Jorge Solana | 24 de septiembre de 2021
El vino seco Nilva aporta un concepto moderno y tiene mucha singularidad. Es afrutado, aromático y con un toque salino.
La brisa del mar, a lo lejos el Peñón de Gibraltar y un poco más allá la costa de África, todo sentido y experimentado desde el corazón de un viñedo. Una plantación especial ya que se puede considerar que es el viñedo situado más al Sur del Continente Europeo. Junto al Mediterráneo y a la vez con vistas casi al Atlático.
Nilva 2019 Moscatel Seco
Vino blanco seco
Nilva Enotursmo
Variedad: Moscatel de Alejandría 100%
15€
El municipio malagueño de Manilva acoge un jardín de viñas centenarias de una variedad que se extendió a lo largo de los siglos por las costas mediterráneas, la uva Moscatel de Alejandría.
Una variedad muy utilizada como uva de mesa y para pasificación, que en algunos lugares sigue siendo el centro de sus vinificaciones. La Moscatel de Alejandría necesita del sol y a la vez de la influencia del mar. No obstante, en otras regiones no tan cercanas al mar también se conoce con otros sinónimos y también se elaboran vinos de calidad.
En esta zona de la Costa del Sol, las viñas están cultivadas de forma manual debido a la orografía del terreno. Son plantaciones en condiciones de secano, que albergan suaves lomas con tierras albarizas que bajan hasta el mar. Confluyen en este lugar la lucha permanente de los vientos del Mediterráneo y el Atlántico, dos grandes masas de agua que provocan vientos húmedos y salinos de levante, frente a ponientes secos.
Pese a ser una variedad con la que se han elaborado vinos principalmente dulces y que han tenido un reconocido prestigio a lo largo de los siglos, la bodega Nilva ha apostado por la elaboración de vinos secos. Se abre un nuevo horizonte para la Moscatel de Alejandría.
El vino seco Nilva aporta un concepto moderno y tiene mucha singularidad. Es afrutado, aromático y con un toque salino. Una sorpresa que poder acompañar con la gastronomía típica de la zona, basada en pescados, mariscos así como arroces, pastas, patés, foies o ensaladas.
Esta pequeña bodega tiene una capacidad de producción muy baja, inferior a 8.000 botellas por año, y entraría dentro del concepto de Vinos de Garaje. Este proyecto lo ha puesto en marcha Argimiro Martínez Moreno que señala que «la confianza en el futuro de Manilva y sus viñas me llevó en 2014 a crear la empresa Nilva Enoturismo y emprender un proyecto complejo, difícil e incierto, pero muy ilusionante, basado en la elaboración de vino y en generar experiencias únicas a través del Enoturismo».
La situación urbanística de la comarca supuso que en los últimos 25 años hayan desaparecido en la comarca el 70% de las viñas. El resto sigue en serio peligro y ahora que ya se habla de recuperación y el mercado inmobiliario lo vuelve a notar, desde Nilva se ha puesto en marcha una campaña para salvar este viñedo tan especial mediante el apadrinamiento de una cepa. El objetivo es salvar un patrimonio natural absolutamente privilegiado en plena Costa del Sol: las Viñas de Manilva.
Este Montecillo Gran Reserva representa la apuesta insignia de la bodega riojana por la elaboración de grandes vinos de larga guarda.
Un vino Rioja tinto reserva, que podríamos decir de corte clásico, aunque la propuesta y viveza de la fruta marca matices diferentes.