Jorge Solana | 14 de agosto de 2020
Rosa de Mar es un vino rosado, fresco, con un agradable fondo salino. Un vino con una producción de 3.000 botellas y que nace de un ensamblaje de las variedades merlot, monastrell y cabernet sauvignon.
Hablar de verano es pensar en la playa, en el mar, y eso no evita olvidarse de los vinos, de lo bien que se hacen y cuánto nos acompañan en esta época de descanso. La cercanía de la playa no está discutida con la elaboración de buen vino, del cultivo de una buena Rosa de Mar, como pasa en Formentera.
No puedo olvidar aquellos veranos en que llegábamos un grupo de amigos a pasar el día en Formentera en velero desde Ibiza. El archipiélago de las Pitiusas, nombre que viene del griego y significa abundante reserva de pinos, cuenta con una ventaja esencial, al menos así la considero. La única isla comunicada por avión es Ibiza, al resto solo se puede llegar en barco, lo que limita el acceso. Esto hace que, una vez en Formentera, las excursiones sean inolvidables.
Rosa de Mar
Vino rosado de Formentera
Bodegas Terramoll
Variedades: merlot, monastrell y cabernet sauvignon
15-17€
La isla de Formentera es, posiblemente, poco conocida por el vino y más reconocida por las imágenes de yates y veleros, por las calas, por la posidonia oceánica o incluso por los faros, que han sido recurso del séptimo arte en numerosas ocasiones. El Faro de La Mola es uno de los más visitados de esta cautivadora isla con una superficie de 83,2 km2. Desde La Mola se puede disfrutar de las vistas de Ibiza, la isla de S’Espalmador, continuación natural de la punta noroeste de Formentera, y los islotes de Espardell y Espardelló.
En la isla existen recorridos preparados por un entorno especialmente agrario: paredes de piedra seca, ganado y viviendas tradicionales acompañarán al visitante a lo largo de todo este paseo, en el que también se podrán apreciar viñedos, aljibes y cisternas.
En Formentera ha existido mucha tradición de vitivinicultura y cuenta con casi 80 hectáreas de viña. Una de las ventajas de sus vides es que son mayoritariamente de pie franco. La plaga de la filoxera de la segunda mitad del siglo XIX no afectó a la isla, en parte gracias al aislamiento geográfico.
La producción de vino a lo largo de la historia ha sido mayoritariamente para consumo directo en la isla, pero el siglo XXI despertó otras necesidades o, al menos, inquietudes. A partir del año 2000, una de las dos bodegas que hay en Formentera, Terramoll, comienza a producir vinos con «la misma pasión, cariño y dedicación de una familia por mantener una tradición tan antigua y arraigada a la isla como es el cultivo de la vid y la vinificación», indican desde la propiedad.
La preocupación y el esfuerzo por recuperar variedades de uvas autóctonas, como monastrell y malvasía, innovando al mismo tiempo con otras foráneas, como viognier, cabernet sauvignon o merlot, han dado como resultado una amplia gama de vinos.
Rosa de Mar es un vino rosado, fresco, con un agradable fondo salino y fácil de fusionar con la gastronomía de Formentera. Un vino con una producción de 3.000 botellas y que nace de un ensamblaje de las variedades merlot, monastrell y cabernet sauvignon, cultivadas dentro de las 12 hectáreas de viñedos que la bodega tiene situadas en la altiplanicie de La Mola, a unos 200 metros de altura, y bañadas por constantes vientos salinos.
Este vino es ecológico. No es de extrañar, dado que en esta bodega trabajan minimizando el uso de los recursos naturales y del impacto ambiental. «Actualmente tenemos todos nuestros viñedos en secano y nunca hemos aplicado productos químicos en el suelo, ni herbicidas ni abonos minerales», señalan desde Terramoll, que tiene todas sus fincas inscritas en Agricultura Ecológica.
En un lugar donde la naturaleza es principal en la tierra y en el mar, la producción del vino debe ser también cuidadosa con ella. Un viñedo que se podría decir que está rodeado por los 69 kilómetros de litoral que tiene Formentera.
Inaraja es “la Joya de la Corona” de Bodegas Monte la Reina, un regalo para el mundo del vino. Procedente de las mejores uvas 100% tinta de toro, su producción es limitada y la elaboración se cuida al detalle.
En su 150º aniversario, Bodegas Montecillo recupera su icónica marca Viña Monty. Lanza tres nuevos vinos reserva, uno de ellos blanco, y las últimas botellas de su premiada cosecha de Viña Monty Gran Reserva 1975.