental con variedades de uva tinta de diferentes países, como Argentina, Italia, Chile, Francia, y españolas de varias denominaciones de origen. Eso sí, los cánones mandan, la monastrell es la variedad principal a partir de la que construir los matices de estos vinos.
Uno de los vinos de Castaño que siempre recordaré es Casa Cisca. Un vino tinto, obviamente, de monastrell, envejecido en barrica. Un vino de gran intensidad, que por sus sabores y sus aromas balsámicos y especiados podría trasladarte a otros tiempos, pero no a otros lugares.
El arte de la monastrell y de Familia Castaño se sitúan en Yecla y es aquí donde están declaradas de Interés Turístico Nacional las fiestas patronales de la Virgen del Castillo. El castillo o fortaleza remonta sus orígenes a una fecha indeterminada, que se puede situar en torno a los siglos X y XI d. C. El castillo de Yakka, topónimo origen de la actual Yecla, era entonces un hisn, o castillo rural, además de ejercer un control militar sobre el territorio y las vías de comunicación.
Diversos autores indican que la Iglesia del Castillo fue templo mozárabe e incluso que se remonta a tiempos visigodos. La primitiva iglesia estuvo dedicada a Nuestra Señora de La Encarnación, ejerció como parroquia hasta que, en 1540, se bajó el Santísimo a la Iglesia de La Asunción.
El santuario actual es del primer tercio del siglo XIX. La imagen de la Purísima Concepción se erige en el centro y es obra del escultor Miguel Torregrosa (1941). En el lado del Evangelio, se erige la Capilla del Santísimo Cristo del Sepulcro, donde se venera la imagen del patrón de la ciudad, Cristo Yacente en la urna.
Yecla es cultura, patrimonio, turismo y, por su puesto, arte. El arte de la monastrell en estado puro.
Una efeméride, ligada al penúltimo jueves del mes de mayo, por la que brindar con Marco Real, un ejemplo de uva chardonnay, producido en Olite (Navarra), con el que abrir boca.
Emeritus es un homenaje del difunto marqués de Griñón a la calidad, la innovación y el vino como cultura de España.