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Los vinos en Navidad son estupendos para compartir experiencias, para empezar conversaciones, para disfrutar en compañía de los más queridos; al fin y al cabo, es lo que hacemos estos días en que el espíritu del nacimiento del Niño debería inundar nuestros corazones.

El vino ha trascendido a través de la historia de las civilizaciones y cada uno de los vinos que podemos poner encima de la mesa estas fiestas seguro que tiene su propia historia. En mi modesta opinión, la selección de los vinos cuenta algunas historias de los anfitriones.

No quiero llegar a tal conocimiento del vino y sus derivados, como señalaba Miguel de Unamuno en su En torno al casticismo: “El que conoce el vinagre como SO4H2 y el espíritu de vino como C2H4O2, sabe de éstos científicamente más que el que sólo los conoce por el nombre vulgar y castizo”. Pero sí os relato ‘mi intrahistoria’ o la de los vinos que estarán sobre mi mesa en estos días de fiesta. Seguro que los hay mejores, pero es una selección para disfrutar de la cultura del vino entre amigos y familiares, nuestros seres más queridos.

Iré de blancos a tintos, pero tampoco tienen por qué ser todos los que utilicemos en la misma comida, cena o celebración. Además, recorreremos la geografía española, ya que son de variados lugares, pero todos los vinos tienen un denominador común, son monovarietales.

El acercamiento al vino blanco vendrá a partir de un vino de pequeñas producciones de la variedad Chardonnay. Un vino con una elaboración especial para un blanco y que durante tres meses permanece sobre lías. Marco Real 100% Chardonnay se elabora a partir de uvas Chardonnay de viñedos de la finca Valdeherreros, en Olite. Un vino con color ámbar con notas verdes. En nariz intenso. Notas frescas tropicales piña y albaricoque. En boca es amplio afrutado con muy buena acidez que lo hace un vino largo fresco y equilibrado.

Si hay un rosado en España que no debe faltar es el petit verdot Rosado de Pago del Vicario. Un vino elaborado 100% con uva petit verdot. Sin ninguna duda, una de las apuestas de esta bodega por hacer vinos diferentes. No obstante, ha sido elegido Mejor Vino Español por la Federación Internacional de Periodistas y Escritores del Vino (FIJEV) 2010 y 2011 y Mejor Rosado de España por la Asociación Española de Escritores del Vino (AEPV) 2009, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016. Es un vino que entusiasmará a los amantes de los rosados y hará nuevos adeptos a estos vinos injustamente olvidados a menudo. Un vino versátil y que podrá ser compañero de aperitivo, comida y postre con muchos de los productos que aparecen sobre la mesa estos días.

Si de tintos hablamos, se alternarán en estos días vinos como el Merlot Vendimia Seleccionada de Bodegas Verum; el Alaya Tierra, de Bodegas Atalaya; y el Monte Real Reserva de Familia, de Bodegas Riojanas.

El primero es un vino exclusivo de Tomelloso que solo se produce en añadas calificadas como excelentes y su producción alcanza únicamente 2.000 botellas. Además, es de los pocos vinos en el mundo cuya fermentación se realiza en barricas cúbicas ROC Cuve de 340 litros, con bazuqueos constantes para asegurar el contacto constante con las pieles. La crianza se efectúa en barricas de las mismas características y capacidad durante 24 meses.

En el caso de Alaya Tierra, de Juan Gil Bodegas Familiares, es un tinto con 15 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés y americano de la variedad garnacha tintorera. Un vino con color picota intenso. Complejo conjunto aromático donde destacan minerales y frutas rojas negras muy maduras, con gratos recuerdos de madera nueva. En boca es amplio, potente, denso y maduro, sedoso y con una original dulzura en un larguísimo final de boca. Es vino es ideal para aquellos platos de mayor elaboración y que puedan ser igual de complejos en sabores que este vino: arroces con carne de caza y melosos, legumbres estofadas, setas, caza y aves, cazuelas, pescados y mariscos en salsa, ahumados, quesos curados y azules, carnes blancas y rojas a la plancha y parrilla.

Para terminar con los tintos, un vino que no puede faltar. El Monte Real Reserva de Familia, de Bodegas Riojanas, siempre me acompaña. Este vino está lejos de los Rioja tradicionales. La variedad tempranillo no fue nunca muy expresiva, pero en este caso se selecciona de los mejores viñedos Cenicero. Se elabora con las fórmulas clásicas, pero con nuevas tecnologías que ofrecen un resultado potente en aromas, sabroso, con cuerpo y un magnífico final con gran persistencia. Un vino muy recomendable que vendrá bien para compartir en comida de empresa, acontecimiento familiar, cena romántica o comida con amigos.

En este recorrido por los vinos de Navidad y la geografía española, cerramos el viaje con un Cava, que no por eso no podrá ser el que primero nos acompañe en la cena. El orden lo establece cada uno a su gusto. Para escoger un espumoso me voy hasta Almendralejo, Extremadura. Si alguien no lo sabe todavía, allí se elaboran vinos con Denominación de Origen Cava. El Reserva Chardonnay de Bodegas Vía de la Plata es un blanc de blancs de bandera. Con una producción muy limitada de botellas al año y una espectacular botella de diseño, disfrutamos con este cava de un Chardonnay reserva de hasta 32 meses para no olvidar ni el vino, ni la celebración.

Esta es la ‘intrahistoria’ o vida tradicional a la que hacía referencia el escritor y filósofo de la Generación del 98. La intrahistoria de la mesa, mi mesa, de los vinos que aparecerán sobre ella a lo largo de estas fiestas. Rompe esto el concepto de Unamuno del genial filósofo que señalaba como intrahistoria todo aquello que sucedía y no se publicaba. Pido perdón por ello. Hoy, esta pequeña historia, que espero alumbre en la elección de algún vino para sus mesas, sí se publica. Feliz Navidad.